martes, 23 de mayo de 2023
I.Errejón al habla...
“Para las derechas no hay futuro, viven instaladas en una guerra contra la tierra”
Íñigo Errejón confirma el crecimiento e implantación de Más País, y analiza los retos de la izquierda tras las próximas municipales y autonómicas en España.
Por
Víctor Guillot
23 mayo 2023
Íñigo Errejón. Foto de Bruno Thevenin.
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Víctor Guillot
Víctor Guillot
Víctor Guillot es periodista y adjunto a la dirección de Nortes. Ha trabajado en La Nueva España, Asturias 24, El Pueblo de Albacete y migijon.
Llegó a Gijón para engancharse al entusiasmo que vive la izquierda asturiana. Convocatoria por Asturias ha dado el primer paso para incorporarse a un gobierno de coalición e Iñigo Errejón vino a respaldar a la candidatura de Ovidio Zapico en la que está presente Más Asturies, con Xabel Vegas a la cabeza. Más País ha convertido las políticas sociales en políticas mainstream. Ofrece una clave cultural importante al discurso de la izquierda. El no future nihilista y destructivo se ha instalado en el mensaje de la derecha, negando la crisis climática, articulando un mensaje feroz que resucita a ETA, en un mapa Webber vs Von Der Leyen que esta reconfigurando una Europa hacia la derecha convierte a la península ibérica en una plataforma socialdemócrata sobre la que rompen las olas de la derecha. De todo eso charlamos, mientras el dirigente de Más País recorre las plazas donde ya germina una semilla lo que puede ser Sumar electoramente antes de que empiece a hervir la campaña de las próximas generales.
Durante el mitin de este domingo en Gijón afirmabas que esta campaña estaba siendo una campaña extraña.
Sobre todo una campaña en la que, una parte de la derecha no concurre con nada. Es muy difícil saber cuál es el eje central de lo que quieren hacer los candidatos de la derecha en esta campaña. Vienen con un discurso destituyente. Es una falta de respeto, porque en nuestro país, una buena parte de las competencias está en las autonomías y, en menor medida, en las alcaldías, que es donde se celebran elecciones.
Ovidio Zapico, Íñigo Errejón, Noelia Ordieres y Faustino Zapico, el domingo en la FIDMA. Foto de David Aguilar Sánchez.
Te referías en el mitin del domingo a la Ley de la Vivienda y de como está solo tiene sentido, si en los Ayuntamientos y los Gobiernos autonómicos, existe una verdadera voluntad de intervenir el mercado de la vivienda.
Claro. Podemos hablar de vivienda, pero también de servicios públicos, de sanidad y educación, de transporte, de dependencia. Es que todo eso se dirime comunidad autónoma a comunidad autónoma, pero como la derecha, sobre todo eso no tiene nada que decir, ha intentado que esta campaña pase sin pena ni gloria o convertirla en una especie de fango que le hurte a los ciudadanos el debate sobre su vida cotidiana. Seguramente, la pelea más importante sea entre las formaciones políticas que acuden a la campaña a hablar de políticos y los que acudimos a discutir sobre la vida cotidiana.
Es curioso como el PP ha tratado de desvirtuar la semana pasada la campaña, resucitando a ETA y a Bildu. Es curioso que en los debates políticos del País Vasco, en las elecciones a las diputaciones forales, no ha permeado en sus debates electorales. Sin embargo, Enric Juliana alertaba la semana pasada de una agenda oculta que incluiría la ilegalización de Bildu y de otros partidos.
Lo he leído y yo creo que hay que saber distinguir mejor entre la derecha del microclima y del ecosistema madrileño de la derecha española. No me parece que hayan sido menores las diferencias entre Ayuso y Génova. Génova ha echado a andar una bola de nivel que no supo parar y que le hubiera gustado haber parado antes. Cuando Consuelo Ordoñez, COVITE y otras víctimas le han pedido que pare, que les hace daño, que no quiere que su dolor se instrumentalice políticamente en campaña, en Génova tomaron buena nota y han ido bajando el volumen. El problema es que Génova tiene un problema en un bastión particularmente fanatizado, integrista, que es el PP de Madrid, que ya se cargó a Casado e, indisimuladamente, se quiere cargar a Feijóo. Me parece que hay que ser más fino a la hora de analizar la diferencia entre una derecha que sabe que tiene que concurrir en toda España, que sabe que en muchas comunidades autónomas, el tono hiperfanatizado de Díaz Ayuso les puede restar, y una derecha atrincherada en Madrid, pasada de revoluciones. Esa diferencia me parece que es muy importante y se ha visto en el intento de utilización, otra vez, del dolor de las victimas del terrorismo en campaña electoral.
Íñigo Errejón. Foto de Bruno Thevenin.
Han ido claramente desacompasados.
Yo creo que se debe a una pelea interna del PP. Es muy grave que el PP haya acudido a las elecciones municipales y autonómicas para dirimir una pelea interna, mientras otros concurrimos a esta compaña para dirimir que se acaben las listas de espera, que se intervenga el mercado de la vivienda o que se garantice la salud mental en la sanidad pública. Es muy elocuente esa diferencia de dos modelos que responden para qué sirve la política: si para hablar de ti mismo o de las cosas que dejan sin dormir a tu vecino.
Parece que el PSOE ha tomado buena nota de esta circunstancia y ha devuelto en esta semana el sentido municipal y autonómico genuino a la campaña electoral. ¿Se ha venido equivocando el gobirno de Pedro Sánchez aprobando medidas en el Consejo de Ministros como los 38,5 millones de euros para salud mental?
Con esto te tengo que decir que ese dinero ya estaba aprobado en los Presupuestos Generales del Estado. Por lo tanto, no es muy honesto. Sánchez no está aprobando nada. Lo está repitiendo en campaña. Tocamos a 80 céntimos por español. Es casi irrisorio. Si el gobierno central se lo quisiera tomar en serio, se lo abría tomado en serio desde que nosotros abrimos la discusión en España. Y sin embargo, van retrasando y retrasando medidas. Dicen que es muy importante pero no toman medidas. El gobierno nacional llega con una hoja de servicios moderadamente satisfactoria. Podía haber sido mucho más. La ley de vivienda podía haber sido mucho más ambiciosa. Es inaudito que no se haya derogado la ley de seguridad ciudadana y ha estado bien que haya intervenido el mercado de la energía para regular los precios lo que no deja de ser una demostración práctica de que se pueden intervenir los mercados tomados por los oligopolios para garantizar la competencia y proteger el bolsillo de los ciudadanos. Si se pudo con el mercado de la energía se puede hacer con el mercado de la vivienda y con las grandes cadenas distribuidoras de los supermercados. Ahora todo eso hay que trasladarlo a una correlación de fuerzas en cada ayuntamiento y en cada comunidad autónoma. Porque donde haya un gobierno del PP o de un PSOE acomodado, eso no se va a aplicar. Se trata de trasladar y mejorar donde se pueda la correlación de fuerzas que ha permitido que haya algunos avances en el Congreso para que esos mismos avances lleguen a las competencias que son propias de Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas. Está bien aprobar la Ley de la Vivienda pero donde haya gobiernos autonómicos que no se atrevan a intervenir el mercado de alquiler o donde haya gobiernos municipales que no se atrevan a poner un límite al alquiler de uso turístico, esa ley se va a quedar en papel mojado. Hay que trasladar esa correlación de fuerzas a los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas.
¿Temes que haya desmovilización en estas municipales y autonómicas. No habrá la misma que en las últimas generales
Claramente se percibe que ese es el intento del PP y no se puede decir que el PSOE se esté volcando mucho para evitar que las elecciones pasen sin pena ni gloria. Pero esta cuestión merece, a mi juicio, un análisis más profundo. Desde hace unos años, la política en España está presidida otra vez por una suerte de resignación y cinismo. Al ciclo que supuso el asalto institucional del 14 y 15, le siguió el péndulo reaccionario contra el octubre catalán y el primer podemos. Comenzaba un ciclo de ofensiva reaccionaria que ahora continúa con un momento de impasse en el que, nuevamente, mucha gente se ha vuelto a divorciar de la política. Eso no afecta del mismo modo a las fuerzas conservadoras y a las fuerzas transformadoras. Los electores de las fuerzas conservadoras siempre votan igual, no necesitan el entusiasmo. Nosotros, en cambio, necesitamos un plus, un extra de entusiasmo, de pasión para darle la vuelta a la tortilla. Cuando empieza la desmovilización, cuando cunde la resignación o la desconfianza, siempre cunde primero por los barrios y los sectores más desfavorecidos. Estos son los primeros en divorciarse de la política. Para nosotros, este punto de desmovilización en la campaña significa abrir un ciclo nuevo, antes que un reto. La gente de abajo vuelve a percibir que la política habla de ellos, que pueden tomar las riendas del destino de lo que pasa en sus tierras, en sus barrios, en su país.
