Desestacionalizado, el empleo cae
José Ignacio Perez Infante, es miembro de la Asociación Española de Economía del Trabajo y de Economistas Frente a la Crisis
Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2013, el empleo aumentó en 149.000 personas, dato mucho más positivo que el del segundo trimestre de 2012, en el que el empleo descendió en 15.900 personas, pero algo menos favorable que el del segundo trimestre de 2011, en el que el empleo creció más, en 151.400 personas. Pero la diferencia fundamental entre el segundo trimestre de 2011, antes de que la economía espanola entrara en la recesión actual, y el segundo de 2013 fue la evolución de la población activa, ya que, mientras que en aquel trimestre se incrementó en 74.900 personas, en el último trimestre la población activa descendió en 76.100 personas. Como consecuencia del importante avance del empleo y del notable retroceso de la población activa en el segundo trimestre de 2013, el paro se redujo en ese trimestre en relación con el trimestre previo en 225.200 personas, lo que supone el mayor descenso del empleo estimado por la EPA desde el segundo trimestre de 2001.
Debido a este descenso del paro, el número de personas paradas ascendió, según la EPA, en el segundo trimestre de 2013 a 5.977.500, todavía cerca de seis millones y superior en casi trescientas mil personas (284.500 más) a la cifra de un año antes. Por otra parte, la tasa de paro se situaba en el 26,3%, nueve décimas menos que en el trimestre anterior, pero 1,7 puntos porcentuales más que un año antes. Tanto la cifra de personas paradas como la de la tasa de paro son las segundas más altas, después de las del primer trimestre de 2013, desde que se publica la EPA, que se inició el segundo trimestre de 1964.
Ahora bien, el segundo trimestre de cada año es de estacionalidad muy favorable para el empleo, como consecuencia del inicio del verano y, en particular, del comienzo de la temporada turística, por lo que sí, en vez de los datos originales, se utilizan los datos desestacionalizados, el comportamiento del empleo es menos positivo e, incluso, puede llegar a ser negativo. Hasta el cuarto trimestre de 2012 el INE no calculaba las cifras desestacionalizadas, aunque sí lo hacía el Ministerio de Economía, concretamente la Dirección General de Análisis Macroeconómico y Economía Internacional, pero desde el primer trimestre de 2013 el INE ya publica datos desestacionalizados, si bien muy parciales, pues sólo calcula las tasas de variación intertrimestrales del empleo y el paro, sin calcular los coeficientes (o factores) de estacionalidad, que aplicándolos a los datos originales se obtienen los datos desestacionalizados, ni tampoco los niveles (cifras absolutas) ni las variaciones en personas de esas cifras desestacionalizadas. Además, no se publica ningún dato desestacionalizado ( ni siquiera la tasa de variación intertrimestral) de otras variables, como la población activa, ni de desagregaciones del empleo y el paro, como la sectorial o diferenciando entre el empleo asalariado y el no asalariado.
Pues bien, con los escasos datos desestacionalizados publicados por el INE el empleo no creció sino que descendió el -0.3%, por lo que, a pesar de las insistentes declaraciones del Ministro de Economía señor Guindos, todo el crecimiento del empleo del segundo trimestre fue de carácter estacional y eliminando esta influencia estacional el empleo se redujo, por lo que difícilmente se puede concluir que se ha producido un cambio de tendencia en la evolución del empleo, como también insiste el Gobierno. Debido al descenso de la población activa, tanto en cifras originales como en cifras desestacionalizadas, aunque, como ya se ha señalado en INE no publica las desestacionalizadas de la ponlación activa, el paro desestacionalizado se redujo el -1,1%.
Pero sorprendentemente, a pesar de que el INE, el organismo oficial encargado de las estadísticas, depende del Ministerio de Economía, este ministerio publicó el jueves día 25 de julio (día de la publicación de la EPA) en su página web (www.mineco.gobes) en el área temática de Indicadores e informes macroeconómico (Síntesis de Indicadores Económicos, Tablas por área, Mercado Laboral, cuadro 3.1 A), otros datos desestacionalizados diferentes, según los cuáles, qué causalidad, el empleo desestacionalizado creció, en vez de descender, en tasa de variación intertrimestral el 0,1%, lo que se señalaba en la nota de prensa publicada por el Ministerio (y que sirvió de base a la comparecencia del ministro) el citado día 25 de julio. A este respecto conviene señalar que en el primer trimestre de 2013 el Ministerio dejó de publicar sus datos desestacionalizados y publicó los del INE.
