domingo, 22 de octubre de 2023
Ángel Aznárez entresaca un hilo....veremos si hay...Ovillo!!!
Los bienes de la Fundación Cajastur
Ángel Aznárez
Ángel Aznárez
OPINIÓN
22 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.
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I.- Introducción:
León y sus tierras siempre gustaron a los asturianos. Eso comenzó mucho antes de que subieran por el Padrún y el Puerto de Pajares en minúsculos automóviles, Seat 600 o Renault 4/4, para “secar” en tierras leonesas («Ir a Castilla», se decía). Los asturianos, que comían guisos en «Casa Quico», en Arbás, alardeaban de ricos ante los llamados cazurros leoneses, que, admirados, callaban.
Muchos ignoran que en 1958 se constituyó una Federación asturleonesa de Cajas de Ahorros, integrada por la Caja de Ahorros de Asturias y la de León. El amor fue tal, que más tarde se pretendió hacer de Asturias y León, después de la Constitución de 1978, una Comunidad Autónoma, muy copulativa por romántica (de esto hay muchas cosas en el archivo de Sadei). Un sector de la izquierda asturiana y Martín Villa, en León, se opusieron. Y pudiera ser que el amor entre unos y otros, partiera de remotos y míticos tiempos, en la Alta Edad Media, los de la Monarquía asturiana, de Covadonga y de Pelayo, y una Monarquía, que siglos después, se uniría a la de los Ordoño, de León.
Un ovetense, caso del que escribe esto, fue bachiller en un colegio llamado precisamente Auseva, en la calle Santa Susana de la capital, como el monte astur y salvador frente a la morería invasora. El ovetense fue bautizado y confirmado en la Iglesia de San Isidoro el Real, ya en tiempos en los que Satanás, Príncipe de las Tinieblas, según el coadjutor y castropolino, don Luis Legazpi Cortina, estaba muy acreditado. Por todo ello, este escritor ha de creer y cree en todo lo de las Vírgenes, Covadonga, la asturiana, y Camino, la leonesa, a pies juntillas, por increíbles que resulten, que da igual.
Cuando estoy en León, como el pasado día 8 de octubre de 2023, ojeo y hojeo El Diario de León, que me distrae. En la página 3, bajo el título «El Gallo», hay un comentario o cantarín kikirikí, que dice: «La cúpula de Unicaja se sube el sueldo», con detalle a continuación de las subidas del sueldo de los consejeros y de su presidente. ¡Cuánto recuerdo a Ángel Fernández Noriega, otro de la Cuenca, y a la Caja de Ronda, tan torera y goyesca!
Es comprensible el interés de El Diario de León por lo de Unicaja, teniendo en cuenta que ésta fue la entidad que absorbió a Caja España, la de León y del Duero, luego el Banco Ceiss, y absorción como la de «nuestro» Liberbank, procedente de la extinta Caja de Ahorros de Asturias, la «nuestra». Y lo que allí, en León, se puede leer, aquí, en Asturias, no.
II.- El Escándalo de la desaparición de las Cajas de Ahorros:
Libros se tendrán que escribir sobre el fenómeno de la desaparición de las Cajas de Ahorros, con complicidades incluso delictivas en las más altas instancias políticas y económicas de España, y con responsabilidades en casi todos los partidos políticos, principalmente el PP y en el PSOE. En el gran festín o «banquetazo», participaron las principales entidades bancarias competidoras de las cajas, así como destacados personajes corruptos o de «prestigio», hoy con importantes cargos en la Unión Europea (de Asturias, alguno).
Hasta el momento presente los únicos que han sufrido las consecuencias del proceso de desaparición de las Cajas de Ahorros son, como siempre, las pobres personas que nada sabían de cajeros automáticos, impositores menudos, los de las obligaciones subordinadas y participaciones preferentes, y con prejubilaciones de «cajeros» muy discutibles. A eso, unos caraduras en el año 2000 llamaron, en sede parlamentaria, «la democratización de la Caja».
Ese proceso, el de la desaparición de las Cajas de Ahorros, con complicidades políticas a todos los niveles, me interesa mucho:
A.- Por consanguinidad: al haber tenido un ascendiente que fue director general de la Caja de Ahorros de Asturias, pudiendo así haber conocido de primera mano, asuntos importantes de la intríngulis asturiana (trastienda política y económica), durante épocas, en particular en los años ochenta del pasado siglo. Tiempo en el que era líder indiscutible del PSOE asturiano, un sindicalista, luego condenado. Líder, jefe y nido de gentes que ahora reniegan de él, que unos llamaron al nido, el nido de las cornejas y otros el nido de las tarántulas.
B.- Por haber sido miembro del Consejo de Administración de la que fue «Caixa de Cataluña», dejando el cargo por decisión voluntaria al cesar de notario de Barcelona, y regresar a Asturias, a la jubilación de mi padre en 1987. Ese, de Barcelona a Gijón, no sería el único salto mortal en mi vida, pues convencido siempre fui de que la vida es demasiado corta para hacer en ella una y única dedicación.
III.- Los bienes de la Fundación bancaria (Cajastur):
El último 26 de septiembre, en el periódico digital La Voz de Asturias, leí que entre el Ayuntamiento de Gijón y la Fundación Cajastur se había acordado que en el Palacio de Revillagigedo se mostrarán fondos artísticos y de otros tipos del Ayuntamiento.
