sábado, 5 de agosto de 2017

Ahora a los 72...y que más?

Uniendo datos de edad de retiro junto a la esperanza de vida en la OCDE, se obtienen proyecciones para países como Dinamarca o Holanda para el año 2050, de 72 años como edad de jubilación. Grecia, Islandia o Italia estarían sobre los 70. Para España, se me antojan muy cortos los 67 años que nos asignan dado el estado de la Seguridad Social y la necesidad de incremento de empleo para los más mayores. Todo ello según previsiones realizadas por elFinnish Centre for Pension.
Mientras en España nos dedicamos a hacer sostenible un sistema insostenible, con ajustes temporales y cambios que solo provocarán la disminución de prestaciones futuras, algunos países como Alemania, Israel o Australia han llevado a cabo reformas estructurales serias con resultados hoy ya visibles. Entre ellas destacan medidas que soportan el empleo de los más mayores, la jubilación por etapas, el aumento de la flexibilidad de las pensiones, la introducción de políticas contra la discriminación por edad mientras se dan incentivos para contratar a los más mayores y, todo ello, sin olvidar acciones encaminadas a ofrecer formación adaptada a los cambios tecnológicos que se van produciendo.
La firma de consultoría PWC calcula el llamado “Golden Age Index” que analiza el mercado laboral entre los más mayores de los países de la OCDE y su impacto en el crecimiento económico. De estos datos se ve cómo el incentivar a ese grupo de población creciente para que sigan trabajando, les reporta beneficios significativos tanto a ellos como individuos como a la economía del país en su globalidad.
Islandia, Nueva Zelanda, Israel y Suecia ocupan los primeros puestos en este ranking. En el caso sueco, las razones para figurar en esa posición se deben a la existencia de una cultura de inclusión que potencia la formación continuada de los adultos y la existencia de oportunidades, la empleabilidad de los mayores, una real conciliación y total flexibilidad laboral que al final, hace que exista un claro incentivo para extender la vida laboral. Si España fuese capaz de incrementar el empleo entre los mayores de 55 años hasta los niveles de Suecia, el impacto en el crecimiento adicional económico se estima sería de casi un 10% sobre el PIB. Destaca el caso de Grecia donde el impacto sería del 15,5%.
Esto supone que, tarde o temprano, todos los países tendrán que tomar medidas en línea con lo realizado por Alemania. Desde pactos regionales potenciando el empleo de los más mayores, hasta incentivos por alargar la vida laboral sin olvidar destacar los beneficios para la salud de trabajar más tiempo. Como consecuencia de estas y otras reformas, la tasa de los trabajadores entre 55 y 64 años ha pasado del 39% al 69% y para aquellos en la franja 65 y 69 ha crecido en un 9%.
Y si para el año 2035 consideramos que 1 de cada 3 habitantes será mayor de 65 años, aquellas compañías que se dediquen a cubrir las necesidades de ese colectivo, tendrán un aliciente a considerar desde el punto de vista de inversión por el valor que pueden aportar. Y si además consideramos que el 52% de la riqueza mundial está en manos del grupo de edad que supera los 50 años, el negocio lo podemos ver en sectores tan diversos como el de la salud, servicios financieros y de inversión, construcción y reformas del hogar o el farmacéutico.
Así las cosas, lo que parece evidente es que los gobiernos se verán forzados a reformar todo el sistema de pensiones más pronto que tarde. El impacto en el caso español y según PWC, puede ser de 188.000 millones y dada que la tasa de empleados mayores de 65 años es del 4,9% frente al 22% de Suecia y del 49% para los que están entre 55 y 64 años frente al 75% de Suecia, todo apunta a que la eficiencia del mercado laboral se tendrá que buscar y los 72 años como edad de jubilación parecen, hoy día, más real que la de los 67 que nos colocaron hace un tiempo.

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