Diego Diaz al menos apunta....esperanza!

Por aquí no huele a frente amplio No fue una entrevista fácil, y este domingo hubo demasiadas vaguedades con respecto a dos temas claves: primarias y elecciones de mayo. Por Diego Díaz Alonso 17 abril 2023 LoDeYolanda Recomendados El 52% de los asturianos marcaron el año pasado la X solidaria en su declaración de la renta 17 abril 2023 Palacios: “Tomé será la candidata de Podemos a las elecciones siempre que ella quiera” 17 abril 2023 Deseando sumar 17 abril 2023 Por aquí no huele a frente amplio 17 abril 2023 Diego Díaz Alonso Diego Díaz Alonso Historiador y activista social. Escribió en La Nueva España, Les Noticies, Diagonal y Atlántica XXII. Colabora en El Salto y dirige Nortes. Por aquí no huele a frente amplio. No hacía falta una entrevista a Yolanda Díaz en el programa de Jordi Évole para darnos cuenta de que los puentes entre Sumar y Podemos están rotos, pero lo de este domingo no ha hecho sino confirmar las sensaciones térmicas que percibimos hace dos semanas en Magariños: un fuerte balanceo de la vicepresidenta hacia Más País y Compromís, algo que convierte a Sumar en un proyecto bastante más pequeño de lo que en principio estaba llamado a ser. Díaz, incontestable como vicepresidenta y ministra de Trabajo, pero que comparecía en calidad de otra cosa, de líder de Sumar, fue al programa de Évole sin tener las cosas ni atadas ni demasiado claras. No fue una entrevista fácil, y este domingo hubo demasiadas vaguedades con respecto a dos temas claves: primarias y elecciones de mayo. Si en el acto Magariños faltó rock and roll, como bien apuntó Víctor Guillot en su crónica para NORTES, en #LoDeYolanda se echó de menos la presentación de una hoja ruta confluyente. La política de alianzas, dedicada a la construcción de grandes bloques, necesariamente heterogéneos, es siempre más compleja que la política de nichos, dedicada a la exageración de las diferencias y la producción de mensajes para públicos muy segmentados. Sin embargo, una es condición de posibilidad para realizar grandes transformaciones políticas, sociales y culturales, mientras la otra está para perpetuar organizaciones sin más finalidad que su propia continuidad. Díaz sigue siendo la única figura política con capacidad para lograr lo primero: recomponer el espacio político de las izquierdas, agregar nuevos actores y sobre todo nuevos públicos. O lidera ella el proceso o no lo liderará nadie. “Este domingo hubo demasiadas vaguedades con respecto a dos temas claves: primarias y elecciones de mayo” La indefinición de Sumar y la bunkerización de Podemos, que pide primarias por la línea uno, mientras por la línea dos abandona a Covadonga Tomé, candidata de la organización asturiana, arrojan un panorama sombrío de cara a un mayo que no servirá para ensayar la confluencia, sino para medir fuerzas entre los diferentes componentes del espacio político. Sobra darwinismo electoral en la izquierda española. Después de haber hecho lo más difícil, llegar al Gobierno y superar una pandemia y una crisis energética, la bronca amenaza con mandar todo al garete a un mes de las elecciones locales y autonómicas. Dicho de otra forma. O se alcanza una tregua, o la confusión y el conflicto pueden terminar convirtiendo al PSOE en el “refugio” de una parte significativa del electorado progresista. Ya pasó en 2019, sobre todo en los territorios más dependientes de los vientos de cola de la política nacional, que se vieron muy afectados por la traumática ruptura de Podemos y Más Madrid. La historia puede repetirse y condicionará las generales, por mucho que algunos quieran desligar unas elecciones de otras. Acto de Magariños. Foto: Sumar Las malas sumas no suman, pero las buenas siempre multiplican. Lo vimos en Chile, Colombia o en Francia con sus respectivos frentes de izquierdas. En España lo vivimos en 2015 con el municipalismo y las ciudades del cambio, y un poco más tarde con un Unidas Podemos, que obligó al PSOE a formar un gobierno de coalición al que se había resistido con uñas, dientes y tres extenuantes repeticiones electorales. Articular y mantener un frente común con Podemos, IU, Comunes y Mareas fue clave para aguantar el pulso sin el que no se explica nada de lo que vino después. Algunos de los que ahora fantasean con dejar fuera a Podemos defendían entonces las bondades del muy alabado gobierno a la portuguesa frente al empeño de Pablo Iglesias por sentarse en el consejo de ministros y estar donde se corta el bacalao. Conviene no olvidarlo para lo que se nos viene por delante.