Por conjetura pensé que la titularidad del Palacio de Revillagigedo sería de la Fundación Cajastur, pero advertí inmediatamente que donde hay tantos «misterios», quedarse con el indicio o conjetura era de temeridad. Decidí, pues, ir a la institución que, de manera fehaciente, publica las propiedades sobre los inmuebles: el Registro de la Propiedad.
Mi sorpresa no pudo ser mayor, pues supe entonces que el Palacio de Revillagigedo está inscrito en el Registro a nombre de la Caja de Ahorros de Asturias, entidad inexistente desde lo de Liberbank primero y luego, en 2014, desde lo de la transformación en «Fundación Cajastur», una vez aprobada la Ley 26/2013, de cajas de ahorros y fundaciones bancarias, Ley publicada el día de los Santos Inocentes (año 2013).
La última inscripción del Palacio de Revillagigedo, en el Registro, es la de compraventa del Palacio al que fue don Álvaro Armada Ulloa, Conde de Revillagigedo, por la Caja de Ahorros de Asturias, en el precio de veinticinco millones de pesetas, siendo el representante de la Entidad compradora, precisamente mi padre (A.A.A). La Escritura está fechada el 3 de febrero de 1977 y el fedatario fue don José Manuel Iglesias, entonces Notario de Gijón.
Años después mi padre me explicó las razones por las que el Ayuntamiento de Gijón no fue el comprador y cuáles fueron los pactos de recompra por el Ayuntamiento. ¿Qué fue de ellos?
1º.- Por disponerlo el artículo 33 de la Ley 26/2013, de 27 de diciembre, y no haber en Asturias Ley de Fundaciones, se aplica el artículo 20.2 de la Ley estatal 50/2002, de Fundaciones, que manda: «Los órganos de gobierno promoverán, bajo su responsabilidad, la inscripción a nombre de la fundación de los bienes y derechos que integren el patrimonio de ésta, en los Registros públicos correspondientes».
2º.- O sea, que los inmuebles fundacionales han de inscribirse obligatoriamente en el Registro de la Propiedad. Y si los «particulares o privados» son libres para inscribir sus bienes o no hacerlo, asumiendo los riesgos inherentes a su decisión, tratándose de fundaciones y de entes públicos, la inscripción es obligatoria, por necesidad de que los bienes de esas entidades gocen de la máxima protección, la que da el Registro de la Propiedad, por medio de los efectos materiales, operativos y procesales (principio de legitimación), resultantes de lo dispuesto en la Ley Hipotecaria. Por cierto, en todas las leyes autonómicas sobre fundaciones, la inscripción de sus bienes en el Registro de la Propiedad es también obligatoria.
3º.- Es llamativo que el artículo 36 de la Ley 33/2003, de 3 de noviembre, del Patrimonio de las Administraciones públicas, que impone también la obligatoriedad de la inscripción de los bienes demaniales y patrimoniales de las Administraciones públicas, esté situado dentro del Título II, que se llama, significativamente, «Protección y defensa del Patrimonio», y es que la obligatoriedad de la inscripción, en las fundaciones, es para eso: para proteger su patrimonio. Es arriesgada y de temeridad la inscripción del Palacio de Revillagigedo a favor de la Caja de Ahorros de Asturias, y si fuese contradicho, lo rebatiré inmediatamente.
Los beneficios de la inscripción de los bienes frente a la no inscripción son ya muy conocidos del público en general; incluso el no especialista que compra, quiere que su propiedad se inscriba a su nombre inmediatamente en el Registro. Razones hay para ello.
4º.- La Fundación Cajastur viene desde hace ya nueve años incumpliendo la Ley, siendo responsabilidad del patronato de la Fundación, su órgano de gobierno y representación. Más también ha de advertirse que el Protectorado de la Fundación, que ha de velar por el recto funcionamiento de las fundaciones bancarias, también ha incumplido sus obligaciones. Y téngase presente que en el caso de Cajastur, de conformidad con el artículo 45 de la Ley 26/2013, «el protectorado será ejercido por la correspondiente Comunidad autónoma». Por tanto, el presidente del Principado de Asturias deberá dar públicas explicaciones.
Hay muchas oscuridades y nula transparencia en lo acontecido con la Caja de Ahorros de Asturias desde los años noventa del pasado siglo. Hubo acontecimientos tan estrambóticos y lamentables como fueron los Decretos 52/1992, 68/1996, 27/2000 y los de la Ley de Cajas de Ahorros, la 2/2000, de 23 de junio. Hubo cuestiones tan asombrosas como que la misma persona desde los años noventa del pasado siglo haya dirigido la Caja hasta su disolución y absorción por Unicaja; con procesos jurídicamente muy complejos, económicamente muy costosos, a cargo de los ahorradores asturianos. Y hubo… suma y sigue.
No es extraño que se quiera todo tapar y que se busque que los asturianos miremos para otro lado y que olvidemos. Y ¡atención!, que todo lo relacionado con la Caja, ente social que fue de los asturianos, y ahora con la Fundación Cajastur, de finalidad social según la Ley 26/2013, por ser de interés público, exige muchas explicaciones de las autoridades. La Libertad de expresión, derecho fundamental, en casos de intereses públicos, tiene sus límites -se advierte- muy ampliados.
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