Me parece aleccionador, explicativo...perfecto.
LAS LÁGRIMAS DEL SUIZO, ANALIZADAS DESDE LA PSICOLOGÍA DEPORTIVA
El problema de Federer se llama Federer
Federer, en pleno llanto tras perder la final en Melbourne. (EFE)
Actualizado lunes 02/02/2009 10:44 (CET)
ROBERTO DÍEZ YAGÜE
PALMA.- La pelota se marchó fuera y en la cabeza de Roger Federer volvió a sonar 'I got you babe', de Sonny & Cher. De nuevo atrapado en el tiempo. Otra vez esclavo de un tímido muchacho que hurga con la mano izquierda en una herida que los demás no habían descubierto.El tenista de Basilea sigue sin encontrar el exorcismo que le libre de Rafa Nadal y, tarde o temprano, se desmorona cada vez que sus caminos se cruzan. Antes era la tierra batida, pero ahora la superficie es lo de menos. Federer tiene un problema que crece a medida que el mito del mallorquín se agiganta.
Asumirlo será el primer paso. Sólo así hay vías de solución. "El problema no es Nadal, es el propio Federer", explica la psicóloga del deporte Ana Puente. "Si él, con todo el currículo que atesora, no es capaz de entender que el aspecto emocional le hace perder contra Nadal, seguirá hundiéndose ante el mallorquín", explica. Es el miedo a la bestia negra que, de momento, sólo es una, pero puede multiplicarse. De hecho, otros jugadores pueden copiar la fortaleza mental de Nadal para generar lagunas en Federer.
Cuando el tenis se iguala, la cabeza inclina la balanza. Y entonces el suizo clava la rodilla en el suelo. Su mente riega a su cuerpo con una acequia de mensajes negativos que, finalmente, paralizan su cuerpo. "En el quinto set, Federer ha recuperado el mismo diálogo interno que ha tenido en otros partidos contra Nadal", detalla Puente. Es el prólogo de la derrota.
Poco después, mientras Nadal sonríe, el suizo se torna una figura hierática y su diálogo interno sufre una fuga ante el micrófono. "Esto me está matando". Y rompe a llorar. "Es un llanto de abatimiento, de tristeza profunda y de rabia", subraya Puente, quien considera fundamental que el ex número uno inicie desde hoy un intenso trabajo psicológico. "Con la aparición de Nadal, se acabaron los tiempos en los que al rey de la selva le bastaba con rugir", resume la experta en psicología deportiva.
Llega el momento de ponerse manos a la obra, de cambiar el discurso mental. "Debe trabajar las emociones, repetir los mensajes negativos que emite ante Nadal y corregirlos". Hay que volver a vivir el quinto set de Australia y sacar a la luz las miserias que sólo Nadal descubre. "Da la impresión de que Federer nunca ha trabajado el aspecto psicológico, porque su juego solamente generaba éxito. Pero ahora las cosas han cambiado y debe asumir que el problema está en su propia cabeza", asegura Puente.
Horas antes del partido, el tenista suizo se mostraba confiado en que una hipotética derrota en Melbourne no provocaría un desastre como la pérdida del trono sobre hierba. Las lágrimas del último acto demuestran que estaba equivocado. Su derrota también confirmaba su error en la preparación de la final. Ese es el otro flanco del problema de Federer. El suizo necesita apoyo exterior para diseñar una estrategia concreta ante Nadal, evitando el libre albedrío. "Llegó un momento del partido en que el enemigo era él mismo, porque no tenía una alternativa preparada ante un posible fracaso", asevera Puente. Lo que fue un chasco pasajero se ha convertido en una losa.
Hay margen de solución, pero hay que empezar ya y esperar a que Nadal baje una marcha. El tenista que seca el pozo de los adjetivos en positivo se mantiene firme en su consolidación como nuevo rey de la selva. A día de hoy, su sombra es demasiado alargada para Federer.
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