El enchufado de Javier Fernández
Alberto Carbajo es un señor del PSOE muy afortunado. Ingeniero de minas, economista, profesor en la Politécnica de Madrid y consultor eléctrico, fue director general de operaciones de Red Eléctrica Española hasta que el PP llegó al Gobierno en 2011. Meses después, el nuevo Ejecutivo nombró presidente de la compañía a José Folgado en sustitución de Luis Atienza, y nuestro hombre hizo las maletas con él. Atienza se llevó a la buchaca 2,3 millones de euros y Carbajo algo más de un millón.
Este pasado viernes se anunció que el consejo de administración de REE propondrá el nombramiento de Carbajo como consejero independiente en sustitución de Ángeles Amador, tras doce años de abnegado servicio a la empresa. Abogada y exministra de Sanidad, Amador ha venido percibiendo anualmente 180.000 euros, y su relevo es estatutario: ningún consejero puede serlo por un período de tiempo superior al que ella ha permanecido en el machito. Carbajo, 69 años, toma el testigo y el salario. Que se jubilen otros.
Carbajo no llega al cargo por haber sido director general del Minas, consejero de la Comisión del Sistema Eléctrico Nacional, asesor de la UE y el Banco Mundial o director de Regulación Internacional de la Corporación Unión Fenosa, que méritos no le habrían faltado. Carbajo será consejero de Red Eléctrica porque las cuotas del bipartidismo siguen vigentes y PP y PSOE siguen repartiéndose el pescado en empresas y organismos vinculados al Estado. Allí colocan a sus cesantes y a sus amigos para que no les falte de nada, que el hambre sólo da cornadas a los malos toreros. Carbajo es cuota y amigo íntimo de Javier Fernández, presidente de la Comisión Gestora del PSOE. Lo dicho, un tipo con suerte.
La suerte de Carbajo es también la de Luis Atienza, quien tras cobrar la indemnización de Red Eléctrica se compró una bodega y montó una consultaría para temas eléctricos, en la que ha participado el futuro consejero como persona de su absoluta confianza. Ello no ha de implicar que Atienza vaya a conocer de primera mano por dónde discurrirán las nuevas líneas, los permisos de distribución o el acceso a las nuevas centrales gracias a su caballo de Troya. Sería de malpensados.
Cuentan que la relación de Javier Fernández y Carbajo se remonta a la etapa en la que ambos eran directores generales de Minas, uno en el Ministerio de Industria y otro en Asturias. Desde entonces no se han perdido la pista. Hace dos años, el por aquel entonces flamante secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, constituyó en el partido el Consejo para la Transición Industrial y Energética, del que hizo presidente a Fernández y del que, por supuesto, formaba parte Carbajo. Pretendía ser un laboratorio de ideas sobre el modelo energético, aunque en realidad sólo sirvió para dar entrada al asturiano en la Ejecutiva federal. Ahora, provisionalmente al frente del partido, Carbajo es el primero de sus enchufados, todo un privilegio.
Toda la prisa que Fernández no se ha dado para convocar el congreso del PSOE, que debía ser el principal cometido de la Gestora, la ha tenido para designar a un interlocutor con el Gobierno con el que despachar este tipo de canonjías. Se trata de otro exministro, Valeriano Gómez, encantado con el encargo porque le permite el contacto con Luis de Guindos, de cuya amistad alardea entre los suyos sin que el rubor asome a sus mejillas.
El reparto de cargos iba a continuar en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, pero algunas circunstancias sobrevenidas lo han hecho imposible. A la guerra soterrada entre su presidente, José María Marín Quemada, y la vicepresidenta María Fernández (lugartenientes respectivamente de Guindos y de Álvaro Nadal), se ha añadido la decisión judicial de reponer al que fue presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, Bernardo Lorenzo, que no acepta caramelos y quiere el pastel entero.
Guindos pretendía hacerse con el control definitivo del regulador o de sus mitades, ya que acabará troceado, dando entrada a algunos consejeros del PSOE. ¿Que quienes son los candidatos que manejan Fernández y Gómez? Alguna respuesta puede encontrarse en Twitter. Léase si no el mensaje del diputado Juan Moscoso, derretido tras escuchar este fin de semana a Fernández: “Imposible resumir la inmensidad y calado del discurso económico hoy de Javier Fernández en la ponencia económica Ideas, reflexión y proyecto”.
Es una vergüenza este cambalache en un país que lo sigue soportando todo, incluida la desfachatez de aquellos que proclaman la independencia de los árbitros mientras colocan en ellos todas las picas en Flandes que tienen en el ropero. ¿Acabar con las puertas giratorias? Pero si son ellos quienes las fabrican.
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