Luis de Guindos presenta Nuestro plan para reactivar España aThe Wall Street Journal
BMS
viernes, 20 enero 2012, 13:06
La edición digital de The Wall Street Journal recogía ayer una columna de opinión firmada por Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad de España, en la que el político explica el esquema del Ejecutivo para devolver a nuestro país a la senda del crecimiento bajo el título:“Nuestro plan para reactivar España”.
Así, De Guindos comienza su disertación con una tajante afirmación: “Entendemos perfectamente las razones que han llevado a nuestro país a la escandalosa cifra de desempleo del 22,9%”, según los datos de noviembre, y “en consecuencia, conocemos también las medidas urgentes necesarias que deben ser adoptadas para recuperar nuestra economía y generar un empleo estable y un crecimiento sostenible; sabemos asimismo los costes que en el corto plazo deberemos pagar para conseguirlo”.
Por ello, reconoce que “la tarea a realizar es ambiciosa. Por un lado, debemos seguir presionando con medidas de consolidación fiscal (…) y, por otro, fomentar el crecimiento mediante la adopción de medidas estructurales”.
En este sentido, declara que “la consolidación fiscal no es una opción, es un requerimiento para garantizar la confianza de los inversores en la sostenibilidad de nuestras finanzas publicas y en la estabilidad macroeconómica de España”. Esta es la base, explica, sobre la que se asienta la primera decisión tomada por el Gobierno del presidente, Mariano Rajoy, “de implementar un duro plan de recorte de gastos y un progresivo incremento de los impuestos sobre la renta”.
Medidas, indica De Guindos, “necesarias para compensar el inesperado salto del déficit público español del 6% previsto al 8% en 2011. Disposiciones, impopulares e indeseadas que tienen el apoyo de la mayoría del Parlamento. Una Cámara que fue la primera en Europa en introducir la regulación constitucional del déficit”, recuerda.
“Las reformas estructurales”, por su parte, “serán necesarias para contrarrestar las medidas de consolidación fiscal en el crecimiento”. Así, señala, “la nueva reforma laboral persigue un objetivo simple, pero fundamental: fomentar la creación de empleo y la productividad con el fin de mejorar la competitividad de las empresas españolas y de la economía en su conjunto. Para lograr este objetivo, debe ser integral y abordar las principales debilidades del actual mercado laboral”.
En primer lugar, “nuestro sistema de negociación salarial tiene que ser profundamente revisado para permitir un mecanismo eficiente y no inflacionista, sobre la base de la productividad”. El ministro opina que “la negociación salarial debe hacerse a nivel de empresas individuales”. En segundo lugar, destaca, “tenemos cerca de 40 tipos distintos de contratos de trabajo. Esto debe ser simplificado: un único contrato indefinido, con clausulas comunes para los nuevos empleados, y otro contrato para fomentar la contratación temporal”. Por último, “necesitamos políticas laborales activas tanto para los desempleados como para los trabajadores que fomenten la productividad y permitan la recolocación del capital humano en sectores de valor añadido”.
Por su parte, la reforma del sector financiero, que “se iniciará en breve, obligará a los bancos a incrementar sus provisiones lo suficiente como para hacer frente a cualquier amortización que pueda surgir en sus activos inmobiliarios y préstamos”, porque todas las necesidades de financiación adicional que tenga “tendrán que venir de los propios recursos del sistema”. En general, añade, “las nuevas medidas de regulación fomentarán la transparencia y solvencia. El resultado, concluye, “serán menos jugadores pero más fuertes, instituciones más responsables, con un mejor gobierno corporativo”.
El trabajo “que debemos realizar en los próximos meses es enorme (incluso si tenemos en cuenta las reformas en otras áreas como Educación o Justicia). Afortunadamente, el nuevo Gobierno tiene lo necesario para alcanzar el éxito (…) y la determinación para hacer lo que hace falta. Aunque la tarea es ambiciosa, es manejable”.
S.C.
Así, De Guindos comienza su disertación con una tajante afirmación: “Entendemos perfectamente las razones que han llevado a nuestro país a la escandalosa cifra de desempleo del 22,9%”, según los datos de noviembre, y “en consecuencia, conocemos también las medidas urgentes necesarias que deben ser adoptadas para recuperar nuestra economía y generar un empleo estable y un crecimiento sostenible; sabemos asimismo los costes que en el corto plazo deberemos pagar para conseguirlo”.
Por ello, reconoce que “la tarea a realizar es ambiciosa. Por un lado, debemos seguir presionando con medidas de consolidación fiscal (…) y, por otro, fomentar el crecimiento mediante la adopción de medidas estructurales”.
En este sentido, declara que “la consolidación fiscal no es una opción, es un requerimiento para garantizar la confianza de los inversores en la sostenibilidad de nuestras finanzas publicas y en la estabilidad macroeconómica de España”. Esta es la base, explica, sobre la que se asienta la primera decisión tomada por el Gobierno del presidente, Mariano Rajoy, “de implementar un duro plan de recorte de gastos y un progresivo incremento de los impuestos sobre la renta”.
Medidas, indica De Guindos, “necesarias para compensar el inesperado salto del déficit público español del 6% previsto al 8% en 2011. Disposiciones, impopulares e indeseadas que tienen el apoyo de la mayoría del Parlamento. Una Cámara que fue la primera en Europa en introducir la regulación constitucional del déficit”, recuerda.
“Las reformas estructurales”, por su parte, “serán necesarias para contrarrestar las medidas de consolidación fiscal en el crecimiento”. Así, señala, “la nueva reforma laboral persigue un objetivo simple, pero fundamental: fomentar la creación de empleo y la productividad con el fin de mejorar la competitividad de las empresas españolas y de la economía en su conjunto. Para lograr este objetivo, debe ser integral y abordar las principales debilidades del actual mercado laboral”.
En primer lugar, “nuestro sistema de negociación salarial tiene que ser profundamente revisado para permitir un mecanismo eficiente y no inflacionista, sobre la base de la productividad”. El ministro opina que “la negociación salarial debe hacerse a nivel de empresas individuales”. En segundo lugar, destaca, “tenemos cerca de 40 tipos distintos de contratos de trabajo. Esto debe ser simplificado: un único contrato indefinido, con clausulas comunes para los nuevos empleados, y otro contrato para fomentar la contratación temporal”. Por último, “necesitamos políticas laborales activas tanto para los desempleados como para los trabajadores que fomenten la productividad y permitan la recolocación del capital humano en sectores de valor añadido”.
Por su parte, la reforma del sector financiero, que “se iniciará en breve, obligará a los bancos a incrementar sus provisiones lo suficiente como para hacer frente a cualquier amortización que pueda surgir en sus activos inmobiliarios y préstamos”, porque todas las necesidades de financiación adicional que tenga “tendrán que venir de los propios recursos del sistema”. En general, añade, “las nuevas medidas de regulación fomentarán la transparencia y solvencia. El resultado, concluye, “serán menos jugadores pero más fuertes, instituciones más responsables, con un mejor gobierno corporativo”.
El trabajo “que debemos realizar en los próximos meses es enorme (incluso si tenemos en cuenta las reformas en otras áreas como Educación o Justicia). Afortunadamente, el nuevo Gobierno tiene lo necesario para alcanzar el éxito (…) y la determinación para hacer lo que hace falta. Aunque la tarea es ambiciosa, es manejable”.
S.C.
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