Vetusta Morla, Amaral, Jero Romero, Nacho Vegas, Fernando Alfaro, Joaquín Pascual… Todos ellos tienen algo en común más allá de ser músicos pertenecientes a la escena independiente. Han decidido emprender el camino de la autoedición, una opción practicada desde hace años –los Rollings Stones crearon un sello en 1970-, pero que en los últimos tiempos se ha abaratado hasta el punto de estar al alcance de cualquier grupo o artista, gracias a la tecnología y a la difusión por las redes sociales. Los Juan Palomo de la música española de hoy son muestra del panorama actual de la industria musical, que se ha encargado de recoger Luis Alfaro en el documental Auto.
Entre risas y amarguras circula el discurso de la autoedición. Risas por el triunfo y la ilusión de cocinarse por sí solos un disco, y amargura para los que no han tenido éxito. “La autoedición no es mejor ni peor que estar en un sello, lo relevante es que es una alternativa real”. El director de Auto resume así el conjunto de experiencias que alberga su documental, un relato que invita a la reflexión sobre el futuro de la industria musical, ahora que acabamos de conocer que las ventas en España han caído un 12 % en el último semestre.
La tendencia en descenso arrastra una caída del mercado musical que viene de lejos, y los artistas se arriman a estas nuevas ideas como una forma de salir de las multinacionales, inadaptadas a los nuevos tiempos. Auto sirve también para matizar ciertos prejuicios acerca de las grandes discográficas, aunque siga destilando, en algunos casos, un discurso atado al pasado. Según su director, “El problema de hacer negocio con la música es que termine siendo un fondo de inversión. Los sellos aquí tienen que dar cuentas a inversores que están en la otra punta del planeta y al final terminan buscando sólo hacer beneficios”.
La autocrítica existe en las multinacionales, cabe decir. Joe Pérez, ex director artístico en Warner, admite un punto de “avaricia” en la industria, que ha conducido a “crear clones y explotar talento cuando no los había”. Una avaricia que atribuye también al consumidor “que en cuanto ha podido ha descargado todo lo que se encontraba por su paso”.
Pero además, las grandes estructuras, tienen más dificultas para adaptarse a los cambios tecnológicos, sociales, a internet… Y según está el mercado musical es sinónimo de fracaso. Fabrice Benoit, Presidente de Universal Music Spain, reconoce que la restructuración ha sido obligada, y aun así la filial ha llegado a hacer dos ERE.
Crowdfunding y sello propio
Vetusta Morla es el caso de una banda que recorrió durante diez años las discográficas sin que nadie les hiciera caso. Les describían como algo así: “demasiado raros para el gran público, y demasiado masivos para ser un grupo independiente”. Su éxito vino en el momento en el que crearon su propio sello, Pequeño salto mortal, un caso único de esos que brotan de vez en cuando. Su segundo disco, Mapas, se colocó en tercera posición en la primera semana que salió a la venta. A finales de 2011 había logrado disco de oro con ese álbum, y disco de platino con el primero, Un día en el mundo. Desde su primer álbum no han hecho otra cosa sino crecer.
Jero Romero (ex-Sunday Drivers) aparece nervioso, como un niño pequeño, el día en que va a recoger los vinilos de su último disco. El cantante cuenta su experiencia mágica con el micromecenazgo: pidió públicamente financiación para grabar su primer disco en solitario, Cabeza de León, a través de internet. En menos de veinticuatro horas había conseguido incluso más de lo que pedía.
El documental recoge también la trayectoria de Amaral, que autoedita sus discos desde que Virgin fue absorbido por EMI. Llegado el cambio de discográfica, decidieron crear su propio sello, Discos Antártida. Juan Aguirre se sorprende de que ahora adquiera tanta relevancia este aspecto, cuando ellos se han editado sus álbumes desde 2007.
Y añade, que aun bajo el amparo de Virgin, ya se ocupaban de las mismas tareas que ahora. Una contradicción que plantean otros artistas en el documental, ¿los grupos se ocupan de labores que deberían hacer las discográficas? “Un sello tiene sentido si sirve para algo”, dice Juan Santander, manager en I’m an artist y Marxophone.
Más difícil de lo que parece
“Un desastre que teníamos que hacer”, explica Santi Campos, para definir la experiencia de su banda con la autoedición. Esta no supuso el éxito en el caso de Amigos Imaginarios. Grabaron su segundo disco, El maestro de Houdini (2007), con el dinero que obtuvieron mediante crédito bancario: editaron, distribuyeron, planificaron una gira a lo grande… Pero no vendieron los discos suficientes para recuperar la inversión inicial, una deuda que, según explica en el documental su vocalista, siguen pagando con lo obtenido en los conciertos.
Buenas, malas experiencias, y otras propuestas en curso en las que hay depositada mucha ilusión. Como el de Coffee&wine, aires folk americanos interpretados con la voz dulce de Ana Franco. En agosto de 2010, Coffee&wine autoeditó su primer trabajo, el EP From the roofs. Franco ha puesto todo su empeño en este proyecto, en el que asegura no querer perder un segundo en la frustación que acompaña al rechazo de las discográficas: “Lo último que deseo es desilusionarme con esto porque alguien no te quiera”, ya que muchas veces, apunte el rechazo viene por cuestiones económicas "y no artísticas".
Más ejemplos: los años de experiencia que desembocan en la autoedición. Joaquín Pascual (Surfin’ Bichos, Mercromina, Travolta) y Fernando Alfaro (Surfin’ Bichos, Chucho, Fernando Alfaro y Los Alienistas) trasmiten la calma de quien es dueño y señor de sus creaciones, tras la experiencia de muchos años por grandes, medianas y pequeñas discográficas. “De joven firmé contratos a los que no me acercaría ahora”, cuenta Alfaro, que se reencuentra en Auto con Pascual en una actuación grabada expresamente para este documental.
El conflicto
“El hecho de hacer algo tan importante para mí y que no me hiciera ilusión era muy triste”. El caso de Nacho Vegas pone de manifiesto la tradicional disputa entre artista y sello discográfico. El cantautor explica las grandes diferencias que mantenía con Limbo Starr después de diez años de convivencia y que desembocaron en su marcha del sello.
Nacho Vegas parecía verse atado por las condiciones de su antigua discográfica, y tras la ruptura con Limbo Starr creó Marxophone en agosto de 2010, junto a Fernando Alfaro y Refree. Con su propio sello de autoedición pretendían saltarse de alguna forma a la industria discográfica y tomar el control de su propia música.
Tarifa plana
Auto se estrenó en las salas de Madrid el pasado mes de junio y ahora está disponible en internet a través de la plataforma Filmin. Este videoclub online ha creado Music Festival, en la que por 7 euros (el precio aproximado de una entrada de cine normal) los usuarios tienen acceso a 37 películas y documentales sobre música hasta el 15 de agosto. Luis Alfaro considera que para trabajos como el suyo "es más interesante estar en plataformas así que en la distribución tradicional, porque es más fácil y más barato”.
Auto resume en 85 minutos todos los puntos de vista de este panorama: de músicos a discográficas pasando por periodistas especializados. Está reflejado el éxito, el fracaso, los comienzos, la experiencia, las tensiones, la colaboración, el crowdfunding, los créditos, ahorros, opiniones frontales, otras que aportan matices, alegrías, espinitas… Todo cabe en el gran mosaico de posibilidades de la autoedición, una realidad que parece estar superando a las opciones tradicionales, según pone de relieve Javier Lorbada, director de Sol Música TV, que asegura que no son capaces “de absorber la avalancha de discos que nos llegan de grupos autogestionados”.
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