En definitiva, ni el crecimiento económico ni la mejoría del mercado laboral se traducen en inflación de salarios. El BCE concluye que el problema es que la tasa de paro no recoge la verdadera situación del mercado laboral, por lo que no es un indicador fiable para anticipar cuándo pueden volver a subir los sueldos. El matiz está en la mano de obra que no está aprovechada pero que tampoco figura en las estadísticas, ya que no está buscando empleo de forma activa. Esto significa que la oferta de empleo es superior a la que figura en las estadísiticas oficiales de desempleo. “El grado de holgura en el mercado sigue siendo elevado y está frenando el crecimiento de los salarios”, señalan los expertos de la entidad. Tal es así que el porcentaje de la mano de obra infrautilizada es similar al del número de parados, por lo que la oferta de empleo real es casi el doble de lo que marcan las estadísticas, según estima el BCE.
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“El grado de holgura en el mercado de trabajo afecta actualmente a alrededor del 18% de la población activa de la zona euro definida en sentido amplio”, señala el informe de la entidad. La mejoría del mercado laboral apenas ha llegado a este porcentaje de la población, lo que significa que este remanente de oferta de trabajo se mantendrá en los próximos años e impedirá que los salarios se recuperen.
¿Por qué fallan las estadísticas?
Los datos oficiales del paro sólo recogen a la población activa que no está ocupada, esto es, tienen que cumplir dos requisitos. Por un lado tienen que estar buscando trabajo de forma activa y que estar dispuestos a ponerse a trabajar en un plazo máximo de dos semanas. Si no cumplen alguno de estos criterios, se cataloga a esas personas como población inactiva y, por tanto, no computan en el paro.Pero hay personas que quieren trabajar aunque no busquen un empleo, o que están buscando un trabajo pero para empezar en un mes. Todos ellos contribuyen a elevar la oferta de mano de obra. Según el BCE, en torno al 3% de la población en edad de trabajar está en esta situación. “Este grupo puede reincorporarse con relativa rapidez a la población activa en el momento en que mejore la situación del mercado de trabajo”, señala el informe.
Hay un segundo tipo de trabajadores 'infrautilizados' que no aparecen en las estadísticas: los empleados a tiempo parcial que querrían trabajar a tiempo completo. Todos ellos, aunque figuran en los datos oficiales como ocupados, en realidad están en el mercado, por lo que están dispuestos a competir con el resto de parados por un trabajo de ocho horas diarias. Según los cálculos del BCE, en torno al 3% de la población en edad de trabajar de la eurozona está en esta situación.
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La serie histórica muestra que cada vez que se producía una caída del paro se generaban presiones inflacionistas sobre los salarios, pero en esta recuperación no está siendo así. El BCE encuentra la explicación en esta holgura del mercado laboral que “sigue siendo elevada y está frenando el crecimiento de los salarios”.
Esta situación también explica que el Banco Central Europeo y otras instituciones hayan fallado estrepitosamente durante los últimos años a la hora de predecir el comportamiento de los salarios. Entre 2013 y 2016 las trimestrales de la entidad anticipaban que la remuneración aumentaría de forma inminente, sin embargo, la realidad era la opuesta y los salarios se estancaban cada vez más. Por ejemplo, en el año 2013 estimaba que los salarios avanzarían a ritmos del 2,25% en 2017, sin embargo, el avance apenas alcanza el 1%. Este indicador de la holgura del mercado laboral puede ayudar al BCE a atinar en sus previsiones a partir de ahora.
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