jueves, 10 de junio de 2021

Impecable, aplicable integramente al resto de las Autonomías Cantábricas...

Entrevista a Luis Bará: «Frente al modelo energético y oligopólico, defendemos otro modelo más social, comunitario y descentralizado» Por Contrainformacion.es -10 junio 2021 08:39 Angelo Nero El actual marco normativo que a nivel autonómico permite la instalación de parques eólicos a gran escala muestra un claro desequilibrio entre el negocio empresarial privado y la conservación de la naturaleza, no es en absoluto garantista y conlleva graves impactos condenando a Galicia a un futuro imprevisible, dado que la conservación adecuada de los paisajes y la protección de la biodiversidad, así como del patrimonio cultural, es fundamental para el desarrollo de una actividad turística sostenible con el entorno. En las actuales circunstancias en las que más de un centenar de proyectos eólicos están en distintas fases de tramitación por todo el territorio en plena celebración del Xacobeo 2021, se está hablando desde el Gobierno autonómico de convertir a Galicia en un «modelo europeo de turismo sostenible» poniendo en valor «los recursos endógenos» mientras de manera coordinada y simultánea se fomenta la desprotección territorial con la aprobación de leyes que para nada traen consigo valores de sostenibilidad ambiental y social. Urge un cambio de modelo que permita un proceso de transición ecológica que ante todo debe de ser ordenado, alejado del actual contexto de «greenwashing» promocionado por la Xunta de Galicia, tal y como expone Salvemos Cabana. Un modelo que debería de ser, además, social y ambientalmente justo, en el que la participación ciudadana sea uno de los factores clave para el desarrollo e implantación de energías renovables primando el fomento del ahorro, eficiencia e independencia energética de las comunidades a través de la incentivación del autoconsumo y la producción a pequeña escala en todas aquellas zonas donde resulte posible. Energía eólica sí, pero con un modelo renovado, participativo y democrático. Xosé Luís Bará Torres, filólogo e profesor gallego, concejal en el Parlamento de Pontevedra por el Bloque Nacionalista Galego (BNG), ha tenido la cortesía de comentar con Nueva Revolución y Contrainformación, a través de nuestro compañero Angelo Nero, las vicisitudes de este nuevo paradigma «ecológico» que defiende la Xunta de Galicia del popular Alberto Núñez Feijóo. Recientemente denunciaste en el parlamento gallego que la Xunta ignorara las peticiones de la Comisión Europea de ampliación de la Red Natura 2000, pues casi el 90% del territorio gallego queda fuera de esa protección. En esta denuncia pública incidías en la conexión entre el gobierno gallego y las grandes empresas, que quieren convertir nuestra tierra en un gran parque eólico. En los ochenta gritábamos aquello de “Estamos hartos de ser una colonia”, ¿vamos ahora camino de convertirnos en una colonia energética? Sí, la verdad es que nunca dejamos de serlo, pero ahora se está acentuando mucho el papel de Galicia como gran suministradora de materia prima, de energía y de otras cosas. Y se está utilizando, además, todo ese discurso post-pandemia y de transformación, o de transición verde y todo eso, de transición energética, para incrementar el papel de Galicia como suministradora de energía, eléctrica en este caso. Lo que vivimos en la última década, con el gobierno del Partido Popular, fue como se frenó esa decisión, que ya llegó a publicarse, de ampliación de la Red Natura 2000, por una petición expresa de la Comisión Europea, pues había numerosos hábitats que no estaban protegidos y que están declarados de Interés Prioritario, y que la Xunta, en vez de ampliar la Red Natura, lo que hizo, después de iniciar la tramitación, fue aprobar una disposición adicional de la Ley del Sector Eólico que decía que en esa ampliación de la Red Natura no se podían hacer parques eólicos pero, finalmente, lo que hizo fue paralizar la ampliación de la Red Natura, y ahora estamos viendo como una cantidad de parques van justamente en esas zonas de ampliación. Lo cual quiere decir que primaron, descaradamente, los intereses del lobby energético, que es claramente quien toma las decisiones, y la Xunta lo que hace es obedecer, y actuar a su servicio, en vez de proteger a la naturaleza, y defender a la gente que vive en el territorio. La Xunta actúa al dictado de eses grandes grupos empresariales, que son también los de las puertas giratorias. El BNG está llevando a numerosos ayuntamientos de Galicia una campaña de charlas para explicar la postura de vuestro grupo político sobre una “Energía eólica sustentable, justa y gallega”, ¿Podrías hacernos un resumen de esa propuesta energética en clave de país, y de