El impacto del cierre del estrecho de Ormuz
23.01.2012 Liam Denning
Alan Greenspan y el Estrecho de Ormuz: uno es un personaje de relevancia internacional que pertenece al pasado y el otro, un paso hacia el Golfo Pérsico. Aunque no lo parezca, tienen algo en común.
En su día, los analistas hablaban con cierta cordialidad del “Enfoque Greenspan”, según el cual, si los mercados caían, el ex presidente de la Reserva Federal de EEUU intervendría recortando los tipos e inyectando liquidez.
En estos días, cada vez que un problema como la debilidad de la demanda derivada de la ralentización de la economía global amenaza con afectar al consumo de petróleo, las autoridades iraníes y algunos analistas del sector energético incrementan los rumores sobre la posibilidad de que un conflicto bloquee el Estrecho e interrumpa el suministro de petróleo, provocando un incremento de los precios. El petróleo volvió a subir el lunes, después de que la Unión Europea confirmara su decisión de embargar las exportaciones de petróleo iraní. Sin embargo, cabe preguntarse si Irán sería capaz de bloquear el Estrecho durante mucho tiempo o si estaría dispuesto a aceptar las consecuencias de una acción de estas características.
Aunque Irán tomara esa decisión, sin embargo, Occidente cuenta en ese momento con unos elevados inventarios de petróleo. Debido al descenso de la demanda y al incremento de la producción interna, las importaciones netas de petróleo por parte de EEUU han caído. Por tanto, aunque las reservas no han sufrido grandes oscilaciones desde principios de 2009, el número días de cobertura de importaciones ha aumentado. En octubre de 2011, los inventarios cubrían 224 días de importaciones netas, el nivel más elevado desde principios de 1995.
En Europa, en el punto más crítico del embargo, los datos de la Agencia Internacional de la Energía muestran un panorama menos favorable, aunque tampoco resulta alarmante. Tomando como referencia la evolución de doce meses que tiene en cuenta las oscilaciones de las distintas temporadas, en octubre, las reservas cubrieron 140 días de importaciones netas. Eso son diez días menos que a mediados de 2010, aunque la cifra está dentro de la media de los últimos cinco años.
Teniendo en cuenta estos datos, depender de lo que ocurra en Ormuz para asistir a un incremento sostenible de los precios del petróleo parece una opción arriesgada. Mejor nos irá si mantenemos la esperanza de que el sucesor de Greenspan va a lanzar sus propias medidas en forma de relajación cuantitativa.
Más información en http://online.wsj.com/article/SB10001424052970203750404577172890579786660.html?mod=WSJ_Heard_LeadStory
No hay comentarios:
Publicar un comentario