Y acelerar la salida de la depresión?
Entrevista a José Manuel González-Páramo, miembro del Comité Ejecutivo del BCE
El BCE insta a recortar gastos antes que subir impuestos
Publicado el 08-09-09 , por Daniel Badía Fráncfort
El Gobierno se embarca en una reforma fiscal que, previsiblemente, aclarará mañana, cuando el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, comunique en el Congreso sus nuevas recetas contra la crisis. Pero, cada vez son más las autoridades que ven serias ineficiencias en la aplicación de una subida de impuestos en un momento en el que el gasto sigue incontrolado.
José Manuel González-Páramo (Madrid, 1958), miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) desde 2004, no tiene muy claro quién va a ganar la liga de fútbol este año, pese a reconocer su afinidad por el Atlético de Madrid. Sin embargo, sí que está seguro de cuál es la manera más efectiva de equilibrar las cuentas públicas. Así lo dejó claro en una entrevista con EXPANSIÓN el pasado jueves en Fráncfort, minutos después de que la institución monetaria decidiera mantener los tipos en el 1%.
José Manuel González-Páramo, miembro del comité ejecutivo del BCE
¿Es buen momento para subir los impuestos en España?
Es muy poco específico lo que se conoce hasta el momento. Pero sí hay algo que sabemos de la experiencia europea internacional de los últimos años. Y es que es mucho menor la probabilidad de que una consolidación fiscal basada en aumentos de impuestos sea exitosa que la que se emprende por la vía del gasto. Pasar de un superávit de más del 2% a un déficit que podría rebasar el 10% exige una reflexión seria sobre cómo asegurar la sostenibilidad del nivel de deuda pública, que de ser muy bajo va a pasar a situarse en la media europea en tan sólo dos años.
Ha defendido en varias ocasiones la necesidad de que España aplique una reforma laboral, pero, ¿qué entiende el BCE por reforma laboral?
Realmente el BCE no tiene como función emitir recetas sobre qué debe hacer cada país. Pero sí hay un conjunto de principios con los que un buen mercado laboral debe funcionar. Debe ser flexible, de manera que facilite el movimiento de trabajadores hacia sectores con futuro.
Los salarios deben responder a la productividad y a niveles de competitividad sectorial, así como a tasas de paro, y no a esquemas de indiciación que son incompatibles con la Unión Monetaria. No debe estar segmentado, de manera que haya dos niveles, el de trabajadores muy protegidos y el de los desprotegidos, porque eso es una flexibilidad falsa y contraproducente para la economía. En este sentido, el juicio internacional es unánime respecto a que las instituciones laborales españolas son mejorables.
¿El Gobierno debe dar prioridad a esta reforma laboral?
Un gobierno debe cumplir muchas tareas de forma simultánea. Por un lado, debe garantizar de manera creíble la sostenibilidad de las finanzas públicas, porque abarata la financiación para las empresas y para el propio gobierno. Se alejan así del horizonte posibles aumentos de impuestos o recortes fiscales. En definitiva, no se puede esperar a resolver los problemas del mercado laboral para empezar a actuar sobre la sostenibilidad presupuestaria, y viceversa.
"Pasar de un superávit de un 2% a un déficit que puede superar el 10% exige una reflexión seria"
Está previsto que España, al igual que el resto de los gobiernos de la eurozona, lance un récord de emisiones de deuda este año y en 2010 ¿Será capaz de absorber el mercado este volumen?
Sin duda, la presión de los gobiernos europeos sobre los mercados es creciente. Pero la capacidad de los mercados de absorber este papel es grande en un momento en el que hay incertidumbre sobre otros instrumentos financieros. No creo que haya que plantearse esta cuestión, en la medida en que el extraordinario aumento del déficit sea un episodio temporal, que debríamos ver revertir a partir del comienzo de la recuperación, o en 2011 como muy tarde, gracias al compromiso de consolidación fiscal que se ha asumido por el Consejo de la Unión Europea.
Cuando nos concedió la última entrevista, en septiembre de 2007, entrábamos en la crisis. Ahora, ¿salimos de ella?
Lo que se puede decir es que la situación se ha estabilizado. El episodio Lehman Brothers de septiembre de 2008 marca un punto de referencia, a partir del que se transforma un episodio de tensiones financieras, con las que más o menos lidiaban los bancos centrales, en otro en el que la economía real comienza a verse afectada con seriedad.
Está claro que las medidas de política macroeconómica de gobiernos y bancos centrales, con bajadas de tipos y medidas extraordinarias de apoyo al sistema financiero, han estabilizado la situación. Dicho esto con toda prudencia, porque una cosa es estabilizar la economía y los mercados y otra asegurar una salida rápida o una vuelta a la situación previa a agosto de 2007.
"No se puede esperar a resolver los problemas del mercado laboral para actuar sobre el déficit"
¿El exceso de optimismo, como el que parece que muestran los mercados, puede ser contraproducente?
Los excesos son siempre malos, sean de pesimismo o de optimismo. Pero en particular éste último podría reflejar la situación actual, en la medida en que suponga una sobrerreacción a unos datos positivos que, sin duda, lo son, tal y como se ve en las revisiones realizadas ligeramente al alza por el staff de la institución.
Una sobrerreacción a estos datos no es buena porque podría hacernos olvidar que todavía nos enfrentamos a una agenda muy importante de reformas que los gobiernos tienen ante sí. Y sin completar estas reformas, no llegaremos a sendas de crecimientos duradero.
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