la acogida que está teniendo entre la ciudadanía? A nosotros nos parece muy importante llevar ese debate al terreno, a los ayuntamientos, a las parroquias, a las comunidades vecinales y de montes, para explicar lo que está pasando, pero también para explicar nuestras alternativas. Básicamente, estamos presentando mociones y haciendo estas charlas, para centrar el debate no solo en la oposición a este modelo de expolio, sino a explicar cómo entendemos nosotros que debe gestionarse este sector. Básicamente, defendemos que la energía tiene que ser un bien público, y además un sector estratégico que cumpla una función en el tejido económico e industrial. En segundo lugar que, de acuerdo con ese carácter de bien público, debe haber una participación pública, del sector público y de la Xunta de Galicia, también de los ayuntamientos, en el desenvolvimiento de proyectos energéticos eólicos, que debemos aprovechar. En tercer lugar, la condición de Galicia como gran productora de energía para conseguir tener una tarifa eléctrica más barata, tema que está de mucha actualidad, tanto para los hogares como para las empresas. Esto sería un elemento importante, un avance, una ventaja comparativa destacable. Después pensamos también, de acuerdo con eso que decía de la dimensión industrial que tiene la energía, pues desenvuelven proyectos industriales tanto en la producción como en la fabricación de componentes, como también proyectos industriales territoriales, en las comarcas, vinculados a los parques eólicos. Pensamos también que hay que garantizar una ordenación y una protección de usos para que queden claros los usos residenciales, los usos productivos, y también las protecciones ambientales del territorio, para que estos parques no destruyan lo que ya hay, es decir, que no vale defender las energías renovables, si destruimos lo que sea renovable que es el territorio, la relación con el medio, los recursos naturales, el agua, que se dan en estas zonas donde quieren introducir unas actividades económicas que se dan en este territorio. Y, por último, defendemos frente a este modelo energético y oligopólico, otro modelo más social, comunitario, descentralizado, y de emponderamiento de las comunidades locales que deben convertirse en lo que se llaman prosumidores, productores y consumidores de energía, mediante el autoabastecimiento, mediante las llamadas comunidades energéticas locales, para que la gente se haga dueña, realmente, de los recursos, del viento y del sol, y se autoabastezca, y por lo tanto tenga acceso a una energía mucho más barata, y mucho más sostenible también. Porque, ¿se puede producir mucho más cerca, no? No con grandes infraestructuras de producción y transporte, que es lo que estamos viendo aquí, en el modelo que quiere imponer el Partido Popular y que prima el uso intensivo y abusivo del territorio de mega proyectos industriales en el monte y en la tierra, para producir energía en grandes cantidades, para llenar los bolsillos de esas grandes empresas, de eses lobbys de puertas giratorias, en contra de los intereses de nuestro país, de nuestra gente. Y eso se está haciendo, además, de una forma muy abusiva que te puedo comentar después, en otra pregunta. En un parlamento con una mayoría absoluta que parece plegada a los intereses de las grandes empresas, sin importarles gran cosa la conservación de nuestro medio ambiente, parece que la movilización popular sigue siendo el arma más importante para hacerle frente al expolio y a la depredación, ¿Cómo estáis valorando las grandes movilizaciones como la que recientemente vimos en la Serra da Groba, o la de Compostela, convocada por más de ciento treinta colectivos ambientales, políticos y sindicales? Pues es fundamental. Yo creo que realmente esto va de una suma de luchas, que se dan tanto en el ámbito local como en el nacional, en varios frentes. Una es la política institucional, eses debates que damos en los plenos, en los parlamentos, con las alegaciones que llevamos también a Madrid y a Bruselas, que tienen su importancia. Y hay un segundo nivel, que para mí también es determinante, que es la movilización social. Organización y movilización, eso permite dar el debate en el territorio, en los ayuntamientos y en las parroquias y, sobretodo, es fundamental tener acceso a la información, para evitar que las empresas, a través de los concellos, intenten convencer a la gente de que eso, tal como está pensado, es muy beneficioso, cuando es muy agresivo y muy lesivo. Y esa organización está dando lugar a muchas movilizaciones, en el ámbito local, que estamos viendo, como fue el caso de la Serra da Groba, que fue espectacular, también en el Suido, en la Braña, también en Terra de Montes, en la zona del Deza, en la zona