viernes, 24 de enero de 2025

El Líder de Podemos Murcia ...sensato.

“Si hay voluntad para reconstruir una izquierda audaz nos volveremos a encontrar” Javier Sánchez Serna, diputado de Podemos, visita este sábado Oviedo/Uviéu para mantener un encuentro con la militancia asturiana. Por Diego Díaz Alonso 23 enero 2025 Javier Sánchez Serna. Foto: Dani Gago Recomendados Diego Díaz Alonso Diego Díaz Alonso Historiador y activista social. Escribió en La Nueva España, Les Noticies, Diagonal y Atlántica XXII. Colabora en El Salto y dirige Nortes. “Asturias es un ejemplo perfecto de diversidad cultural” 24 enero 2025 Queipo justifica el voto contra la subida de las pensiones porque incluía la devolución al PNV de un palacete robado por los nazis 23 enero 2025 El Gobierno asturiano considera un “sabotaje a las políticas públicas” el voto del PP contra las ayudas al transporte 23 enero 2025 La izquierda carga contra el PP y Junts, y los sindicatos preparan manifestaciones 23 enero 2025 Javier Sánchez Serna (Murcia, 1985) es doctor en filosofía y profesor de enseñanza secundaria. Desde 2015 es diputado de Podemos, formación de la que también es su coordinador regional en Murcia. El próximo sábado participará en Oviedo/Uviéu en un encuentro con la militancia de Podemos Asturies. ¿Cómo valora la derrota este miércoles del paquete de medidas del Gobierno? Es una derrota severa para el Gobierno y la prueba de que las derechas de ámbito madrileño, catalán y vasco empiezan a entenderse para tumbar las reformas de la anterior legislatura, pero es también un fracaso de la forma de gobernar del PSOE que trae reales decretos que espera que le aprueben a la trágala, sin negociar. Lo hemos visto también con el impuesto a las energéticas. El Gobierno le prometió al PNV retirarlo y negoció con Podemos mantenerlo, pero al final ha dejado que cayera. Parece evidente que las derechas se van a ir entendiendo y votando juntas. Si el Gobierno no quiere perderlo todo, tiene que cambiar su forma de relacionarse con las fuerzas que apoyaron su investidura. Hoy ya no existe un bloque progresista como el de la legislatura anterior, pero es que además vamos de camino de que desaparezca el bloque democrático, con Junts y el PNV. ¿Qué puede hacer el Gobierno ahora? El Gobierno está en una huida hacia adelante. Piensa que la derrota del miércoles no es tan grave y servirá para que la derecha se retrate y que las gentes trabajadoras lo noten en la pensión o en le transporte público. Si este fuera el camino, a nosotros nos parecería una enorme irresponsabilidad. El Gobierno tiene que traer otro real decreto y salvar la prohibición de los desahucios, la subida de las pensiones y las bonificaciones al transporte, todo en conjunto. No puede trocear el escudo social y pedirnos que salvemos la subida de las pensiones y dejemos caer la protección ante los desahucios porque a Junts no le venga bien. Hay 60.000 desahucios de familias vulnerables que estaban paralizados gracias al escudo social. A partir de la derogación del decreto, se van a reiniciar. Sería un drama social enorme. “La agenda cultural de la derecha lo estaba ocupando todo, pero la gente puede notar la pérdida de derechos y volver a poner el foco en lo material” ¿Se ha equivocado el PP sacando la motosierra de los recortes tan pronto? Puede que sí. La agenda cultural de la derecha lo estaba ocupando todo, pero la gente puede notar la pérdida de derechos y volver a poner el foco en lo material. Ese es el cálculo que creo que están haciendo en el PSOE. El PP en todo caso ha preferido jugársela porque lo fía todo a una caída rápida del Gobierno. Están muy preocupados por su competición con Vox, que sigue creciendo, y saben que la presidencia Trump puede cambiar la correlación de fuerzas en su campo político. ¿Qué puede hacer la izquierda española para conservar la excepción ibérica? Los gobiernos progresistas y demócratas de todo el mundo están cayendo por no intervenir mercados y aplicar medidas a favor de las mayorías sociales. Le ha pasado a Trudeau en Canadá que no quiso intervenir el mercado de la vivienda, le ha pasado a Biden en EEUU más interesado en la escalada bélica que en mejorar la situación de las clases trabajadoras autóctonas, y le puede pasar al Gobierno de Sánchez. Este Gobierno parece que ya no tiene ninguna ambición de transformación y pretende solo resistir a las ofensivas judiciales que le atenazan. Si no se cambia de marcha, lo que viene es la derecha, pero no la derecha que conocimos, sino una derecha más agresiva que, como cantara Aute, viene con hambre atrasada. ¿Qué papel quiere jugar Podemos en un escenario tan polarizado? Podemos tiene la voluntad de seguir transformando. Por eso en esta legislatura estamos haciendo algo muy sencillo, apoyar al Gobierno cuando se trata de avanzar y ganar derechos, pero no regalar