Apretando al BCE.
Será la tercera vez que lo hace, después de haber negado en mayo que flexibilizaría sus criterios para que la banca griega pudiera acudir a las subastas de liquidez, medida que se anunció poco después, y de renunciar a la compra de deuda soberana ese mismo mes, sobre lo que también tuvo que rectificar.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, dijo en noviembre que actualizaría en la reunión de hoy su hoja de ruta de retirada de medidas extraordinarias puestas en marcha durante la crisis. Sin embargo, los últimos acontecimientos obligan, según el OBCE, comité de expertos consultado por EXPANSIÓN, a dar marcha atrás en su estrategia. Todos coinciden en un mensaje: “El BCE debe dar prioridad a la estabilidad financiera”.
El rescate de Irlanda no ha hecho más que deteriorar todavía más la percepción de los inversores, que atacan con fervor a países como España. Y, poco a poco, se va extendiendo ese contagio hacia el resto de la eurozona. “No se trata de uno o dos países. Ya vemos como el contagio comienza a ser generalizado, aunque en mayor medida en economías que presentan un perfil de elevada deuda o déficit, bajo crecimiento y excesiva dependencia del ahorro exterior”, indica José Luis Martínez, estratega en España de Citi.
Este nuevo escenario al que se enfrenta el BCE exige, según estos economistas, acelerar el programa de compra de deuda soberana y retomar incluso viejas medidas de apoyo a la banca.
Compra de deuda
En mayo, la institución puso en marcha un plan para adquirir títulos de deuda pública con el fin de “mejorar el mecanismo de transmisión de la política monetaria”. Desde entonces, ha realizado compras por importe de casi 70.000 millones. “El BCE debe adoptar un programa cuantitativo de compras de bonos mucho más agresivo”, según Juan Pérez Campanero, economista jefe de Santander Global Banking and Markets. Con esta opinión coincide Simón Sosvilla, profesor de la Universidad Complutense de Madrid: “El BCE debería anunciar sin más demora la compra masiva de deuda de cualquier país de la eurozona, pero especialmente de los que son objeto de ataque por parte de los especuladores”.
Por otro lado, dentro de su estrategia de salida de la crisis, el BCE inyectó liquidez, de forma extraordinaria, a plazos de tres, seis y doce meses, por cantidad ilimitada y a un tipo fijo del 1%. Ya ha retirado las subastas a seis y doce meses y pretendía retirar hoy, previsiblemente, las de tres meses. Pero, “el BCE tomará su decisión de política monetaria en un contexto de deterioro significativo de los mercados y de intensificación del contagio en el riesgo soberano, lo que exige hacer una pausa en la estrategia de salida de las medidas no convencionales”, apunta Mayte Ledo, de BBVA.
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EXPANSIÓN PRO EN ORBYTSubastas de liquidez
El fuerte repunte de la rentabilidad de la deuda pública –el bono español a diez años ha superado el 5%– pone contra las cuerdas al sector privado. “La prioridad debe ser aumentar la estabilidad financiera por la crisis de la deuda así como el cierre efectivo de algunos segmentos del mercado de emisiones para muchas entidades”, indica Daniel Manzano, socio director de AFI. De ahí que José Ignacio Navas, de Caixa Galicia, confíe en que el BCE lance “más facilidades de liquidez, con nuevas inyecciones de dinero a más plazo o dando continuidad a la barra libre”.
Por otro lado, “la lenta recuperación del crédito”, según recuerda Javier Andrés, profesor de la Universidad de Valencia, potencia esa necesidad. “El contexto es aún muy incierto, por lo que es necesario seguir poniendo herramientas para restablecer la confianza en el euro”, añade Antonio Merino, de Repsol. Y más en un escenario “en el que las distintas economías muestran un crecimiento muy dispar”, según Jordi Gual, de La Caixa.
Reacción a las críticas en Fráncfort
Las distintas llamadas que desde España se hacen a una mayor intervención en los mercados de deuda por parte del BCE se oyen en Fráncfort como una melodía que chirría. Sobre todo si se compara con la Fed de EEUU. Thomas Meyer, economista de Deutsche Bank, y Jörg Krämer, de Commerzbank, creen que el BCE podría anunciar compras masivas para evitar que Italia o España tengan que ser rescatadas. Pero, según ellos, a un precio muy alto, pues la UE se convertiría en una “unión de transferencias”, informa Carmen Vela desde Fráncfort.
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