de Bergantiños, con distintos formatos, confluyendo en la gran manifestación de Compostela, que ha sido todo un éxito, porque había mucho movimiento por debajo, y que le dice claramente al Partido Popular que así no, que no queremos asumir ese modelo, que ya sabemos a quién sirve, y que queremos otro que esté en función del nuestro país, de nuestra gente y de nuestro territorio. Entonces va a ser, digamos, un antes y un después en esta batalla judicial, que también se dará en caso de que se aprueben algunos de estos proyectos, porque del modo que se están haciendo no son acordes con el derecho, ni con la democracia, ni con el respeto a las garantías medioambientales mínimas. Ahí hay otra frente para dar la batalla. Pero, de las tres, la que tiene más poder, y potencia para cambiar las cosas, es la movilización, y por eso ha sido fundamental que hubiéramos llenado Compostela, y que desde muchos lugares de Galicia le dijéramos a la Xunta que no, que así no aceptamos esta forma de desenvolver la energía eólica. El abandono del rural, debido a décadas de políticas poco fomentadoras, por decirlo de alguna manera, de nuestra ganadería y agricultura, de las continuas olas de incendios que quedan, un año tras otro, sin culpables, con la consiguiente aceleración de la desertización del rural, y ahora, quieren llenar ese vacío de eólicos… No me atrevo a hacer ninguna teoría de la conspiración, pero parece que todo está ligado o, cuando menos, propiciado por alguien. Sí, es que hay un diseño político y económico que responde a esta visión del territorio de Galicia, en general, podemos decir que es una agresión a Galicia en su conjunto, una agresión al medio rural, porque para eses grandes poderes, y también para quien está al servicio de eses poderes económicos, en este caso la Xunta, solo ven monte o tierra para instalar sus grandes proyectos depredadores, sean forestales, mineros o energéticos, y no les preocupa si allí vive alguien, de que vive, si quiere seguir viviendo allí, o como queremos que sea el desenvolvimiento. Entonces, como no se hizo ninguna planificación de ordenación y desenvolvimiento territorial, de fomento de las actividades económicas y de servicios en el rural, este va camino de la desertización, de la despoblación, cara esa desarticulación también, y ese es el caldo de cultivo, ampliado y fomentado por eses proyectos, porque es como un golpe de gracia para lo que queda en muchas zonas del rural, contra lo que dicen, porque a pesar de su propaganda, los parques eólicos no sirven para activar ni económicamente, ni demográficamente, el rural, sino lo que hacen es anular y competir con otros usos, con otras actividades, y, al final, echar a la gente. Lo mismo pasa con otras propuestas, como el modelo forestal, es el monocultivo, que lo que hace es eliminar lo que hay alrededor, convirtiéndose en un único uso, y en el caso del eucalipto va a permitir que la gente abandone el rural. Porque el eucalipto no necesita cuidados y la atención que necesitan otro tipo de plantaciones y usos agroganaderos, y la gente podrá estar en sus ciudades, cobrando las rentas de tener allí eucaliptos, y en el caso de los parques eólicos es un modelo parecido. Por eso es tan importante esta respuesta que se está organizando por abajo, y que haya cada vez más gente concienciada y que está dando esa batalla de la información, que está forzando a muchos concellos, muchos de ellos del Partido Popular, a tener que aprobar acuerdos y presentar alegaciones contra estos proyectos. Aunque sea una postura cara a la galería, lo que está claro es que el Partido Popular está muy preocupado por la dimensión que está tomando este movimiento y tenemos varios indicadores de que eso es así. Y está mucho más preocupado a partir de la gran movilización del pasado 5 de junio en Compostela. El BNG tiene una alternativa para el rural gallego, en la que la agricultura y la ganadería estén ligados a la diversificación del monte, más que también sea comentario con otros usos del territorio. ¿Cuál es ese modelo que propone tu grupo para ese rural que, ahora mismo, está desamparado por el gobierno gallego? Y ¿Cómo es posible que el PP siga teniendo una implantación tan grande en ese rural que sufre sus políticas? El BNG tiene una propuesta que podemos resumir en tres patas: una es la ordenación del territorio, del que hablaba antes, de ordenar y organizar bien los usos, y las infraestructuras. Una segunda es el desenvolvimiento económico, desde una perspectiva sustentable y diversificada. Y la tercera es la dotación de equipamientos y servicios, porque si no la gente no tiene incentivos para vivir en el rural, si no hay buenas infraestructuras educativas, de servicios públicos, sanitarias, etc. Una pieza