Es otro campeón....La Moncloa....abrasa.
La crisis está demostrando su capacidad destructiva sobre la economía, pero también sobre el entorno de José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente del Gobierno ha perdido en los últimos meses una buena parte de los apoyos que logró aglutinar para llegar a la Moncloa y para ser reelegido. La renuncia de Pedro Solbes a su escaño marca el fin de una etapa en la que el viejo PSOE convivía en armonía con el nuevo de Zapatero. Un divorcio al que se unen economistas de carácter progresista que no respaldan la gestión del Ejecutivo, la táctica ofensiva del grupo Prisa y voces críticas de todo el espectro económico, social y político.
La dureza de la recesión, en contraste con el optimismo de Zapatero, ha llevado a notables economistas cercanos a Moncloa a distanciarse de las tesis oficiales. Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales, sostiene que España saldrá más tarde de la crisis que otros países desarrollados, y se opone a subir impuestos en el actual contexto económico. Mientras, el Gobierno mantiene que “lo peor ya ha pasado”, y que no hay más remedio que aumentar la fiscalidad para aplacar el déficit.
Santos Miguel Ruesga, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Autónoma de Madrid y consejero de UGT en RTVE, tachó, en declaraciones a El Confidencial, de “estrambótica” la devolución de los 400 euros, que ahora el Gobierno parece haber decidido eliminar. Ruesga, que ha participado en la elaboración de los programas electorales del PSOE, defendió las líneas principales de la gestión económica, aunque matizó que el gasto público debería dirigirse a incentivar sectores relacionados con la innovación y el cambio de modelo, y menos hacia el ladrillo. En cuanto a la subida de impuestos que prepara el Ejecutivo, el catedrático advirtió que la subida del IVA debería ser el último recurso, y que una política progresista consistiría en subir el IRPF a las rentas más altas.
El profesor de la IESE Businness School Javier Díaz-Giménez, quien formó parte de la Oficina Económica de Moncloa, representa la distancia que separa el discurso técnico de buena parte de los economistas independientes con el que sostiene el Gobierno. Para Díaz-Giménez, desde la marcha de Solbes se ha perdido la idea clásica de que el gasto tiene límites, que antes o después hay que pagar con impuestos. “Ahora no se sabe quién es el verdadero cerebro de la política económica”, señaló a este diario.
Díaz-Giménez, firmante del manifiesto por una reforma laboral, y que defiende la participación de los economistas en el debate público, tildó de “poco serios y rigurosos” los planes de más gasto público y más impuestos. De acuerdo con este analista, Zapatero no parece haber previsto que la recuperación de Francia, Alemania y otros países pude llevar al Banco Central Europeo a subir los tipos, provocando que España se quede rezagada y a contrapié, con una política monetaria contraria a sus necesidades.
Voces críticas en el PSOE
El malestar en el seno del PSOE por el rumbo de la política económica ha sido un ruido de fondo en las últimas semanas, aunque algunos destacados socialistas se han atrevido a criticar públicamente las propuestas de Zapatero. El consejero de Economía de la Generalitat, Antoni Castells, acusó al Gobierno de no “coger el toro por los cuernos” y tachó de “inapropiada” la subida de impuestos anunciada por el Ejecutivo. Por su parte, el presidente catalán, José Montilla, también se mostró contrario a una subida de impuestos y reconoció la gravedad de la crisis antes que Zapatero.
Otros, como los miembros de la vieja guardia del PSOE, prefieren hacerlo en privado. No obstante, la emigración de Jordi Sevilla o Solbes, junto a otros como David Vegara o David Taguas, han restado potencia intelectual al entorno de Zapatero. Joaquín Almunia se ha convertido desde Bruselas en el involuntario portador de las peores noticias económicas para España, mientras que Felipe González, Joaquín Leguina y Gregorio Peces Barba han expresado en diversas ocasiones sus diferencias con el presidente del Gobierno.
Prisa contraataca
El apoyo de los medios de comunicación al Gobierno de Zapatero también ha padecido un importante revés. Con su apuesta por Mediapro, el líder socialista ha provocado que la consigna en el grupo Prisa sea castigar al Ejecutivo por su política económica. Los mismos tertulianos que en torno a Ángels Barceló defendían en la Cadena SER la estrategia contra la crisis de Zapatero, se han convertido en sus detractores.
El cambio editorial del El País ha tenido eco incluso en el The New York Times. La portada del suplemento económico del 6 de septiembre es una de las más duras que el diario de Prisa ha dedicado a un Gobierno del PSOE, y la tregua parece lejos de alcanzarse. A la lluvia de rapapolvos se ha sumado la prensa internacional, con el semanario The Economist a la cabeza. Unas circunstancias muy difíciles en las que Zapatero deberá luchar por recuperar aliados, y sobrevivir a lo que queda de legislatura. Todo un reto en el que se juega algo más que su sonrisa.
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