Íñigo Errejón, durante el mitin de Convocatoria por Asturias. Foto de David Aguilar Sánchez.
El gobierno de coalición y la cristalización de Sumar demostraron que la izquierda a la izquierda del PSOE accedió a la centralidad institucional. Logró gobernar para la clase trabajadora, los más vulnerables y para todos los españoles. Sumar demuestra que tiene músculo político en Magariños, pero me pregunto si estas municipales deben ser vistas como una prueba del músculo que pueda tener Sumar en sus diversas manifestaciones territoriales.
Es difícil deducirlo porque cuando a los ciudadanos les hacen una pregunta, responden por esa pregunta. Los votos que saque Más Madrid en Madrid, que es la única alternativa del PP, son sólo los de Más Madrid, y así en Barcelona con los comunes, en Asturias con Convocatoria por Asturias, o Compromís en Valencia. Los ciudadanos responden a las preguntas que se les hace. La pregunta que ahora se les hace es quien quieres que gobierne tu ciudad, no estoy muy seguro de si se puede inferir que responderían lo mismo si la pregunta fuera otra. Las lecturas tiene que hacerse en clave municipal y autonómica. En clave estatal ya veremos cómo son los resultados. De momento, los ciudadanos responderán en función de las candidaturas disponibles. Los ciudadanos en Madrid se preguntan si gobernará el PP o Más Madrid no Sumar. Yo no soy Tezanos ni tampoco encuestador. Los ciudadanos responden con las fuerzas políticas que concurren. Nosotros concurrimos con las fuerzas del Acuerdo del Turia, un acuerdo confederal de fuerzas fraternas, comunidades que los compañeros deciden concurrir con coaliciones más amplias como Convocatoria por Asturias.
De cara la futuro de Más Madrid y Más País, la implantación territorial de la marca y del proyecto más allá de Madrid es algo que se atisba en el horizonte al medio y largo plazo.
Nosotros hicimos una reflexión a partir del 19 que nos ha llevado tiempo: no se podían construir las cosas como en el ciclo anterior y eso significaba una forma de entender la relación entre territorios e intentar bajar la soberanía a los territorios y eso conlleva un mapa desigual, un mapa plural en el que en el País Valenciá decidimos no constituirnos porque nuestra referencia son nuestros hermanos y hermanas de Compromís, en el que formamos parte y apoyamos a la candidatura del proyecto Grao en Canarias, en Asturias son los compañeros los que han decidido en qué plataforma amplia van, convocatoria por Asturias, en Aragón tenemos un acuerdo con la Chunta. Es una forma de construirse, en virtud de la cual, bajamos la decisión a cada territorio. Una forma confederal de construirse, una forma más lenta que permite echar raíces y el trabajo se vaya asentando, y nos hizo decidir en cada caso cómo, cuando y con quién concurríamos y nos permite no ordenar el mapa desde Madrid como si fuera un tablero de Risk, sino a que sean los compañeros y compañeras los que decidan como se construye. Para nosotros, estas municipales y autonómicas suponen una mayor implantación y crecimiento en todos los territorios. Cómo se va articular eso. Eso no lo vamos a adelantar, ya se verá. No lo vamos a adelantar porque estamos en campaña electoral. Hemos hecho desde el prinicipio una apuesta muy firme. No somos de las formaciones políticas que aprovechan las campañas políticas para hablar de sí mismos. Somos de los que aprovechan para hablar de la crisis ecológica, la industria verde, elñ derecho al tiempo libre con reducción de la jornada, la salud mental, la educación publica y hasta que no votemos, todos nuestros minutos son para hablar de nuestros pueblo y no de los calculos.