clave en este diseño es la dinamización y diversificación económica, aprovechando todo el potencial que tiene nuestro sector primario, agrario, ganadero y forestal. Además en esta crisis se demostró la importancia que tienen estos sectores y la necesidad de desenvolverlos, pero claro, rompiendo con este modelo que tenemos ahora que es de producción de materia prima, que tiene poco valor añadido, que tienen todos estos productos que podemos hacer en nuestro rural, y eso requiere también mucho esfuerzo en desenvolvimiento tecnológico, modernización y digitalización. Y en el caso del monte lo mismo. El monte, frente a este modelo de monopolio y monocultivo, tiene que ir a una diversificación productiva, incluso tiene cabida el uso energético, los proyectos energéticos dimensionados en integrados en el territorio. Tenemos más capacidad de ser productivos, y de generar riqueza en todas estas actividades. Claro, si somos la sexta potencia europea en producción de leche, más de la mitad sale de Galicia sin transformar, se va a enriquecer en otros lugares, del valor añadido que tienen estos productos, que no son ni siquiera queso, ni yogures, sino otro tipo de elementos, que se utilizan en la cadena alimentaria. Y lo mismo se puede decir del forestal, aquí se corta la mitad de la madera del estado, pero una gran parte va para fuera, sin tener transformación aquí, empezando por la pasta, que se exporta. Hay que romper con esa dependencia, con ese modelo de explotación y de espolio, y crear un modelo que esté pensado para nuestro país, para nuestro rural, para nuestra gente. Y en lo que decías del control y de la implantación que tiene el Partido Popular en el rural, es porque hay esas cadenas de control, que utilizan redes caciquiles, y son más difíciles de romper que en las zonas urbanas. Ese es un trabajo que hay que ir haciendo poco a poco, sobre todo en las zonas del interior, en el rural. Provincias como Ourense, donde el control es absoluto, a través, en este caso, de la Diputación, e ir, poco a poco, cambiando esa relación y digamos que haciendo que las prácticas democráticas lleguen a todo el territorio. Este debate de las eólicas está demostrando que eso es posible, en muchas zonas que, aparentemente, eran de absoluto control del PP, porque la gente se está revolviendo, se está dando cuenta de que eso no es beneficioso. En fin, puede ser un punto de partida para darle un vuelvo a la situación, de cara a las próximas elecciones municipales. También nuestras costas están amenazadas por el proyecto de varios parques eólicos marinos, en los que Iberdrola anuncia que vendrán acompañados por la creación de hasta dos mil empleos. ¿Cuáles son los riesgos ambientales de estos parques para nuestros fondos marinos? Y ¿Realmente crees que vendrán acompañados de una creación de empleo directo en nuestra tierra? Todas estas cifras que nos dan de creación de puestos de trabajo son absolutamente ficticias, tanto en tierra como en el mar, porque, además, Asime habla de unas cifras, la Xunta de otras, las multiplica por dos o por tres, es una tómbola que no tienen ningún tipo de rigor, claro, aquí la cuestión es que no les llega con depredar y expoliar hasta el último metro cuadrado de tierra, que es donde vamos con esta explosión que estamos viviendo ahora, que también quieren ir a por el mar. Y aquí hay una serie de factores que hacen que nosotros tengamos mucha prevención, mucha cautela con respecto a este tema, pensamos que hay una incompatibilidad con los usos, por cómo es la costa gallega, por cómo es la plataforma continental, que es muy estrecha, para que se puedan implantar esos parques en el ámbito de la costa gallega, por estas características, digamos, geológicas de la costa, también por la actividad pesquera, porque se va a producir, necesariamente, un choque entre la implantación de la energía eólica en el mar con las actividades pesqueras en la zona costera, e incluso con otro tipo de usos, porque también esta es una zona de tránsito marítimo muy importante. Está también el tema de los impactos que puede haber en la fauna y, además, hay que tener en cuenta también que eses parques tiene que salir, o más bien su energía, para tierra, y eso también va a tener un impacto, por las canalizaciones, por las infraestructuras que hay que tener en tierra. Por lo tanto nosotros defendemos mantener la posición que se votó en el Parlamento Gallego, por unanimidad, de moratoria de la implantación eólica en el mar, porque, además, por si esto no fuera suficiente, responde al mismo modelo depredador y de expolio que se está implantando en tierra. Entonces, así no, tampoco. Nosotros defendemos la energía eólica, pero con otras características. Compartir Tuitear

No hay comentarios: