Moody’s avisa: la banca española es la que más depende del BCE, después de la griega
Moody’s lo tiene claro: hay señales de mejora en la salud financiera de la banca española, que ha conseguido reducir su dependencia de los préstamos del Banco Central Europeo (BCE) y ha vuelto a despertar el apetito inversor extranjero por sus emisiones. No obstante, según un informe que la agencia ha hecho público ayer por la noche, el camino es todavía muy largo y repleto de obstáculos, especialmente para las entidades que han recibido ayudas públicas.
De hecho, incluso tras las devoluciones anticipadas de los préstamos recibidos por el BCE en la primera subasta LTRO de diciembre de 2011, la banca española seguía financiando hasta el 9% del total de sus activos gracias al BCE. Sólo la banca griega, con un porcentaje de alrededor del 33%, está peor. Para el resto de los llamados GIIPS, la cifra de Irlanda y Portugal está ligeramente por debajo de la española, mientras que la de Italia está en el 6%.
Las devoluciones adelantadas de los bancos españoles al BCE suman un total de 41.000 millones, según los cálculos de Moody’s que utiliza cifras ofrecidas por las propias entidades. Esto supone un 11% del total de la deuda que mantenían con este organismo al cierre de diciembre, es decir, 357.000 millones. El reintegro de estos préstamos es un paso importante, según destaca la agencia, sobre todo porque envía una señal de confianza a los inversores.
Además, desde el comienzo de 2013, los bancos españoles más sólidos han conseguido emitir en los mercados unos 10.700 millones de euros entre bonos y cédulas hipotecarias. La agencia subraya que la mayoría de estos títulos se han colocado entre inversores extranjeros, lo que prueba que el apetito por los papeles de la industria financiera española se empieza a despertar. “En enero hemos visto emisiones a plazos largos, que no se veían desde hace tiempo”, ha explicado a Expansion.com la vicepresidenta y analista senior de Moody’s, Pepa Mori.
No obstante, llama a la cautela: la situación no está normalizada, como demuestran los diferenciales que estas entidades han tenido que pagar para colocar sus títulos (en promedio, 285 puntos básicos sobre el tipo de interés de referencia mid-swap). El elevado coste de la financiación mayorista se mantiene como uno de los principales obstáculos para que la banca española, incluso la que está más saneada, pueda recuperar su rentabilidad. Estos costes, unidos a la debilidad de la actividad en el mercado doméstico, con caídas continuadas del crédito, influyen negativamente sobre el margen de interés.
A lo largo de este año, por lo tanto, se puede esperar que las entidades más sólidas (el informe cita expresamente a Santander; BBVA; CaixaBank; Banco Sabadell; Banco Popular y Bankinter) aprovechen los periodos de menor volatilidad de los mercados para emitir. Con todo, las perspectivas de la agencia sobre el entorno macro y el soberano español siguen negativas, así que no se puede descartar que se reproduzcan situaciones de fuertes tensiones en los mercados que afecten a la banca.
Peor lo tienen las entidades que han recibido ayudas públicas, para las que, al menos hasta la fecha, los mercados siguen cerrados a cal y canto. “Vemos complicado que a lo largo de este año puedan acudir a emitir”, afirma Mori, aunque no descarta que, si mejora mucho la situación, alguna lo intente. En esta situación, es complicado reducir la dependencia de los préstamos del BCE, ya que la única arma que queda es el desapalancamiento del balance vía reducción del activo.
Y esta dependencia del organismo que preside Mario Draghi será cada vez más un problema. La agencia destaca que el BCE no está dando ninguna señal de que quiera lanzar otras subastas de largo plazo, como las que hizo en 2011 y 2012. En ambos casos, el vencimiento de los préstamos era de tres años. Cuando se vaya acercando la fecha de la devolución, se incrementarán las dudas de los inversores sobre los bancos que no hayan encontrado formas alternativas de financiación.
Los depósitos, estables
Uno de los puntos de fuerza que Moody’s ve en la banca española es la fortaleza de su base de financiación minorista, que se ha mantenido prácticamente estable a lo largo de la crisis. La caída interanual del pasivo minorista en balance apenas ha sido del 0,3%, según los datos citados por la agencia, aunque ha habido salidas de los depósitos tradicionales hacia los pagarés.
Uno de los puntos de fuerza que Moody’s ve en la banca española es la fortaleza de su base de financiación minorista, que se ha mantenido prácticamente estable a lo largo de la crisis. La caída interanual del pasivo minorista en balance apenas ha sido del 0,3%, según los datos citados por la agencia, aunque ha habido salidas de los depósitos tradicionales hacia los pagarés.
Eso sí, se ha notado un cierto efecto desplazamiento del ahorro hacia las entidades más sólidas. “Hemos visto un efecto flight-to-quality, que no tiene tanto qué ver con la remuneración, sino con que la mayoría de los depositantes busca sobre todo tener el dinero en una entidad que le genere confianza. Sólo una pequeña parte de los ahorradores, los llamados subasteros, mueven el dinero en función de las ofertas”, opina la analista. Por eso, Moody’s no cree que las medidas del Banco de España para frenar la guerra del pasivo tendrán un efecto importante sobre la masa de los pasivos.
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