sábado, 11 de noviembre de 2017

Bruselas y los salarios patrios....

La moderación salarial se ha convertido en un lastre para la recuperación económica. Así lo sugiere el informe de otoño presentadoeste jueves por la Comisión Europea, en el que se parte de una evidencia: la recuperación en la UE está menos avanzada que en otras regiones -en particular EEUU-, precisamente, por la evolución de las nóminas. Su conclusión es que “puede haber robustos crecimientos [de los salarios] sin riesgo inflacionistas, siempre que vayan acompañados de avances de productividad”.
“Una mayor aceleración de los salarios”, sostiene Bruselas, “aseguraría la expansión económica”, y de hecho, según sus previsiones, una de las causas de la ralentización de la actividad en los dos próximos años en el conjunto de la UE tiene que ver con el poder adquisitivo de los salarios. En concreto, se prevé que el PIB aumente un 2,1% en 2018 y un 1,9% en 2019, lo que refleja una progresiva desaceleración de la actividad en un contexto de baja inflación (por debajo del 2% en ambos ejercicios).
Un recuadro del informe de otoño recuerda, en concreto, que entre los países más grandes de la UE, es en España donde menos han subido los salarios, seguida de Italia y Francia, mientras que en otros países, como Alemania, los salarios crecen ya como antes de la crisis. En general, la moderación salarial tiene que ver con lo que sucede en dos sectores: la construcción y las manufacturas, donde la competencia es mayor.
Yendo al caso español, Bruselas recuerda el aumento de los contratos temporales durante las crisis. “La mano de obra de España destaca por el mayor número de contratación temporal, tanto en términos de niveles como en la contribución al crecimiento del empleo”, se asegura. Bruselas considera que “esto podría explicar, en parte, por qué la rápida caída del desempleo en España desde 2014 no ha producido un mayor crecimiento de los salarios”. Del mismo modo, añade, “el papel de las reformas del mercado laboral” ha tenido su influencia en la moderación salarial.
Los técnicos de la Comisión Europea estiman que la compensación por empleado en España avanzará un 0,5% en 2017; un 1,2%, en 2018, y un 1,4% durante 2019, en todos los años prácticamente la mitad que en el conjunto de la eurozona.

Presión sindical

Bruselas achaca la debilidad de los salarios -que están creciendo por debajo de lo que lo hacen el PIB y la productividad- a dos factores fundamentales: la calidad contractual de los nuevos empleos (con salarios más bajos que los más antiguos) y a la menor presión sindical, que se manifiesta a través de una perdida de afiliación, mientras que, por el contrario, se individualizan cada vez más las relaciones laborales.
La Comisión, igualmente, lo achaca a que, al ser las tasas de desempleo todavía elevadas, la presión sobre los salarios es menor, mientras que, en el mismo sentido, está aumentando la competencia salarial globalcomo resultado de la mundialización de la economía, que permite sustituir trabajadores con salarios más altos por otros de menor cuantía procedentes de otros países.
Al mismo tiempo, los avances tecnológicos suponen una competencia adicional que obra en contra de los salarios, como la mayor participación de las mujeres en la fuerza laboral, que dada la brecha de género (menores retribuciones) presiona a la baja los salarios. Todo ello hace que la NAWRU de la Unión Europea, es decir la tasa de desempleo no aceleradora de los salarios, por sus siglas en inglés, sea hoy más baja que al comenzar la crisis, y que en el caso español (paro estructural) se sitúa en el entorno del 17-18%, según las distintas fuentes.
Bruselas también esgrime como un argumento que explica la moderación salarial lo que en la jerga económica se conoce como ‘holgura laboral’, y que se produce cuando existe una gran cantidad de desempleo que no recogen las estadísticas de paro, y que presionan a la baja las demandas salariales.
Un informe reciente del BCE, de hecho, ha estimado que a la tasa de desempleo oficial (16,4%) hay que sumarle 11 puntos más de mano de obra infrautilizada. Por ejemplo, los trabajadores desanimados que han renunciado a buscar una oferta de empleo, quienes buscan un empleo, pero no están disponible de inmediato, o aquellos trabajadores a tiempo parcial subempleados (que quieren un empleo a tiempo completo), pero no están incluidos en las estadísticas de paro.
En total, y según el BCE, el 'paro real' alcanzaría el 27% después de llegar a superar el 35% en 2013. Con este volumen de población esperando encontrar un trabajo, es fácil para las empresas casar la oferta de trabajo y la demanda sin apenas subir los precios (salarios). “La infrautilización del trabajo continúa siendo elevada y es probable que siga frenando la dinámica salarial”, señalaron los investigadores del BCE.
En esta línea, un reciente informe del FMI apuntaba al empleo parcial no deseado como uno de los causantes de la falta de presión salarial, lo que en última instancia afecta a la sostenibilidad de la recuperación, según la Comisión Europea.

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