domingo, 1 de julio de 2012

China y el Euro....


El euro está más que al filo de la navaja.
No solo los líderes europeos están siendo públicamente incapaces de producir incluso un borrador para salvar la moneda única en el corto plazo, sino que ahora China, que durante mucho tiempo ha sido uno de los mayores partidarios de la moneda, podría tener que retirar su respaldo.
Sobre la que será una altamente decepcionante cumbre europea hablaremos después.
Primero, China.
Un informe publicado esta semana en el diario The New York Times, que afirma que los funcionarios chinos estarían falsificando datos para ocultar la tasa de la desaceleración económica, da crédito a lo que muchos temían: China podría estar encarando un aterrizaje forzado después de todo.
Reuters
Una mujer cuenta yuanes en Beijing.
Para Beijing, la desaceleración tendrá importantes implicancias en el crecimiento de las reservas internacionales.
Y para el euro, eso es una mala noticia.
Durante años, mientras crecían las reservas basadas en el dólar de China, el Banco Popular de China ha emprendido una política de diversificación a través de la cual ha vendido dólares para comprar euros.
Si la economía china se está desacelerando incluso más de lo que se admite, todo ese respaldo para el euro podría terminar.
Neil Mellor, estratega de Bank of New York Mellon en Londres, sugiere que Beijing ahora acelerará el ritmo de las reformas hacia una liberalización de la cuenta de capital. En otras palabras, reducirá las intervenciones para limitar cualquier apreciación del yuan. Los flujos de fondos hacia la moneda deberían caer también debido a un descenso de la inversión extranjera directa mientras la economía pierde su brillo, y las importaciones deberían aumentar mientras Beijing apela al consumo interno para reducir su dependencia sobre las exportaciones.
Para el euro, el momento de este cambio de política en China podría ser particularmente perjudicial.
La cumbre de esta semana de líderes europeos, que comienza el jueves en Bruselas, es considerada por muchos como la última oportunidad para salvar al euro.
Sin un plan convincente para llevar a la zona euro a una unión fiscal sustentable, el costo de financiar las deudas de las economías más débiles, como la de España e Italia, continuará creciendo.
Lo que hace esta cumbre diferente de muchas otras es que los deudores están en un riesgo mucho más alto que antes, y que el Banco Central Europeo probablemente no pueda ayudar a calmar los mercados financieros en esta oportunidad.
Aún no se ha implementado en su totalidad un intento por apuntalar los bancos españoles con la inyección de nuevo capital anunciado hace dos semanas, y ahora también los bancos italianos comienzan a enfrentar presiones de financiamiento.
En el pasado, para resolver ese problema, el BCE inyectó dinero en los bancos europeos a través de financiamiento barato.
Pero crece la evidencia de que eso no está funcionando y que el BCE no solo está pateando los problemas para más adelante, sino que está perjudicando su reputación de probidad monetaria.
El problema para el euro es que incluso con la acumulación de esas presiones sobre los mercados financieros, hay pocas señales de que los líderes europeos estén cerca de resolver problemas clave que ayudarían a asegurar el futuro de la moneda única.
Informes publicados a comienzos de esta semana, acerca de que importantes líderes de la Unión Europea pergeñaban un plan para mantener los países miembros bajo control a través del veto de sus presupuestos, alentó brevemente las expectativas de que la región podría estar acercándose a alguna forma de bonos garantizados conjuntamente, lo cual ayudaría a reducir los costos de financiamiento para los gobiernos en problemas.
Como la canciller alemana Angela Merkel supuestamente dijo que eso no va a suceder "en tanto esté viva", las probabilidades son que la cumbre terminará con poco más que las usuales promesas anodinas de acción.
Para el euro, eso muy bien podría ser demasiado poco, demasiado tarde.
Y como a que es posible que al mismo tiempo decaiga el respaldo de China, las perspectivas para la moneda única están aún más sombrías de lo que han sido durante cierto tiempo.

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