Cajas enquistadas...
El Banco de España fuerza una fusión para Cívica ante las disputas de Pulido y Goñi
Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Esta perogrullada se puede aplicar como anillo al dedo a la corta trayectoria empresarial -dos años- y bursátil -seis meses- de Banca Cívica, que ayer reconoció oficialmente contactos a la CNMV en busca de una fusión que saque el grupo del marasmo de gestión en el que se halla inmerso. elEconomista ya adelantó a mediados de diciembre que Cívica estaba buscando novio ante el deterioro de sus márgenes y ratios y, especialmente, tras la nueva vuelta de tuerca en el saneamiento del sector financiero español que ha anunciado el ministro Luis de Guindos y que ha cifrado en 50.000 millones.
Junto a ello, han pesado también de forma determinantelos reiterados toques de atención del Banco de España a sus copresidentes, y acérrimos enemigos, Antonio Pulido (procedente de Cajasol) y Enrique Goñi (de Caja Navarra) para que encauzaran el rumbo de la entidad -aquejada de una morosidad del 7,7 por ciento a septiembre, cuando la tasa de cobertura de la misma descendió hasta el 64,3 por ciento, y que el propio banco prevé que cierre el año en el 8,5-.
Las continuas disputas entre Goñi y Pulido acerca de los puntos clave de la integración estratégica y operativa de las cuatro cajas que integran Cívica han hecho del grupo uno de los menos eficientes del sector.
El banco, nacido en diciembre de 2009 originalmente de la integración de Navarra, Burgos y Canarias, recibió a final de 2010 ayudas del Frob por valor de casi mil millones para posibilitar la integración de Cajasol, con la que alcanzó un tamaño de 78.000 millones en activos. La entidad sevillana, que aún estaba entonces digiriendo su propia fusión entre El Monte y San Fernando, acababa de fracasar en el tímido intento de unión con Unicaja. Esos fondos públicos sirvieron básicamente para tapar el agujero de la andaluza, como posteriormente se conoció a partir de informes del Banco de España.
Las acciones de la entidad, que cerraron ayer a 2,48 euros tras revalorizarse un leve 0,89 por ciento, nunca han recuperado el precio de salida al parqué el 21 de julio pasado, a 2,7 euros.
Negociaciones
Los candidatos con los que desde Banca Cívica se ha contactado son, fundamentalmente, tres: Kutxabank, Ibercaja y Grupo BMN. La primera de ellas, especialmente con motivo de la visita a Sevilla de su presidente, Mario Fernández, a comienzos de diciembre en la que dijo que su filial Cajasur aspiraba a ser la primera entidad de Andalucía, es la que suena con más fuerza como consolidadora. A esa ambición andaluza se suma que el propio Fernández ha señalado el nivel de los 150.000 millones como el que aspira lograr. Esas dos condiciones son, exactamente, las que lograría caso de integrar a Cívica.
Fuentes de la entidad vasca señalaron ayer, no obstante, que no hay ninguna novedad sobre lo comentado en diciembre y que, en cualquier caso, el rumor sobre el interés de Kutxa a quien beneficia principalmente es a la propia Cívica. Fernández siempre ha insistido en que cualquier operación de concentración en la que entre debe de mantener intacta la aportación de la entidad al País Vasco, así como su solvencia y liquidez.
Debilidades
La opción vasca, en cualquier caso, es la preferida por Goñi, aunque para Kutxabankgeneraría, por un lado, sinergias interesantes en la zona norte de España, pero duplici- dades importantes entre su actual red de Cajasur y la de Cívica en Andalucía occidental. Pulido, sin embargo, es más proclive a la de BMN o Ibercaja. Ninguno de los dos, en cualquier caso, tendría voluntad -ni, quizá, poder suficiente- para mantener cargos ejecutivos de primera línea con motivo de una fusión, a tenor de las conversaciones mantenidas.
Visiones diferentes que no son más que el reflejo de la escisión en el seno de la copresidencia, ya que ambos sólo se comunican para las cuestiones imprescindibles, y que derivan en una clara falta de liderazgo que el Banco de España quiere solucionar cuanto antes. De igual manera, los dos se encuentran debilitados políticamente tras los cambios en los gobiernos de sus respectivas comunidades autónomas ya producidos (caso de Navarra, con la llegada de Yolanda Barcina a la presidencia, y en la que el PP que apoya a la presidenta ha pedido que se investigue la gestión de Caja Navarra) o en ciernes (caso de Andalucía, donde las elecciones del 25 de marzo desalojarán casi con total probabilidad al PSOE de la Junta, partido al que Pulido pertenece desde siempre).
Un ejemplo reciente de esta errática gestión es el desmentido que la entidad tuvo que hacer en septiembre sobre su interés en absorber Unnim. Algo que suena a ironía a tenor de lo conocido ayer.
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