Pero algo debió de ocurrir, pues el viernes día 26 a primera hora desapareció de la página web del ministerio (Síntesis de Indicadores Económicos) los datos de la EPA. Al fin, ese mismo día, después de unas horas en blanco, se publicaron los datos de la EPA, pero ahora, curiosamente, con los datos desestacionalizados del INE, que desmentían lo que el ministro Guindos había defendido el día anterior en su comparecencia pública para informar sobre los resultados de la encuesta. Más sorprendentemente todavía los datos de la EPA desaparecieron todo el domingo día 28, para volver a aparecer otra vez con los daros del INE el lunes día 29. En fin, todo un dechado de despropósitos y lo más alejado posible de la tan cacareada transparencia informativa.
A partir de ahora, sería imprescindible que el INE publicara en la misma nota de prensa los datos originales y los desestacionalizados de la EPA (ahora pública aparte los datos desestacionalizados) y que la publicación de esos últimos datos no sea parcial sino que se publiquen las cifras absolutas y las variaciones intertrimestrales tanto absolutas como relativas y no sólo del empleo y el paro sino también de la población activa y de otras desagregaciones, como las sectoriales, y la diferenciación entre el empleo asalariado y el no asalariado. Además, sería deseable que el Ministerio de Economía aclarara los despropósitos que se han producido con la publicación de los datos desestacionalizados del segundo trimestre de 2013, ya que, en caso contrario, puede quedar la sospecha de que se utilizaron unos datos diferentes a los estimados por el INE con la intención de justificar la declaraciones anteriores del ministro de que el dato del empleo era tan bueno que, incluso, aumentaba eliminando los factores de estacionalidad del trimestre, lo que parecía que era síntomático de un cambio de tendencia en la evolución del empleo.
Precisamente, en cuanto a si los datos de la EPA del último trimestre suponen o no un cambio de tendencia respecto de los anteriores, conviene hacer algunas aclaraciones y matizaciones:
Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2013, el empleo aumentó en 149.000 personas, dato mucho más positivo que el del segundo trimestre de 2012, en el que el empleo descendió en 15.900 personas, pero algo menos favorable que el del segundo trimestre de 2011, en el que el empleo creció más, en 151.400 personas. Pero la diferencia fundamental entre el segundo trimestre de 2011, antes de que la economía espanola entrara en la recesión actual, y el segundo de 2013 fue la evolución de la población activa, ya que, mientras que en aquel trimestre se incrementó en 74.900 personas, en el último trimestre la población activa descendió en 76.100 personas. Como consecuencia del importante avance del empleo y del notable retroceso de la población activa en el segundo trimestre de 2013, el paro se redujo en ese trimestre en relación con el trimestre previo en 225.200 personas, lo que supone el mayor descenso del empleo estimado por la EPA desde el segundo trimestre de 2001.
Debido a este descenso del paro, el número de personas paradas ascendió, según la EPA, en el segundo trimestre de 2013 a 5.977.500, todavía cerca de seis millones y superior en casi trescientas mil personas (284.500 más) a la cifra de un año antes. Por otra parte, la tasa de paro se situaba en el 26,3%, nueve décimas menos que en el trimestre anterior, pero 1,7 puntos porcentuales más que un año antes. Tanto la cifra de personas paradas como la de la tasa de paro son las segundas más altas, después de las del primer trimestre de 2013, desde que se publica la EPA, que se inició el segundo trimestre de 1964.
Ahora bien, el segundo trimestre de cada año es de estacionalidad muy favorable para el empleo, como consecuencia del inicio del verano y, en particular, del comienzo de la temporada turística, por lo que sí, en vez de los datos originales, se utilizan los datos desestacionalizados, el comportamiento del empleo es menos positivo e, incluso, puede llegar a ser negativo. Hasta el cuarto trimestre de 2012 el INE no calculaba las cifras desestacionalizadas, aunque sí lo hacía el Ministerio de Economía, concretamente la Dirección General de Análisis Macroeconómico y Economía Internacional, pero desde el primer trimestre de 2013 el INE ya publica datos desestacionalizados, si bien muy parciales, pues sólo calcula las tasas de variación intertrimestrales del empleo y el paro, sin calcular los coeficientes (o factores) de estacionalidad, que aplicándolos a los datos originales se obtienen los datos desestacionalizados, ni tampoco los niveles (cifras absolutas) ni las variaciones en personas de esas cifras desestacionalizadas. Además, no se publica ningún dato desestacionalizado ( ni siquiera la tasa de variación intertrimestral) de otras variables, como la población activa, ni de desagregaciones del empleo y el paro, como la sectorial o diferenciando entre el empleo asalariado y el no asalariado.
