miércoles, 21 de febrero de 2024
En nuestro recuerdo....
Nortes | Centraes na periferia
Historiador y activista social. Escribió en La Nueva España, Les Noticies, Diagonal y Atlántica XXII. Colabora en El Salto y dirige Nortes.
La Asociación Lázaro Cárdenas proyecta este miércoles en Xixón el documental “Tere. Por todas mis camaradas”, un trabajo de Carlos González Penalva sobre Teresa Hoyos, militante comunista y pareja durante muchos años del dirigente asturiano Horacio Fernández Inguanzo “El Paisano”
Hija de Dimas Hoyos, uno de los fundadores del PCE, formó parte de esa generación cuya mayoría de edad coincidió con el estallido de la Guerra Civil española. Adolescente en el Madrid de la Segunda República, se unió a las juventudes comunistas en una ciudad que vivía desde 1933 una agudización de la lucha de clases. Nuevos sectores de la clase trabajadora, fundamentalmente del sector servicios, estaban creciendo en número al mismo tiempo que en organización y conciencia política, en una capital que lo era tanto de la República como de los emergentes grupos ultraderechistas que conspiraban para derribarla.
Militantes de la Unión de Muchachas. Foto: Walter Reuter.
Entre esos nuevos sectores que se estaban politizando destacaban las mujeres jóvenes identificadas con el antifascismo, tanto obreras como estudiantes, que en esos años se unirían a organizaciones como las Juventudes Socialistas Unificadas y la Unión de Muchachas, o a las Mujeres Libres, de tendencia libertaria.
Estudiante de Derecho, Hoyos decidió cambiar las leyes por la enfermería al iniciarse la guerra. Trabajó en varios hospitales de campaña, fue herida, y en Sigüenza, Toledo, escapó por poco de ser capturada por los golpistas, en una de las batallas más cruentas de la guerra en la zona central de España.
Sigüenza durante la Guerra Civil.
González Penalva señala que la dirección republicana, dada la experiencia profesional de María Teresa, le encomendó el cuidado y tratamiento del Comandante Fort, antifascista francés, miembro de las Brigadas Internacionales, que quedó totalmente ciego como consecuencia de un pedazo de metralla que le dio en la frente: “La dirección republicana envió a Fort a París, y las Brigadas Internacionales decidieron enviarlo a Moscú, donde el tratamiento hospitalario tenía un mejor nivel. Unos días después, los mandos del ejército republicano enviaron a Teresa a París, y luego a Moscú, para seguir haciéndose cargo de la atención al comandante ciego”.
En la Unión Soviética enfermera y enfermo iniciarían una relación de pareja de la que nacerían dos hijos. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial la pareja se mudaría a Francia, encargándose del cuidado de huérfanos de la Resistencia francesa.
Cartel del Partido Comunista Francés, “el partido de los fusilados”, tras la liberación de Francia.
Instalados en una casa de París, Fort moriría no mucho tiempo después de haberse instalado en su país de origen dejando a Hoyos viuda y con dos hijos a su cargo. Implicada en la organización francesa del PCE, sus compañeros le encomendarían ahora atender a los camaradas españoles que escapaban de la dictadura franquista. Así conocería al dirigente asturiano Horacio Fernández Inguanzo, refugiado temporalmente en París, y con el que se casaría en 1962.
Se iniciaba una relación marcada por el compromiso político de ambos y el trabajo clandestino de “El Paisano” en la reconstrucción y dirección del partido comunista en Asturies, que había sufrido un fuerte golpe represivo del régimen como respuesta al éxito de las huelgas de 1962 y 1963 en las comarcas mineras. Una empresa arriesgada que El Paisano lograría realizar gracias a las redes de solidaridad que acogían y daban refugio al asturiano más buscado por la dictadura.
Noticia de la detención de Horacio en “Mundo Obrero”
A pesar de la habilidad de Inguanzo para el trabajo clandestino, la policía franquista terminaría dando con su paradero. En el año 1969 María Teresa decidía regresar a España después de la detención de su marido en Mieres. De nuevo en España Hoyos se implicó activamente en el movimiento de solidaridad con los presos políticos y por la amnistía. Un movimiento y una red de cuidados que fueron vitales para sostener material y psicológicamente a los antifranquistas encarcelados, a menudo en unas condiciones de encierro muy duras.
Teresa en un acto en 1972 en Italia por la libertad de su marido.
La campaña de solidaridad lograría que en 1973 Inguanzo pasase a arresto domiciliario por su delicado estado de salud. Confinado en una vivienda de Madrid, el posterior secretario general del Partido Comunista de Asturias no quedaría en libertad hasta la amnistía parcial del verano de 1976.
Hoyos sobreviviría a su marido, fallecido en 1996, y moriría en 2010 en Aguilas, Murcia, a la edad de 92 años. Juan Fernández Ania y Manuel G. Fonseca “El Pole” hablarán en el acto, que se celebrará a las 19h en Les Cigarreres y estará moderado por Arantxa Carcedo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario