DESDE LONDRES, J. Jacks
El hombre más listo del mundo
Robert Rubin | EEUU | China | inflación | derivados Enviar Comentar Imprimir
J.Jacks .-Desde Londres se ha convertido, con el paso del tiempo, en una de las referencias entre los participantes en los foros de Cotizalia por sus amplios conocimientos sobre cuestiones económicas, financieras y de mercados y su notable capacidad didáctica y explicativa. Se incorpora, desde un necesario anonimato, a nuestras páginas con un blog semanal donde espera poder compartir con ustedes su particular visión sobre el convulso mundo actual.
En 1995, Robert Rubin era asistente especial para la Política Económica y el “hombre más listo del mundo”. El presidente Clinton le propuso un reto: ¿Cómo podía EEUU crecer año tras año, sin crear inflación, manteniendo la hegemonía del dólar, colocando su deuda en el mercado, aumentando la “riqueza” de las familias y evitando que China se convirtiera en la primera potencia mundial, todo ello al mismo tiempo?.
Rubin encontró la solución: globalización y desregulación financiera: importación de productos baratos y déficit comercial financiado por un superávit de capital. La parte financiera la pondría la reserva Federal y la parte comercial la UE y China.
La tarea no era fácil. La Sra. Born se empeñaba en investigar los derivados por lo que se decidió "acabar" con ella. Greenspan, Rubin y Levitt pidieron al Congreso americano una moratoria en la introducción de la regulación propuesta por Born. En abril de 1999, aburrida, dejo su puesto. En 2000, se firmaba la vía libre a la desregulación.
El segundo problema era crecer sin la inflación. Fue fácil convencer a China (Asia) y a Alemania a que se unieran a la globalización y a que exportaran sus productos a precios bajos. Estados Unidos abrió su mercado y forzó el nuevo GATT. Alemania y China pensaron que Clinton se había vuelto loco. Exportar todo lo que quisieran a EEUU era una bendición. Ni Alemania ni China vieron que eran parte del plan de transferencia de riqueza desde Europa y Asia hacia EEUU. A cambio de productos reales, Alemania y China recibían dólares creados a voluntad y sin respaldo. Cuanto más exportaban, más dependientes del dólar y de la economía americana se convertían.
Los dólares que Alemania y China recibían se tenían que reciclar en sus mercados domésticos, dado que ni entidades financieras ni ciudadanos podían usarlos localmente. El Buba y el Banco Central Chino imprimían marcos y yuanes a cambio de esos dólares de las empresas exportadoras, aumentando el riesgo de tensiones inflacionistas.
China buscó la solución “esterilizando” el exceso de dólares, aumentando las reservas de las entidades en el Banco Central (16%), vendiendo títulos hipotecarios que tenían que ser comprados por las entidades (10% de depósitos) e invirtiendo en materias primas.
Alemania necesitaba otra solución. ¿Qué hacer con una pila de dólares cuando el 55% de tu comercio es con países que no usan esta moneda? “Pasarle el muerto” a Europa. Crear una burbuja de crédito con la ayuda de unas castas políticas locales corruptas y una parte de su población sin conocimientos económicos. Se creó la UME y con la ayuda del BCE, las entidades alemanas prestaron los fondos para que los “hermanos” del Sur crecieran.
La colaboración necesaria de Alemania, en la génesis de la UE.
Para evitar otro 1923 y dar salida al exceso de dólares, el BCE crearía la “base” en euros. Las entidades alemanas darían crédito y las entidades del Sur lo expandirían, pero la oferta monetaria en euros se controlaba. El BCE no creaba la burbuja con euros “de la nada” (su obligación es la inflación) sino con currency swaps en dólares entre entidades alemanas y del Sur y entre el BCE y la FED. De 1999 a 2006, el crecimiento monetario en euros fue del 6.7% pero el crédito a familias y empresas en España fue del 20%.
Por eso Alemania necesitaba el euro. Por eso no le importó que Grecia falsificara sus cuentas o que nadie cumpliera con Maastricht en 2002. Los ciudadanos del Sur se hipotecaban en euros cuando en la realidad lo eran en dólares, dado que las obligaciones de sus entidades con las alemanas y la FED eran en dólares. Así, parte de la deuda de los españoles se financió con dólares del Plan Rubin.
Algunas entidades financieras europeas sabían el juego. El Exchange Stabilization Fund (ESF) utilizaba euros, francos y Derechos Especiales de Giro para intervenir en el cambio euro-dólar. El ESF compraba deuda soberana, acciones extranjeras e intervenía en el mercado de futuros, fomentando que las entidades mantuvieran activos en dólares al garantizarles un mayor valor futuro de sus dólares. Pedir dólares al BCE era negocio redondo. El euro era la moneda oficial, las deudas eran contablemente en euros, pero el negocio y las obligaciones de pago estaban en dólares.
En 2007, los $24.000 millones del superávit comercial alemán se habían convertido en $34 billones de crédito. Tocaba cerrar el “grifo”. Se deja caer Lehman y los hedge funds deshacen posiciones en euros para recuperar dólares. El Banco Central Chino “tira” de sus líneas de dólares para proteger su sistema y deja a las entidades europeas sin dólares. Al “desaparecer” los dólares, apareció el estrangulamiento del crédito.
¿Ha funcionado este Plan? Para los que lo diseñaron y los que no necesitan las noticias para saber lo que pasa sí. Han ganado mucho dinero. No han podido evitar el desarrollo de China pero lo han retrasado. Se ha creado una crisis mundial y muchos ciudadanos han perdido su trabajo, pero como dicen, “no se puede hacer una tortilla sin romper huevos”.
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