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UE: Los bancos pagarán sus crisis
Una y no más. La Comisión Europea ha propuesto crear una red de fondos para resolver crisis bancarias con el fin de impedir que futuras quiebras bancarias se paguen con el dinero de los contribuyentes o desestabilicen el sistema financiero.
El Ejecutivo comunitario presentará su iniciativa a los veintisiete jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea los 17 y 18 de junio y, tras debatirla, la llevará a la mesa de la Cumbre del G20 que se celebrará en Toronto los días 26 y 27 de junio. Su objetivo será promover un amplio acuerdo sobre principios y orientaciones generales, para lograr un planteamiento mundial basado en su propuesta.
El mecanismo va dirigido tanto a prevenir futuras crisis financieras como a fortalecer el sistema financiero. En concreto, pretende que los Estados miembros creen unos fondos basados en unas normas comunes, a los cuales los bancos deberían contribuir mediante el pago de una tasa. Los fondos no se utilizarían para intervenir en ayuda de los bancos o rescatarlos, sino únicamente para garantizar que la quiebra de una entidad financiera sea gestionada de manera ordenada y no desestabilice el sistema financiero.
El comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, ha tildado de inaceptable que los contribuyentes sigan pagando el oneroso coste de rescatar al sector bancario. “Ellos no deben estar en primera línea. Creo en el principio de 'el que contamina paga'. Tenemos que construir un sistema que asegure que, en el futuro, el sector financiero pague el coste de las crisis bancarias”, ha sentenciado.
La crisis financiera ha provocado que los Gobiernos nacionales hayan tenido que utilizar ingentes cantidades de dinero de los contribuyentes para apoyar al sector, mantener la estabilidad financiera y proteger a los depositantes. Ahora es preciso actuar para que esas situaciones no vuelvan a producirse nunca. La Comisión está aplicando ya medidas preventivas destinadas a reducir la probabilidad de quiebra bancaria, pero es preciso trabajar también para asegurar que, si este tipo de quiebra vuelve a producirse en el futuro, existan mecanismos robustos sustentados por dinero privado para hacerle frente.
Algunos Estados miembros de la UE han introducido ya exacciones sobre su sector bancario o están considerando hacerlo. Sin embargo, no hay un planteamiento igual para los veintisiete países acerca de cuánto dinero debe recaudarse y cómo debe utilizarse. “Esto conlleva un riesgo de falseamiento de la competencia entre los mercados bancarios nacionales y podría obstaculizar la cooperación transfronteriza durante las crisis”, ha advertido la Comisión.
Bruselas cree que el mecanismo debería utilizarse de modo que proporcionara financiación para medidas como las operaciones de los «bancos puente»; la transferencia total o parcial de activos o deudas; y la financiación de una división entre «bancos buenos» y «bancos malos».
Para Barnier, es fundamental que se cree este fondo de resolución de crisis ya que “mejoraría la resistencia del sector bancario y evitaría la necesidad de volver a los fondos de los contribuyentes”.
No obstante, ha aclarado que estos fondos financiados por bancos no existen para proteger a los bancos frente a futuras quiebras, sino que los accionistas y los acreedores sin asegurar deben ser los primeros en afrontar las consecuencias de una quiebra bancaria. Así, los fondos para la resolución de crisis no serán una póliza de seguro ni se utilizarán para intervenir en ayuda de los bancos amenazados de quiebra, sino para facilitar una quiebra ordenada.
Este mecanismo para la resolución de crisis bancarias debería constituirse para un periodo determinado y las contribuciones recaudadas mediante las exacciones bancarias podrían destinarse a medidas que incentivaran un comportamiento apropiado y mitigaran el riesgo de resolución. No obstante, la Comisión no ha detallado cómo se esperaría que funcionaran estos fondos y cuál debería ser su tamaño. Tan sólo reconoce que será esencial que se comprendan con claridad y se evalúen minuciosamente los efectos acumulados del amplio conjunto de reformas relacionadas con las exacciones y el capital bancario.
En octubre de este año, la Comisión presentará propuestas más detalladas en relación con sus planes para la elaboración de un nuevo marco para la gestión de las crisis, así como las propuestas legislativas que prevea adoptar. Mientras tanto, el Ejecutivo comunitario analizará minuciosamente las consecuencias de sus propuestas en relación con los fondos para la resolución de crisis mediante una labor complementaria de evaluación de impactos.
Varios eurodiputados ya se han pronunciado respecto a la propuesta. Udo Bullman, portavoz socialista de asuntos económicos y monetarios, la ha criticado: “Crear fondos nacionales no es suficiente. Necesitamos abordar este reto a nivel europeo”. “Los bancos deben pagar sus errores, ya que fueron quienes primero se arriesgaron”.
Según la europarlamentaria Elisa Ferreira, el fondo debe ser financiado por las entidades bancarias y ser supervisado a escala europea. “No debemos dar un cheque ahora a los bancos para que tomen riesgos mayores”, ha aclarado.
Beatriz Manrique
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