Mayweather se impone a Pacquiao con su 'catenaccio'
Día 03/05/2015 - 08.48h
El combate del siglo cae a favor del boxeador estadounidense, que se defendió con maestría de un Manny Pacquiao menos incisivo de lo esperado
Por decisión unánime de los jueces, Floyd Mayweather fue señalado vencedor en su combate contra Manny Pacquiao esta madrugada en Las Vegas.
[Así vivimos en directo el Mayweather-Pacquiao]
La pelea más esperada de las últimas décadas siguió el guión escrito: el estadounidense Mayweather se basó en una defensa perfecta y en aguijonazos contra el filipino Pacquiao, cuyos arreones no fueron suficientes.
El combate del siglo, el de la bolsa récord de los 300 millones de dólares, el de los ingresos multimillonarios de pago por visión, resultó menos espectacular de lo esperado. Había unanimidad en que ninguno de los boxeadores —Mayweather, 38 años; Pacquiao, 36 años— llegaba en el mejor momento de su carrera. Y eso se notó en el ring, en el que no se vivió ninguna acción para la historia del boxeo.
Seis años de negociaciones rotas y reflotadas, de acusaciones mutuas, de miedos supuestos y de expectación de la afición acabaron pasadas las ocho y media de la tarde (5.30 de la mañana en España) en elMGM Grand Garden Arena de Las Vegas.
Hasta que sonó el primer 'ding' todo sucedió como era esperado: las chicas-anuncio, los presentadores de voz cavernosa, los himnos, el retraso, los famosos —Beyoncé, Jay-Z, Justin Bieber, Mark Wahlberg, Diddy Combs, Steffi Graf y Andrea Agassi, entre otros— en sus butacas... Pacquiao entró pegado a una sonrisa, con su habitual pataleo de entrenamiento, con una simple camiseta con los colores de Filipinas, entre la ovación del público. Mayweather entró después con cara de que alguien le hubiera quitado un juguete a su hija. Su sudadera era blanca, negra y su color preferido, el dorado del dinero.
Pero, contra pronóstico, Pacquiao arrancó el combate con menos explosividad de la que acostumbra. Sonó la campana y no se lanzó a buscar el cuerpo a cuerpo y encadenar series de golpes. El filipino llevaba la voz cantante y sometía a Mayweather contra las cuerdas, pero apenas le tocaba la cara. «Entre rounds, le pedía que ejecutara más combinaciones», reconoció el entrenador de Pacquiao después de la pelea.
Sí consiguió conectar el filipino en algunas fases de la pelea, como en el cuarto round. Pero la mayor parte del combate fue un Pacquiao más agresivo, pero poco certero, y un Mayweather que se escabullía con gran inteligencia del contrario y que, con mayor envergadura, conseguía impactar contraataques que sumaban puntos.
En las ocasiones que estaba arrinconado en las cuerdas, acaba saliendo como un resorte, a velocidad supersónica, sin apenas impacto de los guantes del filipino. Una vez más, Mayweather dio una lección de defensa. Fue un 'catenaccio', sí, pero el que hubieran formado Beckenbauer, Baresi, Koeman, Maldini y Cafú: elegante, sincronizado, ágil, desenvuelto, sin apenas errores. Mayweather acabó llevándose la pelea donde él se siente cómodo. En los últimos dos rounds ya se veía ganador y apenas arriesgó.
Tras conocer la decisión de los jueces (118-110, 116-112 y 116-112 a su favor), el estadounidense se subió a una de las esquinas del ring a celebrarlo, en el estilo chulesco marca de la casa. Pero nada más bajar a la lona se fue a abrazar a Pacquiao y no ahorró en elogios a su contrincante: «Ha sido una gran pelea. Me quito el sombrero con Manny Pacquiao, ahora veo por qué es de los que están en la cumbre del boxeo. Es un competidor muy duro, tuve que emplearme».
Pacquiao no montó un número cuando se anunció la decisión, pero dijo ver una película diferente a la de los jueces: «Le di muchas veces, he visto los golpes. Pensaba que había ganado la pelea».
Mayweather se va de Las Vegas con el cinturón de campeón, mucho dinero en el bolsillo, pocos golpes en la cara y sin cambios en su historial, inmaculado de derrotas.
Ahora el boxeo debatirá si es el mejor de todos los tiempos, como reclaman sus fanáticos. Al menos, no lo será por esta pelea.
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