lunes, 16 de octubre de 2023
Isidro F.R. y la chapuza PePera....
Isidro Fernández Rozada y dos candidatos más
Álvaro Platero, presidente de Astilleros Gondán, y Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Comercio, logran peso para presidir el PP de Asturias.
Por
Víctor Guillot
16 octubre 2023
Pilar Fernández Pardo, Ángel Puamariega, Núñez Feijóo, Pablo González, Diego Canga, Mercedes Fernández y Álvaro Queipo en el Campo Valdés.
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Víctor Guillot
Víctor Guillot
Víctor Guillot es periodista y adjunto a la dirección de Nortes. Ha trabajado en La Nueva España, Asturias 24, El Pueblo de Albacete y migijon.
Isidro Fernández Rozada ha venido siendo esa terminación neuronal discreta y alargada del PP más fraguista, casquista y melquiadista, capaz de cabalgar entre dos siglos. El oficio político de Fernández Rozada está fuera de cualquier duda porque ha visto nacer, crecer, subir y caer a su partido en España y en Asturias. En el fondo, y más aún con la vejez, no deja de ser un genuino conservador que, generosamente, ha ofrecido una lección magistral de como se debe ordenar la casa propia. Lo ha hecho en las páginas dominicales de La Nueva España, en gran entrevista de Juan Ardura, donde se nos ha aparecido hasta presidenciable, viendo lo que hay a su alrededor. Rozada ha sido siempre un hombre lúcido e irónico, moderado y exquisitamente coherente y racional con sus ideas. Ahora explica, entre la melancolía y la vanidad, los motivos por los que Diego Canga no podía ganar las elecciones del pasado 28 de mayo. Se podría resumir en una sola frase que ya nos da un conocimiento veterotestamentario de lo que es la política: “un partido no es una administración pública”.
Efectivamente, un partido no es un dirección general ni una diputación, es otra cosa, absolutamente permeable a las emociones, a los deseos, a la codicia, a los intereses propios y ajenos. Pero también es una herramienta para transformar la realidad, para mejorar la vida de las personas. Incluso en el PP, también lo es.
Álvaro Platero, presidente de Astilleros Gondán, y Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Comercio, logran peso para presidir el PP de Asturias.
Alberto Núñez Feijóo y Diego Canga. Foto: Iván G. Fernández
El caso es que Diego Canga ya está en Bruselas. Era un hombre de corto recorrido, como anticipó NORTES mientras otros le colocaban una alfombra roja a la salida de Ranón. El candidato que no llegó a gobernar no ganó las elecciones porque venía con muchos tratos en la mochila que pesaban demasiado, que no eran del todo bien vistos, y que nada tenían que ver con la política asturiana: compromisos que había conseguido adquirir de la dirección nacional del partido si después de las elecciones pintaban bastos para su persona. Y efectivamente, se va del partido por motivos personales sin nada de lo prometido.
Fernández Rozada, de un modo elegante, ha venido a decir que su designación fue una “chambonada” prefabricada en Madrid y Bruselas pero no cuenta que fue Ovidio Sánchez, ex-presidente del PP y Esteban González Pons, hombre europeo que ha aprendido a hacer política en Bruselas, los conseguidores de Canga, siempre con la aquiescencia de Miguel Tellado y Elías Bendodo. Todos ellos son los autores de esta chapuza política. Por supuesto, el desdén con el que trata estos asuntos Alberto Núñez Feijóo sirvieron para dejar bastante claro desde el principio que en la 7ª planta de Génova 13 no querían saber nada de Canga, “que no se querían líos”, así que simplemente dejaron hacer. Sin embargo, por Fernández Rozada hemos sabido que el itinerario para acabar eligiendo a un candidato del PP a la Presidencia de Asturias admitía otra alternativa más clásica, más sencilla, más menestral y menos espectacular. La propuesta de candidato debía haber sido formulada por el Comité Electoral del PP asturiano y sancionada después por la dirección nacional.
A partir de ahora, comienza el camino hacia un congreso que llega con 7 años de retraso, desde que Mercedes Fernández, la gata de Chelshire, se acomodara en su propia sonrisa para ver pasar los cadáveres que fueron ocupando su asiento después. El congreso está judicializado y, por lo tanto, en Madrid estarán más atentos que de costumbre a cualquier anomalía que pueda suceder en las próximas semanas. Me malicio que en esta ocasión, no se desentenderán de este asunto. No está demás recordar que ha sido el abogado Antonio Solís el encargado de formular la demanda, la misma que paralizó en diciembre del año pasado, precisamente, “para evitar líos”.
Álvaro Platero, presidente de Astilleros Gondán.
Este sábado, entre los líos, Álvaro Queipo era sancionado como el Rey Arturo por los alcaldes del PP para ser elegido presidente de su partido. Entre regidores y diputados, los apoyos de Queipo no suman más de 20 personas. Ese sanedrín no pinta nada en esta partida. Con esos naipes, Queipo no podrá levanta la espada. Por otra parte, en la dirección nacional del partido, el portavoz del PP en el sótano de Fruela no pasa de ser el chico de los recados. Algunos, con cierto “cariño”, le han apodado “Monchito”. Y hasta ahí. En cambio, sí hay varios nombres que ya suenan como futuros presidentes del PP y militantes del PP. El primero es el del ingeniero Álvaro Platero, presidente de Astilleros Gondán y de PYMAR. El segundo, el consejero delegado de Trasinsa, Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo. Uno goza de un respetadísimo peso político dentro de la organización. Otro cuenta con suficientes recursos y contactos y, sobre todo, el respaldo del Alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli. ¿Qué pensará de todo esto el sabio Isidro Fernández Rozada? Se hacen apuestas.
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