Sirviendo al " Amu " a quién querrán engañar?

Viviendas para artistas y estudiantes en la Fábrica de Gas, el nuevo plan de Urbanismo “La mejor manera de proteger el patrimonio es que sirva a la ciudad”, dice Cuesta, que quiere usos culturales y empresariales en la parcela Ch. NEIRA / C. LAMUÑO 03·12·20 | 05:26 Vista parcial de la Fábrica de Gas fotografiada desde uno de los pasillos superiores del gasómetro. | LNE Vista parcial de la Fábrica de Gas fotografiada desde uno de los pasillos superiores del gasómetro. | LNE Jóvenes empresarios, artistas y estudiantes compartiendo un barrio, el Antiguo, y unas viviendas en régimen de alquiler con una serie de espacios comunes en un entorno que combina patrimonio industrial con vanguardia arquitectónica. Ese es el ecosistema que está en la cabeza de los responsables de Urbanismo en el Ayuntamiento de Oviedo, con Nacho Cuesta al frente. El teniente de alcalde ya había avanzado el martes, en el pleno, la voluntad del Ayuntamiento de mejorar el plan especial de la Fábrica de Gas y ampliar sus usos, ante la polémica surgida por el inicio de los trabajos de demolición de algunas edificaciones para proceder a la descontaminación de los terrenos. Cuesta ofreció ayer más claves sobre lo que su departamento está diseñando para esta pieza, clave en el desarrollo de la parte más deteriorada del Antiguo. La idea de ese ecosistema de jóvenes empresarios con sus star-ups y los artistas pululando por la fábrica de gas y viviendo allí bajo la fórmula del “coliving” (compartir espacios y servicios comunes) pretende, en sus palabras “que la zona que lo circunda tenga vida a todas horas, planteándolo como un todo cultural y empresarial de referencia”. Sin despejar la polémica sobre las demoliciones o el futuro de la nave de la Popular Ovetense, Cuesta insiste en que la voluntad del equipo de gobierno es “proteger el patrimonio histórico”, pero “tanto que creemos que es vital darle usos más allá del afán de conservación como único fin en sí mismo”. “La mejor manera de proteger el patrimonio”, zanja el concejal, “es ponerlo al servicio de los ciudadano”. Para el concejal, que negocia una compra de los terrenos a Edp una vez que la compañía asuma la descontaminación de los terrenos, el casco antiguo de Oviedo tiene ahora “una oportunidad de oro, que es dotarlo de vida dando unos usos adecuados a la Fábrica de Gas”. En esos usos es donde ve la clave para “no permanecer anclados en el pasado y en el revanchismo como propone”, critica, “una oposición vieja y caduca, presa de sus propias contradicciones y complejos”. Esos “nuevos espacios que miren al futuro que la ciudad necesita”, desarrolla Cuesta podrían destinarse “al desarrollo de proyectos culturales o empresariales de vanguardia, ofreciendo a la ciudad unas posibilidades de las que ahora carece”. Y destaca, aquí, que el Ayuntamiento tiene que actuar con cautela y no perder dinero: “Hay que recordar que los terrenos de la Fábrica de Gas pertenecen a una empresa privada, EDP, que ahora nos está tendiendo la mano al Ayuntamiento de Oviedo para canalizar una colaboración público privada absolutamente necesaria, dado que los recursos municipales no son ilimitados”. Planes para la ciudad El responsable de Urbanismo insistió defender los nuevos planes que su departamento está elaborando para la Fábrica de Gas, y destacó que los representantes públicos tienen “la obligación” de “servir a los intereses de todos los ovetenses y eso pasa, inexorablemente, por diseñar planes urbanísticos que reviertan en usos adecuados a las exigencias de la ciudad”. “Queremos dotar a Oviedo”, recalcó, “de equipamientos que vengan a satisfacer las necesidades reales de los ciudadanos y a suplir carencias que ahora tenemos”. Cuesta volvió a retomar la idea de que el plan especial para la Fábrica de Gas, diseñado por el arquitecto César Portela, está en vigor, con sus elementos protegidos y los que no, desde 2012, y desde entonces ningún gobienro ha logrado ejecutarlo y dar una nueva vida a la parcela ni el anterior equipo, que pretendió comprar toda la parcela a Edp, cambió los niveles de protección de algunos de los elementos para los que ahora se pide una conservación mayor.