Coordinada con otras, claro.
Subir el IVA, ¿remedio en época de crisis?
E. Vinagre, C.Frade, E. M. Millán, G. Vegezzi, A. León, J. L. de Haro, J. P. Cardenal, M. Yoldi e I. Rivas8:00 -
Los principales Gobiernos han demostrado que, en tiempos de dificultades económicas, mueven ficha en materia fiscal. Desde que estallara la crisis económica más grave desde la Gran Depresión, son muchos los Ejecutivos que han recurrido a bajadas para incentivar el consumo pero, ahora, cuando empieza a vislumbrarse la recuperación y los déficit ahogan a las arcas públicas por los planes de estímulo, son dos los caminos señalados con el dedo: subir el IVA y una mayor presión fiscal a las rentas más altas.
El primero, porque su incremento, además de conllevar una de las recaudaciones más elevadas, es de las menos impopulares en un tema siempre complicado; el segundo, porque las autoridades esgrimen que los que más tienen son los que se tienen que ajustar el cinturón cuando vienen mal dadas. Ésta es una vista de pájaro de la política tributaria europea y de otras grandes economías desde hace un año... y de los planes a corto plazo.
Berlín 'mete la tijera'
Rebajas fiscales generalizadas. Ésa ha sido la política de la gran coalición de Gobierno en Alemania para hacer frente a la crisis. Pese a las reticencias iniciales por parte del Partido Socialdemócrata (SPD), el gabinete presidido por Angela Merkel aprobó en los meses previos a las elecciones al Bundestag que se celebran a finales de septiembre importantes recortes en los impuestos. Redujo, por ejemplo, el tipo impositivo mínimo del IRPF y amplió el tramo exento de declarar.
Particulares y empresas, además, se han beneficiado de un aumento en las desgravaciones para las aportaciones a los seguros médicos. La supresión del Impuesto de Sucesiones a los herederos de empresas familiares forman parte también del paquete de medidas. La proximidad de los comicios ha provocado también que los partidos se hayan lanzado a prometer nuevas rebajas. Como la CDU de Merkel, que planea un nuevo tijeretazo de 15.000 millones de euros para fomentar el consumo.
La gran incógnita es saber qué pasará con el IVA , situado actualmente con carácter general en el 19%. Pese a que nadie se atreve a hablar claro en campaña, no se puede descartar que el nuevo Ejecutivo decida aumentar el tipo reducido del impuesto, actualmente en el 7%. Y es que Berlín no quiere que el déficit se le escape de las manos, pese a que, de momento, las cuentas parecen cuadrar. El primer semestre del año se saldó con un balance negativo de 17.300 millones, el 1,5% del PIB.
Francia: menos tributos
"No fui elegido para aumentar los impuestos", afirmaba todavía en marzo pasado el presidente Nicolas Sarkozy. Fiel a ese compromiso, el Gobierno francés sigue resistiéndose a subirlos para no agravar la crisis, a pesar de que los ingresos fiscales del Estado se han reducido un 25% en el primer semestre de 2009.
No los aumenta, sino que incluso los rebaja, como ha sido el caso de los dos tercios del IRPF que la Hacienda francesa va a perdonar este año a 5,5 millones de hogares más modestos, con un coste aproximado de 1.100 millones de euros.
Actualmente también se está estudiando la supresión de la tasa profesional, un impuesto local que pesa sobre las inversiones productivas de las empresas.
El Ejecutivo sí contempla, sin embargo, una reforma de la maraña de los 469 nichos fiscales y sociales, deducciones por los conceptos más variopintos, que cuestan anualmente 70.000 millones. El proyecto de un nuevo impuesto ecológico, la tasa carbono, ha provocado este verano una viva polémica.
Londres baraja subidas
El Gobierno británico intenta adecuar la estrategia fiscal a los efectos de la crisis y si hace un año había rebajado el IVA hasta el mínimo del 15% y suprimido algunos tributos en las transacciones inmobiliarias, en el último Presupuesto elevó hasta el 50% la presión fiscal sobre las rentas altas. Sin embargo, las maniobras fiscales, unidas a los planes de estímulo, han disparado la deuda pública, que alcanza ya el 56,8% del PIB.
El bajón de ingresos vía tributaria obligó a recurrir al préstamo en un mes de julio por primera vez desde 1996 y medidas como la del IVA , diseñadas para estimular el consumo, se interrumpirán antes de tiempo.
Por todo, ni el actual Ejecutivo ni el virtual Gabinete conservador que las encuestas sitúan a partir de primavera han descartado subidas de impuestos, aunque ninguno de los grandes partidos ha concretado ámbitos.
Italia y su 'escudo fiscal'
A pesar de su enorme deuda pública y de los costes para la reconstrucción del terremoto en Abruzzo, el Gobierno italiano sigue sin aumentar los impuestos. De hecho, la reducción de la presión fiscal ha sido siempre uno de los temas de la campaña electoral de Silvio Berlusconi, y ahora il Cavaliere no piensa dar marcha atrás. Sin embargo, el Gobierno estudió otra manera para recaudar fondos: el Parlamento aprobó este verano un escudo fiscal, una medida que favorece la vuelta de los capitales desde los paraísos fiscales.
La ley, a través de la cual el Ejecutivo transalpino piensa recaudar por lo menos 3.000 millones de euros, prevé un tipo impositivo del 5% y la condonación de los delitos fiscales. Es la tercera vez en los últimos años que Italia recurre a este tipo de medidas, desatando polémicas porque el país sigue teniendo un nivel de fraude fiscal entre los más altos de Europa.
Alta presión fiscal belga
El debate sobre subir impuestos o recortar los gastos del Estado es una de las cuestiones más candentes a las que se enfrenta el Gobierno de Bélgica estos días, país que se destaca en la UE por su tradicionalmente elevadísima deuda pública y fuerte presión fiscal. La crisis actual ha enterrado casi una década virtuosa de presupuestos equilibrados.
El Ejecutivo federal belga es una variopinta coalición de demócrata-cristianos, liberales y socialistas: las dos primeras familias defienden la austeridad de gasto, y los socialistas y los sindicatos, por su parte, proponen reinstaurar un tipo impositivo del 55% para las rentas más elevadas.
De momento, como la cartera ministerial de Presupuesto y también la de Finanzas están en manos de dos ministros liberales, la primera pista en estudio está siendo cribar los Presupuestos Generales y eliminar uno por uno los gastos prescindibles. La opción de subir los ya muy elevados impuestos será estudiada cuando se conozca dónde se agota el margen de recortar el gasto.
EEUU, con rentas bajas
La Administración Obama ha puesto en marcha diversas medidas fiscales para individuos y empresas desde que pusiera el pie en la Casa Blanca el pasado 20 de enero. En primer lugar, todos aquellos ciudadanos que ganen al año menos de 75.000 dólares (52.500 euros), obtienen instantáneamente una rebaja de impuestos de 400 dólares (280 euros) por cabeza.
En el caso de las parejas, aquellas que ingresen menos de 150.000 dólares (105.000 euros) acceden a un recorte fiscal de 800 dólares (560 euros). Además, todas aquellas familias con niños reciben un crédito fiscal de 1.000 dólares (700 euros), incluidos aquellos hogares cuyos bajos ingresos les dejen exentos de pagar impuestos.
A ello habría que sumar las ayudas de compra de nuevos vehículos, donde se invierten cerca de 1.700 millones de dólares (1.190 millones de euros) en rebajas fiscales. El Gobierno federal hace rebajas fiscales por valor de 3.400 dólares (2.370 euros) por la compra de un coche híbrido o de 4.000 dólares (2.800 euros) por un vehículo de consumo energético alternativo. Eso sí, el fin del programa chatarra por dinero, similar al Plan Renove de nuestro país, pasará factura a las ventas de automóviles durante los próximos meses.
En lo que se refiera a las empresas, la Administración Obama ha permitido a las compañías norteamericanas poder utilizar sus pérdidas actuales para poder acceder a rebajas fiscales, algo que cuesta alrededor de 15.000 millones de dólares (10.500 millones de euros). Para las pymes, el Gobierno estadounidense ha otorgado un máximo de 250.000 dólares (175.000 euros) por empresa para nuevas inversiones.
El problema durante los próximos meses será cómo reducir el descomunal déficit del país. La factura ascenderá hasta los 1,6 billones de dólares (1,1 billones de euros) este año, una cifra que sólo podrá subsanarse mediante subidas de impuestos o recortes de gastos a medio y largo plazo.
China: siete descensos
China ha modificado su política fiscal para mejorar al sector exportador, el más afectado por la crisis y uno de los motores de la economía china. Desde agosto de 2008, ha mejorado siete veces las condiciones fiscales.
En concreto, aumentando el porcentaje de devolución del IVA a la exportación de determinados productos o elevando el número de categorías y productos. Empezó incrementando el porcentaje a la exportación textil y continuó con un amplio abanico de productos de sectores intensivos en mano de obra (juguetes, textil, calzado), tecnológicos (maquinaria, electrónico) o de alto valor añadido (acero, petroquímico).
Pekín también suprimió los impuestos a la exportación de cereales y recortó los de los fertilizantes y metales no ferrosos, entre otros. En total, unos 8.000 productos y artículos se beneficiaron de la bajada fiscal. Por otro lado, rebajó también un 50% el impuesto de venta sobre determinados turismos.
Japón baja impuestos
Japón ha reducido ciertos impuestos para incentivar el consumo -por ejemplo para el sector del automóvil- y sigue en el horizonte la perspectiva de una polémica subida del IVA que sirva para financiar el elevado déficit público pero que nadie quiere acometer.
El Partido Democrático de Yukio Hatoyama, primer ministro in pectore, prometió en campaña electoral la congelación fiscal hasta 2013 e importantes rebajas fiscales en medio de un ambicioso plan de ayudas sociales.
Contempla el recorte de algunos impuestos (la disminución del 18 al 11% de las tasas a las pymes) y la rebaja en carburantes, educación y autopista, entre otras medidas.
A su vez, el Gobierno entregará 190 euros por cada niño en edad escolar, además de los 2.600 que ya reciben los padres por cada hijo al nacer. El nuevo Gobierno pretende financiar las ayudas con el ahorro de lo que llaman "derroche del gasto gubernamental".
¿Y España?
En España, la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, con la crisis ya instalada, empezó con rebajas fiscales. De acuerdo con una promesa lanzada en la campaña electoral, se introdujo una deducción en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas de 400 euros anuales. Ese mismo año, en pleno verano, el Gobierno suprimió el Impuesto sobre el Patrimonio, cedido a las comunidades autónomas. Y hasta aquí llegaron las rebajas.
En cuanto la crisis arreció y las arcas públicas empezaron a vaciarse, se invirtió la tendencia. Se ha comenzado por elevar los impuestos que gravan los hidrocarburos y el tabaco. Se ha anunciado la supresión de la deducción de 400 euros en el IRPF, que ha tenido una efímera existencia de sólo dos ejercicios. Un día sí y otro también, se avisa de una subida de la presión fiscal a las rentas altas, aunque sin concretar.
Pero del IVA no se habla para nada desde que el Gobierno ha vuelto de vacaciones. Todo parece indicar que será en este impuesto donde recaigan las alzas. De momento, el Gobierno estudia el impacto recaudatorio de elevar el IVA , primero en general y, después, el de los productos de lujo.
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