nuestros votos cuando se trata de dar pasos atrás como cuando se plantea retrasar la edad de jubilación, retirar impuestos a las energéticas o retirar derechos a los parados. No es una legislatura sencilla para nadie y a veces podemos cometer errores. Pero creo que la gente ve esa coherencia y las encuestas ya empiezan a señalar una recuperación lenta pero sostenida de Podemos. ¿Hay posibilidades de una reconciliación del espacio que anteriormente fue Unidas Podemos? Sería lo deseable, pero la cuestión es qué queremos ser. Si hay voluntad para reconstruir una izquierda audaz y de transformación, nos volveremos a encontrar. Pero Sumar no nos sirve. No nos sirve porque, como ya se ha visto, fue una izquierda pensada para una relación funcional y subordinada al PSOE. Sumar era el tipo de proyecto que necesitaba Moncloa y eso llega hasta aquí. Creo que el contraste de esta legislatura con la anterior está señalando algo evidente: no se puede gobernar con el PSOE sin tensión ideológica y sin conflicto, porque el precio es acabar asumiendo una agenda neoliberal y no poder sacar ni una sola medida de tu programa. Uno no puede abandonar la pugna ideológica al gobernar con el PSOE, gobernar debería ser mantener esa pugna por otros medios. Bueno, Yolanda Díaz está ahora en pleno conflicto con el ministro de Economía Sí. Ahora tenemos la escenificación de ese conflicto, pero no hay hechos ni resultados. Con Podemos hubo una forma de entender las relaciones en la coalición que pasaba por el conflicto para lograr resultados en la negociación: la Ley de Vivienda, la Ley de Trans… Y la subida del SMI y la Reforma Laboral, que dependían del Ministerio de Trabajo Sí, no tengo problema en reconocerlo. Pero creo que el Ministerio de Trabajo se benefició de esa cultura pugnaz del primer Gobierno de coalición. Eso ha llegado su fin a esta legislatura. Ahora tenemos un gobierno donde solo manda Sánchez y no respeta a su izquierda. El PSOE ya cree que puede marcar los límites de los posible al resto en políticas macroeconómicas, en política internacional, en feminismo, etc. Ese ha sido la victoria de la progresía esta legislatura respecto a lo que representó Unidas Podemos. Ya no es solo el retroceso electoral del 23-J, sino que se ha estrechado el horizonte de imaginación política de la izquierda. En Murcia Podemos e IU han logrado un acuerdo que hoy por hoy parece muy lejano en Asturies y en otros lugares Tenemos unas buenas relaciones con Izquierda Unida en Murcia y nos encontramos en el trabajo cotidiano. Nuestra intención, desde luego, es revalidar y ampliar ese acuerdo de cara a 2027. Yo creo que hay que volver a intentar tender puentes entre fuerzas que tienen implantación, que tienen militancia, que ya han trabajado juntas y se conocen. Sumar fue un mal experimento porque no respetó las estructuras existentes y pretendió que una marca vacía desarticulara todo lo anterior, particularmente a Podemos. De lo que estoy seguro es de que la renovada ola reaccionaria que nos llega del otro lado del Atlántico va a hacer que mucha gente nos reencontremos. Yo al menos así lo deseo. No sé ya si se puede esperar mucho de estas legislatura, pero siempre hay que esperar reservas democráticas y capacidad de reinvención en nuestro pueblo. Para acabar, hoy se publica que haya ya más estudiantes de master en la privada que en la pública Cuando se abre la puerta a la mercantilización de la educación, cuando no se invierte y se mejora lo público, hay un efecto en cadena le siguen muchas más. La hoja de ruta neoliberal está clara: degradar lo público, para que la gente se vea forzada a elegir opciones concertadas o privadas. A ese chantaje, la derecha le llama “libertad de elección”. Aquí el ejemplo vuelve a ser Madrid, como laboratorio por excelencia del PP y de las élites, donde el 60% del alumnado ya va a la concertada y la pública queda relegada casi al asistencialismo social. La receta que utilizan es sencilla: bajar la barrera de entrada a lo privado para las clases populares y, una vez conquistado el mercado de la educación y la sanidad, comenzar a elevar el precio de esos servicios imprescindibles. Frente a ello, el Gobierno debería estar empujando una agenda de desprivatización. Pero no está siendo el caso. Lo cierto es que en la legislatura pasada Unidas Podemos aprobaba con el PSOE una ley de educación, la LOMLO, que hablaba entre otras cosas de reconocer a la red educativa pública como la red principal, ampliar la educación al período 0-3 años, ampliar la oferta de plazas públicas e impedir a la concertada segregar alumnado. Todo esto está escrito, es ley. Pero las comunidades del PP no la cumplen y el Gobierno del PSOE no hace nada para que se cumpla. Ambos, PP y PSOE, prefieren seguir en el consenso neoliberal de época.

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