Pues bien, con los escasos datos desestacionalizados publicados por el INE el empleo no creció sino que descendió el -0.3%, por lo que, a pesar de las insistentes declaraciones del Ministro de Economía señor Guindos, todo el crecimiento del empleo del segundo trimestre fue de carácter estacional y eliminando esta influencia estacional el empleo se redujo, por lo que difícilmente se puede concluir que se ha producido un cambio de tendencia en la evolución del empleo, como también insiste el Gobierno. Debido al descenso de la población activa, tanto en cifras originales como en cifras desestacionalizadas, aunque, como ya se ha señalado en INE no publica las desestacionalizadas de la ponlación activa, el paro desestacionalizado se redujo el -1,1%.
Pero sorprendentemente, a pesar de que el INE, el organismo oficial encargado de las estadísticas, depende del Ministerio de Economía, este ministerio publicó el jueves día 25 de julio (día de la publicación de la EPA) en su página web (www.mineco.gobes) en el área temática de Indicadores e informes macroeconómico (Síntesis de Indicadores Económicos, Tablas por área, Mercado Laboral, cuadro 3.1 A), otros datos desestacionalizados diferentes, según los cuáles, qué causalidad, el empleo desestacionalizado creció, en vez de descender, en tasa de variación intertrimestral el 0,1%, lo que se señalaba en la nota de prensa publicada por el Ministerio (y que sirvió de base a la comparecencia del ministro) el citado día 25 de julio. A este respecto conviene señalar que en el primer trimestre de 2013 el Ministerio dejó de publicar sus datos desestacionalizados y publicó los del INE.
Pero algo debió de ocurrir, pues el viernes día 26 a primera hora desapareció de la página web del ministerio (Síntesis de Indicadores Económicos) los datos de la EPA. Al fin, ese mismo día, después de unas horas en blanco, se publicaron los datos de la EPA, pero ahora, curiosamente, con los datos desestacionalizados del INE, que desmentían lo que el ministro Guindos había defendido el día anterior en su comparecencia pública para informar sobre los resultados de la encuesta. Más sorprendentemente todavía los datos de la EPA desaparecieron todo el domingo día 28, para volver a aparecer otra vez con los daros del INE el lunes día 29. En fin, todo un dechado de despropósitos y lo más alejado posible de la tan cacareada transparencia informativa.
A partir de ahora, sería imprescindible que el INE publicara en la misma nota de prensa los datos originales y los desestacionalizados de la EPA (ahora pública aparte los datos desestacionalizados) y que la publicación de esos últimos datos no sea parcial sino que se publiquen las cifras absolutas y las variaciones intertrimestrales tanto absolutas como relativas y no sólo del empleo y el paro sino también de la población activa y de otras desagregaciones, como las sectoriales, y la diferenciación entre el empleo asalariado y el no asalariado. Además, sería deseable que el Ministerio de Economía aclarara los despropósitos que se han producido con la publicación de los datos desestacionalizados del segundo trimestre de 2013, ya que, en caso contrario, puede quedar la sospecha de que se utilizaron unos datos diferentes a los estimados por el INE con la intención de justificar la declaraciones anteriores del ministro de que el dato del empleo era tan bueno que, incluso, aumentaba eliminando los factores de estacionalidad del trimestre, lo que parecía que era síntomático de un cambio de tendencia en la evolución del empleo.
