EL DIRECTOR DEL IIIPC LO CONDICIONA A "UN RÉGIMEN DE VISITAS MÍNIMO"
"La decisión de reabrir Altamira la tomarán los políticos
Ruben Diaz Caviedes
Rubé Diaz Caviedes
Con "mucha cautela", "un régimen de visitas mínimo" y "teniendo siempre claro que la prioridad es la conservación" de las pinturas. Son las condiciones que poneManuel Ramón González Morales, director del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas, para la reapertura al público de la cueva de Altamira. Pero la decisión, claro, no estará en su mano, ni en la de ningún técnico: "La decisión es política, como ocurre siempre. Serán los políticos quienes la tomen y los científicos asesorarán".
González, también catedrático de la Universidad de Cantabria, resume así El Confidencial su parecer sobre la controvertida reapertura de la cavidad, avalada por el equipo de investigadores que hoy la estudia por encargo de su Patronato pero desaconsejada terminantemente por un estudio previo del Centro Superior de Investigaciones Científicas publicado en la revista Science, que concluía que "la cueva de Altamira, aunque está cerrada en la actualidad, sufre un riesgo real".
Desde el municipio cántabro de Ramales de la Victoria, donde dirige estos días el curso El arte paleolítico en el siglo XXI: teoría, metodología y proyección social, González dice no estar "cerrado en banda" a la posibilidad de que la cueva pueda visitarse y pone de relieve la función "de servicio público" del patrimonio paleolítico, aunque rechaza desde ya que la cavidad acoja un régimen der visitas como el que tuvo en el pasado.
"En los años 70 estábamos en torno a las 170.000 personas al año", recuerda, "e incluso después, cuando se restringió el acceso, se permitía en varios grupos de cinco al día, lo que dejaba unos 8000 turistas anuales. Aunque hay que esperar a conocer la compatibilidad entre la conservación y un régimen de visitas, parece probable que ni siquiera esas cifras se repitan en el futuro".
De "un riesgo real" a "no correr peligro"
Hace unas semanas la coordinadora general del vigente Programa de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso de la Cueva de Altamira, Marián del Egido, y su director científico, Gaël de Guichen, explicaron ante la prensa que, según sus investigaciones, las pinturas de Altamira "no corren peligro porque evolucionan según el propio proceso natural de la cueva".
Asimismo, el director técnico del proyecto, Alfonso Muñoz, explicó a El Confidencial que, hasta el momento, los procesos microbianos detectados en Altamira parecen "forman parte de los naturales de la cueva, que las pinturas están estables y en buen estado y que no corren peligro en las condiciones actuales de la cueva". Muñoz, que no descartó ninguna posibilidad sobre su posible reapertura, recordó que los expertos no emitirán su recomendación formal al ministerio de Cultura hasta el final del proyecto en 2014.
En octubre de 2010, sin embargo, una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas –CSIC– cuyos resultados publicó la revista Science identificó las colonias microbianas del espacio y realizó un mapa de su distribución, insistiendo en que "la cueva de Altamira, aunque está cerrada en la actualidad, sufre un riesgo real".
El CSIC registró la actividad de estas colonias microbianas durante 15 años y constató el descenso abrupto en su actividad a partir de 2002, año en el que la cueva se cerró al público. En aquella ocasión Cesáreo Saiz-Jiménez, uno de los investigadores del CSIC involucrados en el informe, explicó en el diario Público que "lo más que podemos alcanzar es a ralentizar la actividad microbiana mediante el control de los parámetros ambientales de la cueva, alcanzando condiciones no favorables para el desarrollo microbiano". El experto también desaconsejó rotundamente la reapertura de la cavidad: "La evolución de la cueva en los próximos años dependerá del mantenimiento o no de las medidas de conservación preventiva, que excluyen las visitas en un futuro próximo".
Manuel González matiza que la contradicción entre ambos estudios, a los que es ajeno, no está en los datos recabados, sino en la valoración que se hace de los mismos. "Desde el punto de vista de algunos el riesgo es inasumible, mientras que otros, con una perspectiva más amplia de todos los factores, creen que ese riesgo se puede asumir ". Al respecto recuerda que "siempre ha habido gente que piensa que Altamira debería cerrarse para siempre" y pone un ejemplo: "Está claro que si uno se queda encerrado en casa respirando aire puro en una botella está a salvo, pero eso no implica que si sale a la calle y respira aire normal se vaya a intoxicar".
Una decisión política
Entre quienes prefieren que Altamira quede cerrada al público indefinidamente no está, desde luego, el ministerio de Cultura. Tras la finalización de la anterior investigación del CSIC y la presentación del informe desaconsejaba la reapertura, el Patronato de Altamira prescindió de sus servicios científicos, desde entonces a cargo de Programa de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso de la Cueva de Altamira, un proyecto integrado por 48 profesionales del Instituto del Patrimonio Cultural de España, de las universidades de Cantabria y de País Vasco, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, la Sudirección General de Museos Estatales o la Agencia Estatal de Meteorología, entre otras instituciones.
Aunque el Patronato guarda un silencio escrupuloso sobre sus intenciones de reabrir la cueva o no, el expresidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, hizo bandera de Altamira durante la pasada legislatura anunciando una y otra vez su determinación de reabrir la cueva. "Cueva abierta ya", demandó en una entrevista a la agencia Efe en 2010. "Es de Cantabria y si es Patrimonio de la Humanidad es para que los humanos lo podamos disfrutar, dentro de unos límites".
"Parece que el ministerio quiere conocer si la conservación de las pinturas es compatible con mantener un régimen de visitas", sostiene González, "en lugar de cerrarse a esta posibilidad, como ocurría en el pasado". El catedrático aventura así "la decisión final es política, como ocurre siempre en este mundo. Serán los políticos quienes la tomen y los científicos asesorarán".
Pero, ¿peligra de momento la cueva de Altamira? Es el único punto en el que coinciden los dos estudios: no mientras siga cerrada. González es de la misma opinión y rompe una lanza en favor de la fortaleza de la cueva, por la que han pasado cientos de miles de personas, "ha sufrido un trasiego enorme y las pinturas se han degradado, pero no se han caído en pedazos". Habrá que esperar a los resultados de la investigación en curso para saber si las pinturas resistirán a las visitas. Y habrá que esperar, claro, que todo el mundo los dé por buenos.
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