Francisco Ayala, cronista de la transición en «De vuelta a casa. Obras completas VI»
FRANCISCO JOSÉ MARTÍN
Francisco Ayala regresó del exilio en 1976. Llegó a una España en democracia de la que se convirtió en testigo. El tomo sexto de sus «Obras completas» recopila sus reflexiones periodísticas
No todos los regresos son iguales. Hubo quien volvió del exilio para perderse en la insignificancia, acaso para recoger solo los honores del sacrificio, y quien lo hizo para alimentar una definitiva nostalgia. Pocos lograron sobreponerse al impacto con la España real, aún menos los que tuvieron clara conciencia de la imposibilidad de cualquier retorno a ningún pasado. Nada se iba a restaurar: lo que iba a venir era –y es– otra cosa. Era cosa por hacer, cosa de todos.
Francisco Ayala lo sabía. Él, que había sido un atento analista de los signos del mundo contemporáneo, sabía que el «después de Franco» no abría ningún proceso de retorno a la anterioridad democrática republicana, sino, al contrario, una vía precaria –y en peligro– por cuyo tránsito se podía llegar –o no– hacia una nueva vida democrática en grado de reubicar a España en sintonía con Europa y acorde con el espíritu del tiempo nuevo. Era, pues, el suyo, un retorno que miraba hacia adelante. Un retorno con memoria, desde luego, pero con los ojos puestos en el futuro. No volvía a casa, a ninguna casa antaño puesta y durante tantos años cerrada, sino que lo hacía para comprometerse en cuerpo y alma con la construcción de una nueva para todos los españoles.
La palabra de Ayala sigue siendo luz, quizá porque siempre fue verdadera
Temas pertinentes, temas incómodos
Así es, en efecto: una crónica fiel, lúcida e implacable, en la que Ayala no se limita a ser mero espectador de los acontecimientos, sino que en ella vierte el signo indeleble de su compromiso con la verdad y con los valores que sustentan su pensamiento. No es Ayala un intelectual distante, sino radicalmente implicado en el proceso de democratización de la vida pública española.
Él iba a dar voz al exilio, a su singular experiencia del exilio
Volvía del exilio, pero no para convertirse en su representante o para acogerse al palio de su mística más desenfadada. Él iba a dar voz al exilio, a su singular experiencia del exilio, que siempre se manifestó un tanto contracorriente, sobre todo a partir de aquel artículo de 1947,«¿Para quién escribimos nosotros?», que sonó casi como un anatema entre los cuadros de la «intelligentzia» y del oficialismo del exilio republicano.
Herencia republicana
El exilio era una parte importante de su vida y su experiencia fue decisiva en su obra, sin duda, pero ni una ni otra podían reducirse a aquel: él ya era alguien antes, como hombre y como autor, y como tal había contribuido al esplendor de la cultura española de los años 20 y 30 y al proceso de construcción de la República. Perdió la guerra y marchó en exilio. Y ahora volvía sin renunciar a nada de lo que había sido.
El volumen va acompañado de un prólogo acertado y pertinente
El volumen, como los demás de estas «Obras completas» de impecable factura, va acompañado de un prólogo siempre acertado y pertinente y de una nota editorial y unos apéndices críticos que fijan los criterios de la edición y dan una muy adecuada información bibliográfica sobre la historia de los textos.
A la espera del que falta, este de ahora pone a disposición del lector unAyala presente, cercano, perfectamente reintegrado a un país que un día le echó de casa, como a tantos otros en aquel y en otros entonces de nuestra trágica Historia. Volver no era fácil. Ayala no solo quiso, sino que supo hacerlo.
De vuelta a casa. Obras completas VI
FRANCISCO AYALA
Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. Barcelona, 2013. 1240 páginas, 60 euros. Calificación: cinco estrellas
No hay comentarios:
Publicar un comentario