El Gobierno entierra sus señas de indentidad con más recortes
30.12.2010 Raquel G. Pico 0
2010 pasará a la Historia, entre otras cosas, por ser el año en el que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, enterró las banderas sociales que defendió a capa y espada y dio un giro a su discurso de 180 grados.
Es el año del recortazo y de los ajustes, en el que Zapatero viró a la derecha acuciado por la presión de la comunidad internacional y de los mercados, así como por la necesidad de dar confianza y alejar el fantasma del rescate.
El 12 de mayo fue el día clave. El presidente del Gobierno compareció en el Congreso y anunció ante el Pleno un tijeretazo sin precedentes: congelación de las pensiones para 2011, supresión del cheque-bebé, restricción de las ayudas a los dependientes, rebaja del 5% en el salario de los empleados públicos. Y, además, un recorte de 6.400 millones en la inversión pública.
En definitiva, el mayor tijeretazo al gasto público y social de la historia reciente, con el que se pretendía lograr un ajuste adicional del déficit de 15.000 millones de euros que a la vez devolviera la confianza de los mercados en la economía española.
Ningún gobierno, hasta ese momento, se había atrevido a recortar el sueldo de los funcionarios ni a congelar el poder adquisitivo de los pensionistas. Zapatero lo hizo en un discurso dramático y muy medido, acuciado por la presión internacional, tras vivir uno de los momentos más difíciles de su carrera política –los tirones de orejas a España en el Consejo Europeo del 9 de mayo–, según él mismo confesó. Y después de que hasta el mismo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le pidiera reformas.
Aunque en ese momento se descartaron más medidas de ajuste, la siguiente remesa llegó con los Presupuestos. Ahí se vio también que el presidente se había visto obligado a sacrificar sus dogmas. Aunque la asignación al gasto social en su conjunto aumenta ligeramente, un 1,3% (183.230 millones), las cuentas del próximo año presentan más de una víctima del recortazo. En los Presupuestos de 2011 han caído grandes baluartes de la política de Zapatero. La partida destinada a la dependencia se reduce un 5,3% y las prestaciones para la protección de la familia se reducen un 8,9%, entre otras.
Y en la última crisis de Gobierno se vio obligado a sacrificar las carteras de Vivienda e Igualdad en aras de la austeridad.
El último ajuste es reciente. Zapatero declaró el 21 de noviembre que no había ningún dato que le llevara a pensar en aplicar un nuevo ajuste. Sin embargo, el 3 de diciembre, de nuevo ante la presión de los mercados, se vio forzado a aprobar más medidas. Este plan incluyó la supresión de la ayuda de 426 euros para los parados de larga duración sin otras prestaciones. También incluyó la privatización parcial de la gestión de los aeropuertos y de Loterías.
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