Demasiados dinerítos en juego.
Los señores del ladrillo rompen su idilio con Blanco
Los recortes en obra pública, aún por concretar, asustan a los bancos, amenazan la refinanciación y empleo en constructoras pequeñas y empujan a las grandes al exterior
Se acabó. Se las prometían muy felices los constructores con este ministro de Fomento que desbloqueaba obras, se llevaba bien con todos los presidentes autonómicos y anunciaba un plan extraordinario de infraestructuras de 17.000 millones. Pero el plan de ajustes del Gobierno ha llegado y muy especialmente al departamento que dirige José Blanco, que ya ha anunciado que todas las obras, incluidas las del PEI, se retrasarán un año y muchas, de hecho, se pararán. Todo parece indicar, aunque el ministerio aún no ha concretado nada, que las obras que se paralizarán serán aquellas que aún no hayan alcanzado un 30% de ejecución. Entre las constructoras medianas ha cundido el temor de que los bancos, con los que muchas de ellas estén en pleno proceso de renegociación de deuda, se echen para atrás y además cuantifican la posible pérdida de empleos en más de 100.000. Por lo que respecta a las grandes, lo tienen claro: mientras el mercado español se pare, ‘tirarán’ de negocio internacional. Casi todas reciben ya cerca del 50% de sus ingresos de fuera de nuestras fronteras.
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