jueves, 17 de junio de 2021
Por interés mutuo....y los demás?
CUMBRE EN GINEBRA
EE.UU. y Rusia prometen “buscar terreno común” a través del diálogo
EUSEBIOVAL
GINEBRA. ENVIADO ESPECIAL
17/06/2021 05:30Actualizado a 17/06/2021 08:07
Ni Estados Unidos ni Rusia quieren, porque no les interesa, una nueva guerra fría. Ese podría ser el resumen de la primera cumbre entre Joe Biden y Vladímir Putin, ayer, en Ginebra. Hay un compromiso de dialogar y de intentar entenderse, con pragmatismo, en lo básico, pese a las profundas discrepancias que seguirán separando a ambos países.
Los dos presidentes acordaron colaborar en múltiples asuntos, desde la seguridad cibernética a la estabilización de Siria y Afganistán, así como trabajar para el control de sus poderosos arsenales. La cumbre, que se presentaba muy difícil, fue “bastante constructiva” y existe la voluntad “de buscar un terreno común” –en palabras del líder ruso-, aunque han quedado patentes las diferencias sustanciales. El retorno inmediato de los respectivos embajadores a las dos capitales es uno de los resultados tangibles, si bien se daba por descontado. Es un mínimo simbólico que debía alcanzarse.
President Joe Biden takes off his jacket while speaking during a news conference after meeting with Russian President Vladimir Putin, Wednesday, June 16, 2021, in Geneva, Switzerland. (AP Photo/Patrick Semansky)
Joe Biden, visiblemente cansado de su larga gira europea, se quitó la chaqueta mientras hablaba con la prensa porque le molestabam el sol y el calor Patrick Semansky / AP
La reunión en Villa La Grange, frente al lago Lemán, duró menos de cuatro horas pero fue intensa, sin distracciones. Se fue al grano. Ambos se marcharon satisfechos, aunque no eufóricos. Según Putin, que dio primero su rueda de prensa, muy extensa, el Departamento de Estado y el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso emprenderán unos contactos duraderos para consolidar el acercamiento y concretarlo.
Gesto inmediato
Los respectivos embajadores volverán a sus puestos en Moscú y Washington
Uno de los objetivos más ambiciosos del relanzamiento del diálogo es pactar mecanismos para el control de los arsenales de ambos países. Putin se felicitó de que Biden haya prolongado cinco años más la vigencia del tratado START sobre armas estratégicas, y haya puesto fin a la tendencia de decisiones unilaterales de Washington muy perniciosas como fueron el abandono del tratado ABM –sobre sistemas de defensa contra misiles balísticos– y del INF, sobre misiles de alcance intermedio, uno de los pilares de la distensión lograda por Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov, los últimos presidentes de los dos países que se reunieron en Ginebra. De eso hace casi 36 años.
A Biden se le ha visto más cansado que a Putin. El periplo europeo ha hecho mella en sus 78 años. El calor y el sol le molestaban, hasta el punto de quitarse la chaqueta a media rueda de prensa. Sus respuestas se atrancaban más de lo habitual. Puso punto final a la comparecencia pese a la insistencia de los corresponsales ante la Casa Blanca a seguir avasallándole a preguntas.
El presidente estadounidense fue sincero al moderar las expectativas tras el encuentro. El tono ha sido positivo; ahora hay que esperar y ver. “No somos viejos amigos, ha sido puro trabajo”, ha admitido. Puro “ business ”. El presidente norteamericano prefirió no hablar de amenazas. Con todo, las advertencias fueron claras y severas: Washington replicará a nuevas violaciones a su soberanía, por ejemplo los ataques cibernéticos. Estados Unidos posee “capacidades significativas” en este campo para hacer mucho daño a Rusia y las usará si se ve obligado a ello. Biden no especificó de qué capacidades se trata. Insistió en que “Putin lo sabe”. De momento van a pactar una lista de 16 infraestructuras intocables (usó el término off limits ), instalaciones de importancia vital que bajo ningún concepto pueden ser objeto de ciberataque, como la distribución de energía o de agua.
Represalia anunciada
Serio aviso de Biden si Rusia continúa con sus ciberataques a Estados Unidos
En el terreno de los derechos humanos, el presidente estadounidense puso mucho énfasis en que esas libertades fundamentales están en el ADN de su país y nunca renunciará a promoverlas. “Mi agenda no es contra Rusia ni contra nadie”, aseguró. Su interés es que la relación entre las superpotencias sea “estable y predecible”, habida cuenta de las responsabilidad que comparten a nivel global.
Putin, muy suelto y con rápidos reflejos, estuvo muy amable, casi cariñoso, con Biden, al menos ante la prensa. Lo calificó de “persona constructiva” y “equilibrada”, al tiempo que valoró en varias ocasiones su gran experiencia. Dijo que el presidente norteamericano le había hablado de su familia y de su madre. De esta manera, según el jefe del Kremlin, su interlocutor le mostró “sus cualidades” y “sus valores morales”.
El presidente ruso, al valorar la reunión, se permitió citar incluso a Tolstoi, quien consideraba que la felicidad no existe como concepto absoluto, que solo hay “un destello de felicidad”. Más adelante volvió a parafrasear al gran escritor ruso y habló de “destellos de confianza y de esperanza” como resultado de la cumbre.
Cuando Putin se refirió a asuntos concretos, se defendió bien y contraatacó los argumentos estadounidenses, ya fuera en el ámbito de los ciberataques –que negó–, de Ucrania, de la política rusa en el Ártico o del encarcelamiento de Alexéi Navalni. Sobre este líder opositor, insistió en que se trata de un “transgresor repetitivo”, que regresó deliberadamente a Rusia con el objetivo de que lo detuvieran. Putin reiteró el derecho ruso a preservar la estabilidad y el orden público. Citó malévolamente varias situaciones vividas recientemente en Estados Unidos, como la muerte de George Floyd en Minneápolis y la ola de manifestaciones violentas posteriores, o el asalto al Congreso del pasado enero por los partidarios de Trump. “No queremos que aquí se repita lo mismo”, dijo. A eso Biden le replicó después sin contemplaciones, calificando de “comparación ridícula” el paralelismo entre un asalto con muertos, en el Capitolio, y unas manifestaciones en Rusia a favor de más derechos.
Ninguna invitación
El presidente ruso no ve "condiciones maduras" para reunirse en Moscú o Washington
Respecto a Ucrania, Putin recalcó que la posición rusa es la de implementar los acuerdos de Minsk, al tiempo que reprochaba a las autoridades de Kiev haber presentado propuestas que incumplen de modo flagrante estos compromisos, entre ellas la de desplegar tropas ucranianas en los territorios secesionistas prorrusos. En la cuestión ucraniana censuró la hipocresía de Estados Unidos y de la OTAN, que critican a Rusia por realizar maniobras militares intimidatorias cerca de la frontera ucraniana mientras los aliados occidentales lo hacen en estrecha proximidad de territorio ruso, léase en las repúblicas bálticas.
Putin negó que esté militarizando el Ártico, como le acusa Estados Unidos. Simplemente se están poniendo al día instalaciones ya existentes, a la vez que se toman medidas para proteger el medio ambiente. También rechazó que esté poniendo trabas a la libertad de navegación. Sobre este punto, Biden hizo hincapié en la rueda de prensa en que el Ártico debe ser una “zona libre”.
Ni Biden invitó a Putin a la Casa Blanca ni el líder ruso le ofreció al norteamericano visitarle en el Kremlin. Para este nivel de relación “las condiciones deben estar maduras”, según Putin. En Ginebra se avanzó, pero no tanto.
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