Precisamente, en cuanto a si los datos de la EPA del último trimestre suponen o no un cambio de tendencia respecto de los anteriores, conviene hacer algunas aclaraciones y matizaciones:
- Que el crecimiento del PIB necesario para crear empleo de forma persistente (coincidente con el aumento de la productividad por ocupado) tiene en España un carácter claramente anticíclico, al contrario de lo que ocurre en otros países, como, por ejemplo, Alemania, por lo que, aunque la recesión actual (descenso intertrimestral del PIB real) pueda superarse, mientras que la crisis persista y el crecimiento del PIB real sea reducido, inferior al citado incremento de la productividad por ocupado, el empleo seguirá disminuyendo. Claro que sí la economía crece, por ejemplo, por encima del 2% en tasa interanual, la productividad por ocupado previsiblemente aumentará muy poco, por debajo del 1%, algo que ya ocurría con anterioridad a 2008 por el ya señalado carácter anticíclico de la evolución de la productividad por ocupado y no por la reforma laboral como se obstina en defender el Gobierno.
- Que en datos interanuales el empleo retrocede en más de seiscientas mil personas (633.500 empleos menos) y que sí el aumento del paro se limita a algo menos de trescientos mil personas (284.500 parados más) es porque se ha producido a lo largo de los últimos doce meses una reducción de la población activa de casi trescientos cincuenta mil personas (349.100 activos menos), por una combinación del desánimo de algunas personas que llevan mucho tiempo en paro y de salida al exterior, sobre todo de extranjeros, ante la imposibilidad de encontrar empleo, todo ello como consecuencia del empeoramiento del mercado de trabajo que no parece que se haya superado con los últimos datos de la EPA.
- Que prácticamente todo el aumento del empleo en el segundo trimestre de 2013 se concentra en los servicios (el aumento del empleo agrícola se corresponde con razones principalmente climatológicas), mientras que el empleo sigue disminuyendo en el trimestre en la industria y la construcción, por lo que cuando finalice la temporada veraniega y el empleo de los servicios deje de evolucionar tan positivamente el empleo total difícilmente seguirá aumentando.
- Que todo el aumento trimestral del empleo asalariado es temporal, mientras que el empleo indefinido descendió en el segundo trimestre en relación con el trimestre anterior en 50.400 personas, lo que, aparte de ser significativo de los efectos negativos del abaratamiento del despido de la reforma laboral de 2012 y de la ineficacia absoluta de esa reforma para crear empleo estable, denota que, en contra de lo defendido por el señor Guindos, todo el empleo creado en el último trimestre es de carácter estacional y de que no existe actualmente ningún signo de que el mercado de trabajo haya superado la negativa situación iniciada con el comienzo de la crisis económica a finales de 2007.
- Que del aumento del empleo en el segundo trimestre de 2013 el de a tiempo completo (56.400 personas más) es un poco más de la mitad del crecimiento del empleo a tiempo parcial (92.600 personas más), por lo que el porcentaje del empleo a tiempo parcial aumentó en cuatro décimas hasta ascender al 16,4%, el máximo de la serie histórica de la EPA. Esta mayor importancia del empleo a tiempo parcial se acentúa si se consideran las variaciones interanuales, en relación con un año antes, puesto que el empleo a tiempo completo retrocede en 767.400 personas y el empleo a tiempo parcial aumenta en 153.900 personas, lo que es sintomático de una situación del mercado de trabajo poco favorable. Máxime si se tiene en cuenta que con los datos del segundo trimestre de 2013 el 62% (casi las dos terceras partes) de los ocupados a tiempo parcial lo son totalmente involuntarios, por declarar en la encuesta que han aceptado ese tipo de empleo por no haber podido encontrar trabajo a tiempo completo.
- Y, por último, que el nivel del paro es tan elevado, muy cercano a los seis millones de personas, y superior en más de cuatro millones a la cifra del segundo trimestre de 2007 (4.217.500 parados más), y la tasa de paro tan alta (18,3 puntos más que en el segundo trimestre de 2007), que parece poco ético y, hasta diría, que un insulto a una parte importante de la ciudadanía, el empecinamiento de que se está produciendo una mejora en la situación del mercado de trabajo. Ello aún más si cabe si se tiene en cuenta el aumento del paro de larga duración (que llevan buscando empleo al menos un año) hasta casi el 60% (58,4% en el segundo trimestre de 2013) y la caída continua en los dos últimos años de la cobertura de las prestaciones por desempleo, puesto que considerando tanto las prestaciones contributivas como las asistenciales deja a más de la mitad de los parados estimados por la EPA sin ningún tipo de prestación por desempleo.
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