La autoridad fiscal advierte: las pensiones solo subirán un 0,25% en los próximos seis años
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal da por hecho que en los próximos seis años las pensiones no subirán más del 0,25% anual.
Pensionista
E.B. / 08-02-2017 • 13:24
El presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF),
José Luis Escrivá, estima que hasta 2022 los pensionistas
acumularán una pérdida de poder adquisitivo del 7% en ausencia de
medidas y si se cumplen las estimaciones sobre la inflación, del entorno
al 1,8%.
Esta es una de las conclusiones del informe que ha presentado en la Comisión de Seguimiento y Evaluación de los Acuerdos del Pacto de Toledo, del Congreso de los Diputados, donde ha aclarado que las pensiones no podrán subir por encima del 0,25% en los próximos años.
Escrivá tampoco se mostró muy optimista respecto al déficit de la Seguridad Social. De hecho, asegura que el objetivo del 1,4% para el año 2017 “no es alcanzable” y estima que se situará en el entorno del 1,7% del PIB, en línea con el déficit de 2016, aunque puntualizó que esta estimación de la AIReF se ha hecho en ausencia de presupuestos para este año.
Con una visión a medio plazo y un horizonte hasta 2022, el presidente de la AIReF añadió que, sin medidas adicionales y pese a la mejora de la economía, el desequilibrio de la Seguridad Social se mantendrá en torno al 1,5% del PIB.
Además, de mantenerse este desequilibrio del 1,5% del PIB en la Seguridad Social, Escrivá explicó que será difícil que el déficit estructural del conjunto de las Administraciones Públicas baje del 2,5% del PIB, siendo la Seguridad Social responsable del 60% del mismo.
La única forma de hacer frente a este desequilibrio de la Seguridad Social, según la AIReF, sería aportando al sistema cada año una cantidad equivalente al 1,5% del PIB (en torno a 15.000 millones de euros anuales) hasta principios de la década. El resultado sería el reequilibrio del sistema y la revalorización de las pensiones por encima del mínimo del 0,25%, pero todo ello a costa de un aumento del gasto público en pensiones a medio plazo, que implicaría un incremento de la deuda, de la presión fiscal y/o reducción de otros gastos.
Largo plazo
El presidente de la AIReF abogó, en el largo plazo y para paliar los problemas del sistema, por “actuar con prudencia y en base a estudios profundos”, teniendo en cuenta factores institucionales, demográficos y del propio mercado de trabajo. Según José Luis Escrivá, “las reformas adoptadas tienen efectos importantes en cuyo estudio es necesario profundizar”.
Los estudios preliminares presentados por la AIReF apuntan a una estabilización de la pensión de entrada en términos reales por encima de 1.300 euros, conteniendo el crecimiento que se hubiera producido en ausencia de la reforma. En términos agregados, las reformas de 2011 y, en menor medida, el factor de sostenibilidad supondrían una contención del gasto de 5 puntos del PIB en 2050.
Además, “la evolución de la población, los flujos migratorios y la tasa de ocupación tienen un impacto decisivo sobre la sostenibilidad del sistema”. Como ilustración de la incertidumbre existente, la AIReF ha presentado dos escenarios alternativos con resultados muy dispares en el largo plazo. El primer escenario, de carácter más pesimista, implica una caída de la población hasta 44 millones de habitantes y una tasa de ocupación que no superaría al final del periodo el máximo alcanzado antes de la crisis. Estos supuestos llevarían el gasto en pensiones hasta el 14,3 % del PIB en 2050.
No obstante, si se asumen unos supuestos alternativos menos pesimistas, como un incremento de la población en línea con el pasado hasta los 55 millones de habitantes y una tasa de ocupación similar a la que tienen otros países de nuestro entorno, el gasto en pensiones en 2050 se situaría en el 11% del PIB.
En los próximos meses, según Escrivá, la AIReF publicará un estudio más en profundidad sobre el escenario del sistema de pensiones a más largo plazo.
Esta es una de las conclusiones del informe que ha presentado en la Comisión de Seguimiento y Evaluación de los Acuerdos del Pacto de Toledo, del Congreso de los Diputados, donde ha aclarado que las pensiones no podrán subir por encima del 0,25% en los próximos años.
Escrivá tampoco se mostró muy optimista respecto al déficit de la Seguridad Social. De hecho, asegura que el objetivo del 1,4% para el año 2017 “no es alcanzable” y estima que se situará en el entorno del 1,7% del PIB, en línea con el déficit de 2016, aunque puntualizó que esta estimación de la AIReF se ha hecho en ausencia de presupuestos para este año.
Con una visión a medio plazo y un horizonte hasta 2022, el presidente de la AIReF añadió que, sin medidas adicionales y pese a la mejora de la economía, el desequilibrio de la Seguridad Social se mantendrá en torno al 1,5% del PIB.
Además, de mantenerse este desequilibrio del 1,5% del PIB en la Seguridad Social, Escrivá explicó que será difícil que el déficit estructural del conjunto de las Administraciones Públicas baje del 2,5% del PIB, siendo la Seguridad Social responsable del 60% del mismo.
La única forma de hacer frente a este desequilibrio de la Seguridad Social, según la AIReF, sería aportando al sistema cada año una cantidad equivalente al 1,5% del PIB (en torno a 15.000 millones de euros anuales) hasta principios de la década. El resultado sería el reequilibrio del sistema y la revalorización de las pensiones por encima del mínimo del 0,25%, pero todo ello a costa de un aumento del gasto público en pensiones a medio plazo, que implicaría un incremento de la deuda, de la presión fiscal y/o reducción de otros gastos.
Largo plazo
El presidente de la AIReF abogó, en el largo plazo y para paliar los problemas del sistema, por “actuar con prudencia y en base a estudios profundos”, teniendo en cuenta factores institucionales, demográficos y del propio mercado de trabajo. Según José Luis Escrivá, “las reformas adoptadas tienen efectos importantes en cuyo estudio es necesario profundizar”.
Los estudios preliminares presentados por la AIReF apuntan a una estabilización de la pensión de entrada en términos reales por encima de 1.300 euros, conteniendo el crecimiento que se hubiera producido en ausencia de la reforma. En términos agregados, las reformas de 2011 y, en menor medida, el factor de sostenibilidad supondrían una contención del gasto de 5 puntos del PIB en 2050.
Además, “la evolución de la población, los flujos migratorios y la tasa de ocupación tienen un impacto decisivo sobre la sostenibilidad del sistema”. Como ilustración de la incertidumbre existente, la AIReF ha presentado dos escenarios alternativos con resultados muy dispares en el largo plazo. El primer escenario, de carácter más pesimista, implica una caída de la población hasta 44 millones de habitantes y una tasa de ocupación que no superaría al final del periodo el máximo alcanzado antes de la crisis. Estos supuestos llevarían el gasto en pensiones hasta el 14,3 % del PIB en 2050.
No obstante, si se asumen unos supuestos alternativos menos pesimistas, como un incremento de la población en línea con el pasado hasta los 55 millones de habitantes y una tasa de ocupación similar a la que tienen otros países de nuestro entorno, el gasto en pensiones en 2050 se situaría en el 11% del PIB.
En los próximos meses, según Escrivá, la AIReF publicará un estudio más en profundidad sobre el escenario del sistema de pensiones a más largo plazo.
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