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¿Viene otra gran recesión?
Europa se la juega en Irán
Las sanciones de EEUU y UE contra Irán empujarán al alza el precio del petróleo. Incluso algunos analistas hablan ya de un barril disparado entre los 150 y los 200 dólares si hay conflicto bélico. Unas cotas que cortarían en seco la esperada recuperación de EEUU y hundirían aún más la economía de una Europa ya abocada a la recesión. Algunos expertos temen la tormenta perfecta: una contracción profunda, con una inflación creciente por el alza del petróleo y, por tanto, con el BCE sin poder bajar tipos para reactivar una economía lastrada por los recortes y golpeada por la crisis de deuda y el déficit. ¿Quién da más?
Algunos analistas auguran ya que, simplemente con que la tensión continúe en la región, el barril podría escalar hasta el entorno de los 130 o 150 dólares y que, en caso de enfrentamiento bélico abierto, el crudo podría superar con holgura el nivel de los 150 e incluso dispararse hasta los 200 dólares. Unas cotas que muchos quieren seguir considerando impensable, pero que en caso de alcanzarse y de mantenerse durante un tiempo alejaría la recuperación a la que se agarra EEUU y hundiría aún más a una Europa ya abocada a la recesión sin necesidad de crisis petrolera alguna.
Estados Unidos y la Unión Europa han optado por la vía de las sanciones para frenar el programa nuclear de Irán, ante el temor de que el régimen de los ayatolás pueda obtener a corto plazo la bomba atómica y convertirse en una nueva potencia nuclear de la región. El presidente Barack Obama firmó el pasado diciembre un nuevo paquete de medidas de presión contra Irán. La Unión Europea ha dado esta semana el visto bueno a un programa de sanciones que incluye el veto a las importaciones de petróleo iraní a partir del 1 de julio. Mano dura que puede desencadenar un efecto bumerán en términos económicos.
Ormuz, el gran paso mundial de crudo
El Gobierno de Mahmud Ahmadineyad lleva meses amenazando a las potencias occidentales con cerrar el estratégico estrecho de Ormuz, paso fundamental del tráfico marítimo del Golfo Pérsico, en caso de que aprobaran sanciones económicas para estrangular financieramente al país. De hecho, durante el mes de enero la Armada iraní ya simuló el cierre de Ormuz en unas maniobras militares en las que también puso a prueba, con éxito, varios nuevos modelos de misiles.
La simple amenaza iraní de echar el cierre al estrecho de Ormuz ya supone un factor determinante para empujar al alza los precios del petróleo. Así que, en su caso, el cierre efectivo del paso puede desatar una escalada de precios hasta máximos históricos. El miedo está justificado. Ormuz es realmente el principal cuello de botella del comercio mundial de crudo con más de 17 millones de barriles diarios pasando por él: más de 35% del petróleo transportado por mar durante 2011 atravesó el estrecho, lo que representa cerca del 20% del comercio global de petróleo. El gran problema de un eventual cierre del estrecho radica en que hoy por hoy no existen rutas alternativas con capacidad suficiente para suplir el paso de Ormuz y mantener abastecidos los mercados.
La incertidumbre sobre el mantenimiento del suministro que han generado las amenazas iraníes ya se ha dejado notar en la cotización de los futuros del crudo. Las sanciones aprobadas por EEUU y el anuncio de que Europa se sumaría a la presión han hecho que el barril Brent, el de referencia en Europa, pasara del entorno de los 108 dólares a finales de diciembre a rozar los 114 en las primeras semanas de 2012. Aún lejos del pico de 130 dólares que alcanzó en los albores del conflicto en Libia, pero cerca del nivel en se situó en septiembre con la caída de Muamar Gaddafi. Por su parte el barril West Texas estadounidense se situó a principios de enero en máximos de siete meses, tocando los 104 dólares.
Moderación en el crudo, pero...
En cualquier caso, la aprobación de las sanciones por parte de la UE el pasado lunes se tradujo en un pequeño repunte de apenas un dólar. "La moderada reacción demuestra que el anuncio ya se había tomado en cuenta en el precio", apunta Ole S. Hansen, analista sénior de Materias Primas de Saxo Bank. "Y será necesario algún paso más para que suban los precios", dice. Un paso más que puede consistir simplemente en una escalada de la tensión a golpe de amenazas de Teherán o por un ataque occidental en caso de que Irán se decida a intentar cerrar militarmente Ormuz.
