Todos tienen razón pero.....insistimos, las pequeñas y medianas empresas se asfixian, atáquenlo yá!
¿Qué paraliza la concesión de créditos? La banca asegura que se solicitan un 20% menos
Los créditos concedidos a familias y empresas hace ya meses que crecen por debajo del 10%, entre tres y cuatro veces menos que en la época de bonanza, y las previsiones indican que este año el aumento de los préstamos se acercará a cero. Además, este paso de la abundancia a la sequía se ha producido de forma más abrupta que en el resto de países europeos, según el Banco de España.
Sin embargo, de estos datos, innegables, no se puede deducir que el sector haya decidido cerrar la ventanilla de la financiación, por mucho que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y una parte cada vez más numerosa de sus ministros, se empeñe en machacar a la opinión pública con esa idea.
La demanda de crédito no permanece inmutable a lo largo de los ciclos económicos. El consumo de las familias se ha desplomado por la crisis. El deterioro de la situación personal o, simplemente, una previsión de empeoramiento sobre ella, retrae las decisiones de gasto. Nadie piensa en comprarse una vivienda o un coche si cree que dentro de unos meses puede tener unos menores ingresos o engrosar la lista del paro. Con las empresas pasa algo similar. La bajada de la facturación del negocio, por la caída del consumo, y la reducción de deuda no deja margen para emprender nuevos proyectos, por lo que disminuye la necesidad de financiación.
Ayuda a la banca
Éste es el argumento que utiliza el sector para defenderse de los ataques del Gobierno, la de que la demanda solvente de créditos ha caído en picado. El presidente de BBVA (BBVA.MC), Francisco González, cifra en un 21% el descenso de las peticiones durante el año pasado, mientras el banco ha concedido 72 de cada 100 préstamos solicitados, sólo cinco puntos menos que en 2007.
"No se puede negar un crédito que no se ha solicitado", decía el consejero delegado del Sabadell, Jaime Guardiola, y para ahondar en la misma idea, otros banqueros y el presidente de la patronal, Miguel Martín, han recalcado que el negocio de una entidad financiera consiste en eso, en dar créditos, y que nadie deja de darlos por gusto.
Zapatero, que parece haber encontrado en el sector la cabeza de turco perfecta, incide en la ayuda prestada a la banca española y en su deber de contribuir a reestablecer el flujo de préstamos a la sociedad. Lo que calla es que esas ayudas, a pesar del pomposo objetivo escrito en la orden ministerial que desarrollaba las subastas de activos, no fueron ideadas para incrementar el crédito, sino para contribuir a reestablecer las condiciones de liquidez que habían desaparecido del mercado, al igual que las ayudas de rescate a la banca internacional no fueron diseñadas para aumentar los préstamos a la sociedad sino para evitar una quiebra sistémica de los bancos.
Esa ayuda a la liquidez, que no conlleva ninguna carga para el contribuyente español, es importante para bancos y cajas, que en los años anteriores se habían endeudado a través de emisiones para atender unas crecientes necesidades de financiación de la economía española, que vivió durante años en una interminable burbuja inmobiliaria sin que el Gobierno acertara a encontrar un eficaz recambio como motor económico.
Obstáculos a salvar
Respecto a las necesidades de financiación de la economía española, resulta significativo que las últimas previsiones realizadas por el Ministerio de Economía en la revisión del cuadro macroeconómico recojan un hundimiento del sector privado. Mientras en 2007 las necesidades de financiación de empresas y familias suponían el 11,9% del PIB y en 2008 ya descendieron al 5,8%, para este año horribilis Solbes calcula que supondrá tan sólo el 0,8%.
La exigencia de que bancos y cajas arrimen el hombro y asuman más riesgos, como ha exigido, por ejemplo María Teresa Fernández de la Vega, no sólo se encuentra con la pared de la crisis, sino con el ojo vigilante del Banco de España, que agudiza en estos últimos meses su vigilancia sobre las entidades para que no asuman más riesgos de los razonables.
Durante este año, el sector deberá echar mano al colchón anticrisis acumulado durante los últimos ejercicios, para mantener la morosidad y la cobertura de créditos dudosos bajo control. En estas circunstancias, rebajar las condiciones de concesión de créditos se encontraría con la firme oposición del supervisor bancario.
Pero no todo es blanco o negro. Es cierto que la demanda de créditos se ha contraido, pero también lo es que las entidades, que tienen que hacer frente a una avalancha de nuevos morosos, han elevado las condiciones para conceder un crédito. Según el Banco de España, con los últimos datos de la encuesta sobre préstamos bancarios, se ha observado un endurecimiento por parte de la banca que "se ha acentuado a raíz de las turbulencias financieras" iniciadas en el verano de 2007. Ahora bien, el supervisor también constata que las peticiones de fondos por parte de familias y empresas experimentaron "reducciones sucesivas de magnitud creciente" que son, además, más acusadas en nuestro país que en el resto de socios europeos .
En medio de la mayor crisis financiera que se puede recordar, bancos y cajas aseguran que están encantados de poder conceder un préstamo. Ahora bien, solicitudes que antes eran consideradas solventes ahora se quedan fuera de los criterios exigidos. Las pequeñas empresas son las que más se lamentan de estos cambios. Las entidades, por su parte, explican que en estos casos no se pide dinero para nuevos proyectos, sino para refinanciar un crédito anterior u obtener liquidez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario