Cajastur vuelve a salir de pesca
03.04.11 - 01:58 -
J. C. VILLAR | GIJÓN.
La fusión con CAM habría dejado a Asturias, Cantabria y Extremadura sin cajas y al Estado como el mayor accionista de Banco Base
La entidad reeditará la alianza con Cantabria y Extremadura y buscará nuevos socios
El deterioro de CAM, más grave del esperado, hizo que la operación no tuviera sentido
Sin CAM, el grupo de Cajastur pasará de ser la tercera caja del país a la cuarta de menor tamaño
Un revés que se considera un punto y seguido en el proyecto para encajar a Cajastur en el futuro mapa financiero español. Esa es la conclusión que desde la entidad se hace del fracaso de la fusión con Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Caja Cantabria y Caja Extremadura, que se frustró en el último momento por el gravísimo deterioro de las cuentas de la alicantina.
El proyecto de fusión mediante la creación de Banco Base, una nueva entidad que por su volumen de activos iba a convertirse en el quinto grupo financiero del país sólo superado por Santander, BBVA, Bankia -el grupo liderado por Caja Madrid- y La Caixa, fue cuando se presentó, en mayo de 2010, de modelo de la reestructuración de las cajas de ahorro por la complementariedad de los socios y porque no se limitaba a una simple alianza sino a una fusión real en la que las cuatro cajas accionistas salvaguardaban su obra social y cultural.
Pero la CAM, que venía rebotada de cuatro intentos anteriores de fusión (con Bancaja, Caja Madrid, BBK y Caja Murcia), se ha convertido finalmente en un bocado demasiado grande para Cajastur después de que la asturiana se hubiera hecho a finales de 2009 -contra todo pronóstico- con la quebrada Caja Castilla-La Mancha.
La CAM, según fuentes financieras, es un buen ejemplo de las consecuencias que para algunas cajas ha tenido el boom inmobiliario y de cómo la entidad se lanzó a un crecimiento desaforado sin medir los riesgos derivados de la concesión de miles de hipotecas y créditos a promotores. La caja que preside Modesto Crespo, un empresario ilicitano del mundo del automóvil -posee los concesionarios de Ford en la provincia y presidió la patronal alicantina-, está afectada por la quiebra de Martinsa-Fadesa (la mayor en la historia de España), por la crisis de los proyectos de Francisco Hernando, 'El Pocero', y por el fiasco de Terra Mítica, un gran parque temático en Benidorm que acabó en suspensión de pagos.
Con una tasa de morosidad que en el último año se ha disparado hasta rozar el 9% y activos inmobiliarios -suelo, edificios, viviendas y locales- en propiedad por cerca de 3.000 millones de euros, la CAM se ha convertido en una de las principales inmobiliarias del país. Esta situación, unida a una preocupante caída del negocio financiero, han convertido a la CAM en un gigante con pies de barro que tras el fracaso de la fusión ha pedido el rescate del Estado porque necesita 3.000 millones de euros.
¿Por qué Cajastur y las cajas de Extremadura y Cantabria votaron en contra de la fusión? Porque de haberla mantenido la situación de CAM les habría arrastrado y Banco Base -como le ocurrirá a la alicantina- también habría quedado en manos del Estado. La fusión, entonces, no tenía sentido porque los números no cuadraban.
Nuevo escenario
La fusión obliga a las cajas de Asturias, Extremadura y Cantabria a reformular la operación de fusión y todo indica que la semana próxima podrían presentar oficialmente un nueva alianza que no necesitaría de ayudas públicas. De seguir en solitario, la cántabra requería del orden de 400 millones de euros para lograr un core capital del 10%, pero dentro de un grupo se beneficiaría de la solvencia de los otros dos socios.
Sin la CAM, formarán un nuevo grupo en el que estaría integrado el negocio financiero de la antigua CCM, por lo que sumaría en total unos activos de 54.500 millones. De esta manera, pasaría de ser la tercera entidad del sector que iban a constituir a la cuarta con menor tamaño. Los máximos responsables de las tres entidades argumentaron en las asambleas que la salida de la CAM del proyecto aportaría a la entidad resultante mayor solvencia, a cambio de reducir a más de la mitad su tamaño.
Una vez constituido este nuevo grupo todo indica que los tres socios buscarán la incorporación de nuevas cajas que aporten tamaño al proyecto. Y lo harán, previsiblemente, en una segunda fase de fusiones que se prevé en el sector de cajas de ahorro. Ahora es tiempo de retirarse a los cuarteles y preparar la estrategia para movimientos futuros, que los habrá.
Las especulaciones indican que Unnim, Banca Cívica e Ibercaja podrían encajar con este nuevo grupo. La primera está buscando un socio para evitar la nacionalización, aunque podría encontrar la oposición de la Generalitat, que pretende mantener el control sobre todas sus entidades. Banca Cívica, por su parte, está buscando la entrada de alguna caja para incrementar su volumen de activos y salir a bolsa. Pero una operación contaría con el escollo de los personalismos. Tanto los copresidentes de Cívica, Enrique Goñi y Antonio Pulido, como el máximo responsable de Cajastur, Manuel Menéndez, no estarían por la labor de otorgar el liderazgo de la entidad resultante, que sería la tercera del sector con unos activos superiores a los 132.000 millones.
En cuanto a Ibercaja no parece estar dispuesta a participar en proyectos que no lidere.
La fusión con CAM ha fracasado, pero Cajastur aún no ha dicho su última palabra.
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