"Este riesgo en un contexto de crisis económica y financiera internacional y con los riesgos de recesión que afrontan los países europeos, causaría un choque de oferta difícil de asumir a corto plazo", sostienen Félix Arteaga y Gonzalo Escribano, investigadores principales de Defensa y de Energía, respectivamente, del Real Instituto Elcano. "La recuperación europea se ve dificultada por un nivel de precios actual por encima de los 100 dólares por barril, y aunque la crisis y los altos precios tienden a destruir demanda occidental de energía, el precio no baja porque la demanda asiática sigue al alza", explican ambos analistas en un informe reciente.
Las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), recién revisadas a la baja, contemplan que la demanda de crudo alcanzará en 2012 los 90 millones de barriles diarios, 1,1 millones más que en 2011, pero 200.000 menos que en las estimaciones anteriores. Las economías emergentes son las que tiran del consumo de petróleo, incrementando su demanda un 3,2%, mientras que los miembros de la OCDE volverán la reducirán un 0,7% este año después de haberla rebajada un 1,2% en 2010. "Con los fundamentales de mercado (demanda y oferta) ajustados, cualquier escalada de la tensión geopolítica en la zona puede tener efectos muy negativos sobre el precio del crudo y la economía mundial", advierten Arteaga y Escribano.
Dos escenarios y los dos alcistas
Los países compradores del petróleo iraní, entre los que se encuentra España como importador destacado, buscan ahora alternativas en otros productores de crudo para garantizar su capacidad de consumo. Arabia, Rusia y la cada vez más recuperada Libia se presentan como los candidatos a suplir el volumen de crudo que las sanciones impedirán exportar a Irán. Sin embargo, y aunque los mercado ahora se mantengan en relativa calma por haber descontado ya las medidas de presión de EEUU y UE contra Teherán, la estrategia que decida seguir a partir de ahora el régimen iraní determinará hasta qué niveles sube el crudo y hasta qué punto se ve afectada la economía global, y muy singularmente la ya decaída economía europea.
Los analistas coinciden en que la tensión en Irán elevará el precio del crudo. ¿Cuánto? Las previsiones van desde los 125 hasta los 200 dólares según la gravedad del conflicto
Con este contexto, el crudo podría seguir al alza y la magnitud de la subida dependerá de la efectividad de las sanciones para cortar las exportaciones iraníes y de si otros países se suman a ellas, de la capacidad de los otros exportadores de crudo, en especial Arabia Saudí, para compensar la pérdida de oferta y de la intensidad de la voluntad ya expresada por la AIE de liberar reservas estratégicas. Los analistas de Société Générale auguran que este escenario se traduciría en una subida del precio del barril Brent hasta el rango de los 125/150 dólares, desde el entorno de los 110 dólares en que se encuentra actualmente.
En el segundo escenario, en principio poco probable, Irán trataría efectivamente de cerrar militarmente el estrecho de Ormuz, ya fuera con minas submarinas en el paso o amenazando con bombardear los buques que trataran de atravesarlo, lo que llevaría a EEUU y a sus aliados a realizar una intervención armada para evitarlo. En tal caso, dependiendo de la duración del conflicto militar (días, semanas o meses) y de si Irán consigue mientras dure el enfrentamiento el bloqueo total del estrecho, Société Générale augura que el Brent podría dispararse hasta situarse durante un periodo limitado de tiempo en la horquilla de los 150 y los 200 dólares, una cota que tendría efectos devastadores para la economía.
El escenario más probable es que Irán mantenga su amenaza de cerrar el estrecho de Ormuz, pero sin ejecutarlo. Si Teherán se atreve a intentarlo habrá intervención militar de EEUU. De su duración dependerá su impacto en la economía
Más o menos..., pero en máximos
No todos los analistas pintan un panorama tan negro. Aunque los escenarios que se manejan son todos complicados, muy complicados. Ole S. Hansen, de Saxo Bank, augura que el encarecimiento del crudo por las tensiones en Irán tendría un recorrido limitado hasta una cota máxima, en principio, en el entorno de los 150. "En los próximos días y semanas, el mercado va a esperar con nervios el próximo movimiento de Irán, y en el improbable caso de que se llegue a un conflicto bélico, el precio del petróleo tiene un potencial alcista de entre 20 y 40 dólares", explica Hansen. Para alcanzar la cota de los 200 dólares que algunos anticipan, el alza sería de nada menos que de 90 dólares.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó ayer mismo de que la interrupción de las exportaciones de crudo iraní por las sanciones internacionales (el país exporta 2,15 millones de barriles diarios, según los datos de la AIE correspondientes al pasado septiembre) provocará un incremento de entre el 20% y el 30% si no son suplidas por otros productores. E incluso el organismo dirigido por Christine Lagarde advierte de que, en caso de que Irán consiguiera cerrar el estrecho de Ormuz, el impacto en los precios petrolíferos sería "mucho mayor y sin precedentes".
