lunes, 30 de enero de 2023
Las esquinas del Carbón...
ASTURIAS
La inmensa excavadora que explota la mina de lignito de Garzweiler, que Alemania ha decidido ampliar en Lützerath.La inmensa excavadora que explota la mina de lignito de Garzweiler, que Alemania ha decidido ampliar en Lützerath. BBC
En los años 90 dejó de extraerse en La Mozquita, una explotación a cielo abierto similar a la de Lützerath, que ha levantado ampollas en el país germano
29 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.
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Es imposible observar el caso de la mina alemana de Lützerath, que ha generado un gran movimiento de rechazo por parte de los ecologistas en ese país (incluida visita de Greta Thunberg) sin volver la vista a Asturias. Mientras en el país germano van a ampliar esa explotación a cielo abierto de lignito, un tipo de carbón de baja calidad, en Asturias cerró hace unos años un similar, de la en realidad se extraía un mineral más rico: La Mozquita y Matona.
La minería a cielo abierto deja poco margen para el disimulo y, aunque se acometieron labores de recuperación, esta mina dejó visibles cicatrices en el terreno y perjuicios para los pueblos vecinos. Afectó a Langreo y Mieres y no solo en cuanto al paisaje. También acabó con acuíferos y en consecuencia modificó todo el ecosistema de la zona. En los años 90 del siglo pasado se fueron cerrando.
Este monstruo llegó a extraer 820.000 toneladas de mineral en 800 hectáreas, unos ocho kilómetros cuadrados. Pero en realidad era pequeña comparada con la alemana, (Garzweiler) que ocupa nada menos que 48 kilómetros cuadrados (4.800 hectáreas) y opera con la excavadora móvil más grande del planeta. El lignito que extrae se usa para generar energía eléctrica.
Aunque La Mozquita parece muerta y (casi) enterrada, hace menos de cinco años, Hunosa pudo llegar a plantearse un polémico proyecto de reapertura. Los movimientos en toda Europa, que mira al carbón como respuesta al temor de un desabastecimiento energético debido a la guerra de Ucrania, podrían reabrir el debate.
La pregunta es: ¿podría retomar Asturias la extracción en lugares como este, dado el alto precio de la energía? La respuesta, a priori, es que no. Los problemas medioambientales son la primera barrera importante, a decir de los expertos. En segundo lugar, y no menos importante, la idea de volver a explotarlas chocaría frontalmente con los planes de transición energética hacia la sostenibilidad que, en general, están primando en Europa.
Y por último, la situación del mercado de los combustibles fósiles es muy cambiante. Puede ocurrir que una mayor oferta de renovables y el fin de la guerra de Ucrania hiciera bajar los precios, con lo que una explotación de carbón dejaría rápidamente de ser rentable. Pero el futuro es complejo y no está escrito. Y el carbón no se va a ir a ninguna parte mientras tanto.
El regreso del carbón: la crisis y la guerra empujan el consumo mundial
L.O.
Las Navidades de 2018 fueron la despedida oficial de la larga tradición minera de Asturias que marcó la historia de la comunidad durante casi dos siglos. Sin gran alharaca, la explotación de carbón quedó reducida al Pozo Nicolasa, por su cercanía al Lavadero del Batán y para nutrir en parte a la térmica de La Pereda. Pero también se marcó en esas fechas el principio del fin de las centrales de Asturias que empezaron su cuenta atrás para el cierre definitivo, y no sin polémica: Lada en Langreo, propiedad de Iberdrola y la de Soto de la Barca, en Tineo, de Naturgy fijaron en el calendario su clausura sin que quedara fijada de forma clara una alternativa industrial y de empleo. En el nuevo 2019 la descarbonización era un compromiso esencial de la Comisión Europea y se aceleraron pasos e incentivos para abandonar cuanto antes una de las fuentes de energía más contaminantes. Y entonces estalló una pandemia y después una guerra que puso contra las cuerdas buena parte de la economía de los países europeos.
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