sábado, 2 de abril de 2011

Las Cajas a debate...

Ante la duda y/o el abandono a su suerte.....intervención!

Cajas: intervenir o no intervenir

02.04.2011 Salvador Arancibia 2

El fracaso de Banco Base ha generado un problema adicional al Banco de España, que pensaba que las fusiones frías y el decreto de solvencia alejaban el fantasma de una nueva intervención.
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La decisión de las asambleas de las cajas de ahorros de Asturias, Cantabria y Extremadura de no aprobar el proyecto final de creación de Banco Base ha puesto a los pies de los caballos a la otra entidad que se había sumado al proyecto, Caja de Ahorros del Mediterráneo, incapaz de continuar sola.

Y ha generado un problema adicional al Banco de España que había considerado que con las ‘fusiones frías’, transformadas en calientes con el último real decreto, se habían alejado definitivamente los fantasmas de una nueva intervención.

La ruptura de Banco Base plantea varias cuestiones: ¿son capaces las tres entidades que dicen querer seguir juntas (CajAstur, Cantabria y Extremadura) de hacerlo sin problemas?, ¿cuál es el futuro que le espera a CAM?, y, sobre todo, ¿qué va a hacer el Banco de España?

La nueva realidad
En principio no parece que haya mucho problema para que las tres cajas sigan juntas, redefiniendo su proyecto de integración en la misma línea de lo acordado cuando eran cuatro pero acoplándolo a la nueva realidad. Eso significa que si entonces Cajastur tenía el 40% de la nueva entidad ahora deberá tener una participación sustancialmente mayor y claramente por encima del 50%.

La resultante será una entidad más pequeña y con el poder más concentrado si no deciden finalmente integrar a algún otro grupo de los que ya existen.
CAM, con serios problemas de morosidad y solvencia agravados sin duda por los últimos acontecimientos en cuanto que el rechazo de sus socios indica una desconfianza evidente sobre su presente y su futuro, se enfrenta a varias alternativas.

1.- Pedir ayuda al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) para su recapitalización hasta llegar al 10% de capital base.

2.- Alcanzar un acuerdo, directa o indirectamente, con otra entidad para que ésta pase a controlarla completamente.

3.- Lo que parece que nadie quiere, ser intervenida por el Banco de España, y que éste la coloque a un tercero a través de una subasta.

En el fondo todas estas alternativas conducen al mismo sitio: la Caja de Ahorros del Mediterráneo acabará desapareciendo subsumida en otra entidad de mayor tamaño. Porque si actuara el Frob, este organismo debe obligatoriamente proceder a la venta de su participación en un plazo de tiempo determinado. Las ayudas del Frob son temporales y están sujetas a un plan de racionalización de la entidad ayudada que implica reducción de capacidad y del balance de la entidad. Y en los otros dos casos también aparece una nueva entidad como propietaria.

La situación de CAM
Si al final todo conduce a lo mismo, ¿por qué no se ha intervenido CAM desde un principio y se ha procedido a intervenirla directa o indirectamente? La respuesta está en la decisión del Banco de España de no acudir a esa fórmula salvo en última instancia, posiblemente por el coste reputacional que ello pudiera conllevar para el conjunto del sistema financiero, al margen de que una intervención directa tiene que estar soportada por una situación de insolvencia evidente de la entidad intervenida.

En la actual crisis de parte del sistema financiero español, el Banco de España ha actuado siguiendo una misma pauta. Ha tratado de conseguir que las entidades en dificultades encontraran un socio más solvente que les ayudara a salir de su situación proporcionando al tiempo apoyos financieros para que la salida fuera menos traumática. Y solo en último término, en opinión de la mayor parte de los expertos, acabe procediendo a la intervención directa de la entidad para ser subastada posteriormente.

Bastante distinto a lo que el Banco de España hizo en las anteriores crisis que afectaron principalmente a bancos. El banco a cuya cabeza se encuentra Miguel Ángel Fernández Ordóñez decidió que no era el momento de hacerse cargo, aunque fuera temporal, de las cajas en dificultades y que por sí solas no podían salir de su crisis, por eso diseñó todo el entramado legal y económico del Frob.

Son las entidades, juntas o por separado, las que diseñan un plan de saneamiento, lo presentan al Frob que lo aprueba y se pone en marcha por parte de los gestores de las entidades en dificultades, supervisando la autoridad monetaria que se cumplen las decisiones tomadas en el plan.

En las anteriores crisis, los Fondos de Garantía de Depósitos se hacían cargo de las entidades en crisis, después de que los propietarios de los bancos en dificultades no recapitalizaran a la entidad, administrándolas mientras se diseñaba el programa de saneamiento se ponían a la venta una vez que este proceso se había iniciado.

La diferencia
Esto es lo que constituye la principal diferencia entre uno y otro modelo: quién diseña el proceso de saneamiento y quién lo pone en marcha.
Los críticos del actual modelo señalan que dejar que sean los gestores de las entidades en dificultades los que diseñan su futuro conlleva al menos una pérdida de tiempo muy importante que conlleva un aumento del volumen de recursos que hay que poner encima de la mesa. Y, por último, que las soluciones que buscan los gestores no son siempre las mejores para las instituciones, aunque puede que sí lo sean para ellos.

Para estos críticos el modelo anterior era más ágil y rápido. Cuando el Banco de España detectaba un problema de solvencia de una entidad sus propietarios eran requeridos para que cubrieran el agujero detectado. Si no lo hacían, la entidad era intervenida, sus gestores y propietarios, apartados de los órganos de dirección y control de la entidad siendo sustituidos por otros profesionales que diseñaban el camino de saneamiento y luego se vendía a terceros solventes mediante una subasta restringida.

El deterioro irreversible
El modelo actual ha permitido que las entidades en crisis buscaran sus alianzas concretas, no siempre las mejores como ha dejado claro el propio Banco de España en numerosas ocasiones, que hayan definido su proceso de saneamiento -aprobado posteriormente por el Banco de España- y que sigan, en general, gestionando las cajas las mismas personas que estaban al frente de ellas cuando se fue produciendo su deterioro irreversible.

Solamente en dos casos, Caja Castilla-La Mancha y CajaSur, el Banco de España acabó interviniendo las entidades ante la negativa de los gestores de las mismas de llegar a acuerdos con terceros para su integración con otra entidad. Y en ambos casos, cuando los gestores designados por el Banco de España vieron las tripas de la entidad, descubrieron que, curiosamente, la situación de la entidad era peor de lo que se pensaba y de lo que había descubierto la propia inspección de la autoridad monetaria. Habría que tener en cuenta esta cuestión.

A tener en cuenta
Las ayudas del Frob son temporales y están sujeta a un plan de racionalización que implica la reducción de capacidad y balance de la entidad.

El Banco de España sólo intervendría CAM en última instancia, para evitar el coste reputacional que conllevaría al resto del sistema financiero.

Una intervención directa tiene que estar soportada por una situación de insolvencia evidente.

El modelo del Frob ha permitido que las entidades con dificultades buscaran sus propias alianzas, no siempre las mejores.

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