Barclays Capital complica aún más las posibles consecuencias de la tensión en Irán y contempla cuatro escenarios. El más probable, que implica que Japón y Corea del Sur se suman al embargo de crudo mientras China y la India mantienen el ritmo de sus importaciones, llevaría el Brent hasta los 130 dólares y el West Texas a los 125, con sendas subidas del 20% y del 27% desde los niveles actuales. El peor de los escenarios, con probabilidad baja y que supondría el cese total de las exportaciones iraníes, llevaría el crudo a máximos históricos de 150 dólares para el Brent y de 145 dólares para el Texas, muy por debajo del contexto más grave de los contemplados por Société Générale.
Una cuestión que preocupa en los mercados es que en varios de los escenarios contemplados por las firmas de análisis y de inversión, y en función de la intensidad, podría llegar a superarse el máximo histórico intradía de 147,5 dólares que el Brent marcó en julio de 2008, una cota ya suficiente para frenar la economía de EEUU y condenar a Europa a una contracción mayor de la esperada. "Un pico como éste, si se prolongara, sin duda contribuiría a aumentar los fantasmas de una recesión al estilo de la de 2008 y 2009 y la demanda de petróleo podría verse gravemente afectada, aumentando así el riesgo de un colapso en el precio", dice el analista de Saxo Bank. Pescadilla mordiéndose la cola.
El crudo y la recesión
Si 2012 ya prometía ser un año complicado para la economía mundial, y muy especialmente para la europea, las tensiones en los mercados energéticos sirven para abonar las incertidumbres. El FMI ha anunciado esta semana una revisión a la baja de sus previsiones para este año. Según el nuevo escenario que maneja el FMI, la economía mundial crecería un 3,3%, frente al 4% estimado hasta ahora. Estados Unidos seguiría creciendo a un ritmo del 1,8%, mientras que la Eurozona se convierte en el gran lastre con contracción del PIB del 0,5% este año. El caso de España es más dramático: el FMI anticipa para la economía española dos años de recesión, con caídas del 1,7% en 2012 y del 0,3% en 2013; un escenario más pesimista que el que prevé el Banco de España, que sólo prevé un ejercicio de contracción.
La economía europea ya se encamina a la recesión este año. Los analistas temen que el BCE no pueda bajar tipos para reactivar la economía si el alza del crudo provoca tensiones inflacionistas
Algunos analistas no descartan que en este contexto empiecen a tomar forma los temores de una tormenta perfecta. La predisposición que muestra el Banco Central Europeo (BCE), de la mano de Mario Draghi, a seguir una política de rebaja de tipos de interés para reactivar la economía podría verse frenada si el encarecimiento del crudo hace reaparecer las tensiones inflacionistas. Con los tipos ahora en el 1% y con el mercado augurando una o varias rebajas en los próximos meses hasta el 0,5%, "existe el peligro de que el BCE pueda aplazar las rebajas, dependiendo de la situación de la economía y del precio de las commodities, especialmente por los riesgos en torno al petróleo", apunta Julian Callow, economista jefe para Europa de Barclays Capital, que señala la inestabilidad sobre el precio del crudo como una de las mayores amenazas para la evolución de la economía europea.
¿Nos espera pues otra tormenta perfecta? Con la economía europea abocada ya a la recesión, surgen los temores a que la caída del PIB de la eurozona del 0,5% que prevé el FMI se quede corta. Los gobiernos se entregan a los recortes para reducir el déficit pero a costa del crecimiento del PIB, y el BCE puede suavizar o frenar la esperada rebaja de tipos si la inflación vuelve a meter presión. El resultado, lo vemos en unos meses. ¿Cuántas veces hemos oído eso de que lo peor de la crisis ya ha pasado?
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