Inmediatamente después de que termine las elecciones municipales y autonomicoas, comeinza la presidencia europea. Agenda, claves y campaña generales.
En realidad, todos los avances en derechos sociales han venido históricamente después de grandes conmociones. La construcción del Estado del Bienestar social en Europa es inseparable del espíritu del 45 que se fraguó tras la II Guerra Mundial. La combinación de la pandemia y las medidas para combatirla y también, por desgracia, la guerra en Ucrania, han devuelto la centralidad al Estado. Han permitido que se suspendan las reglas fiscales de gasto de la UE, han permitido un programa que, ante una situación de crisis económica, en vez de recortar el gasto, se haya inyectado dinero y haya aprovechado la transición ecológica como palanca para estimular las economías. La solución a la pandemia, la crisis económica derivada de la guerra, en estos tres años, difiere de la solución de 2008. No es que Pedro Sánchez se haya vuelto de repente Salvador Allende. Es porque hoy, una buena parte de lo que le costó la vida a SYRIZA o ni siquiera el Programa Común de 1981 a Mitterand, se ha vuelto mainstream y se ha vuelto mainstream porque la crisis de 2008 y 2009 afectó fundamentalmente a las periferias europeas, y la pandemia afectó a las economías del centro de Europa, de manera que el enfoque ha sido diferente. Y eso hay que aprovecharlo. Son propuestas para enterrar el neoliberalismo. Nuestro reto es que lo que fue excepción se convierta en normal. El control del mercado de energía hay que extenderlo con políticas de normalidad, hay que abolir el dumping fiscal europeo, para evitar que Ferrovial, que ha recibido millones de euros de todos los españoles, se pueda ir a Holanda a pagar menos impuestos. Pero no es suficiente analizarlo en clave doméstica. Hay que modificar la correlación fiscal europea para que eso no lo puedan hacer nunca más.
Íñigo Errejón. Foto de Bruno Thevenin.
¿Percibes que España pueda convertirse en los próximos años en una plataforma socialdemócrata, incluida en una Europa que vive una ola de derechización? En Alemania el mapa de la derecha confronta el modelo neocon webber frente al moderado Von der Leyen en el marco de las instituciones comunitarias y en el de algunos países como Finlandia o Italia.
Depende de los ejemplos que produzcamos. Las derechas están desde hace tiempo instaladas en que no hay futuro. Son conscientes de que las crisis social y la crisis ecológica nos abocan a un presente frenético permanente en que solo se nos ocurre huir temporalmente, pisándonos unos a otros para ganar un poco de tiempo. Esa batalla no se puede ganar, porque es una batalla contra la tierra y nosotros mismos. Es una batalla contra la economía. Las derechas viven en una especie de presente distópico. Ellas afirman, efectivamente, no hay futuro, pero tú aprovéchate y descárgale el peso, la responsabilidad a otro, a un país más al sur, a las mujeres, a los inmigrantes, a los más desfavorecidos. Frente a eso, la izquierda no tiene como reto describir que las cosas van mal ni que existen terribles conspiraciones. Eso no vale para nada. Solo te sirve para desconfiar de todo y de todos. Los retos de la izquierda son dar ejemplos que se toquen y no que los de arriba son malos y se conchaban. Eso todo el mundo lo sabe. Nuestro reto es ofrecer Ejemplos que todos pueden ver y que todo puede ser otra manera. La intervención del mercado eléctrico es un ejemplo, la tasa a los bancos, intervenir el mercado de la vivienda, la sanidad publica es un trocito de socialismo, cada uno contribuye según sus capacidades y recibe según sus necesidades. Hay ejemplos concretos, una biblioteca que permite que todo el mundo pueda acceder a un libro, en un lugar agradable, universal o la propia vacunación. Si hubiéramos dejado a las reglas del mercado la vacunación habría sido un desastre. Si lo que comenzó como excepción ibérica lo podemos irradiar como normalidad, lo podremos incorporar.
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