El gran impacto vendrá de la tasación a la baja de los solares y pisos adjudicados
El coste de otro estirón en la maratón de las provisiones
Otra vuelta de tuerca a las dotaciones empujaría a la banca doméstica a las pérdidas en 2012. Solo se librarían Santander, BBVA y Bankinter
E. G. E. - Madrid - 30/12/2011 - 07:00
El ladrillo actúa como un peso muerto sobre la banca. Impide a las entidades obtener financiación con la que dar créditos y lograr beneficios. Y para agravar la situación, el progresivo deterioro de la cartera de créditos les exige mayores esfuerzos en dotaciones justo cuando tienen problemas para incrementar los ingresos.
Con el fin de quebrar esta espiral perversa, el Gobierno sopesa imponer un sobreesfuerzo en dotaciones a las entidades. Su intención es que asuman pérdidas adicionales a las estimadas en sus adjudicados en la esperanza de que así se disipen las dudas sobre su solvencia y recuperen el acceso al mercado interbancario.
¿Pero cuánto puede costar este estirón? ¿Qué esfuerzo puede suponer a los bancos ¿Afectará a todos por igual?
Algunas casas de análisis han realizado sus primeras cábalas y, aunque el resultado de sus cuentas diverge, la conclusión es siempre la misma. Las entidades estrictamente domésticas (Pastor, Bankia, Sabadell, Popular y Banesto) serían las más perjudicadas. De hecho, podrían entrar en pérdidas en 2012. La excepción es Bankinter. Su ínfima exposición a promotores le evita hacer importantes esfuerzos extra. Mientras, BBVA y Santander se aprovecharían de su diversificación geográfica para acometer un saneamiento integral del balance en España.
BPI ha efectuado un análisis donde ha considerado la valoración dada a los activos adjudicados de las 10 mayores entidades españolas y su grado de provisión actual (entre el 23% y el 33%).
Y dibuja dos escenarios. En el primero contempla un incremento lineal de las provisiones de 20 puntos porcentuales adicionales para todas las entidades y aplicados a todos sus activos, independientemente de su naturaleza, ubicación, fiabilidad de la tasación y grado de cobertura actual. Bajo estos parámetros, las entidades deben recabar 8.378 millones de euros adicionales. En el segundo supuesto estima el coste de que cada entidad alcance una cobertura del 50% para todos sus adjudicados. La ventaja de esta alternativa es que premia a los grupos que han sido más prudentes y castiga a los laxos. El resultado es que el déficit sube hasta los 9.050 millones.
Los expertos de BPI matizan que, en realidad, la factura será mayor que cualquiera de estas dos cifras porque, además de incrementar las dotaciones aplicadas, se exigirá una actualización a la baja de las tasaciones de los activos. BPI concluye que endurecer las tasaciones y las provisiones puede resultar "negativo para los bancos a título individual, pero es beneficioso para el sistema en su conjunto porque contribuye a restaurar la confianza".
Renta 4 ha establecido unos parámetros distintos. En primer término ha tomado como referencia seis entidades y, en vez de considerar solo los adjudicados, ha incluido los créditos subestándar aunque no estén ligados a inmuebles. Por último, estima el coste de lograr una cobertura del 60%. Bajo esta hipótesis, las provisiones extra que necesitan los bancos ascienden a 15.221 millones.
Con el fin de quebrar esta espiral perversa, el Gobierno sopesa imponer un sobreesfuerzo en dotaciones a las entidades. Su intención es que asuman pérdidas adicionales a las estimadas en sus adjudicados en la esperanza de que así se disipen las dudas sobre su solvencia y recuperen el acceso al mercado interbancario.
¿Pero cuánto puede costar este estirón? ¿Qué esfuerzo puede suponer a los bancos ¿Afectará a todos por igual?
Algunas casas de análisis han realizado sus primeras cábalas y, aunque el resultado de sus cuentas diverge, la conclusión es siempre la misma. Las entidades estrictamente domésticas (Pastor, Bankia, Sabadell, Popular y Banesto) serían las más perjudicadas. De hecho, podrían entrar en pérdidas en 2012. La excepción es Bankinter. Su ínfima exposición a promotores le evita hacer importantes esfuerzos extra. Mientras, BBVA y Santander se aprovecharían de su diversificación geográfica para acometer un saneamiento integral del balance en España.
BPI ha efectuado un análisis donde ha considerado la valoración dada a los activos adjudicados de las 10 mayores entidades españolas y su grado de provisión actual (entre el 23% y el 33%).
Y dibuja dos escenarios. En el primero contempla un incremento lineal de las provisiones de 20 puntos porcentuales adicionales para todas las entidades y aplicados a todos sus activos, independientemente de su naturaleza, ubicación, fiabilidad de la tasación y grado de cobertura actual. Bajo estos parámetros, las entidades deben recabar 8.378 millones de euros adicionales. En el segundo supuesto estima el coste de que cada entidad alcance una cobertura del 50% para todos sus adjudicados. La ventaja de esta alternativa es que premia a los grupos que han sido más prudentes y castiga a los laxos. El resultado es que el déficit sube hasta los 9.050 millones.
Los expertos de BPI matizan que, en realidad, la factura será mayor que cualquiera de estas dos cifras porque, además de incrementar las dotaciones aplicadas, se exigirá una actualización a la baja de las tasaciones de los activos. BPI concluye que endurecer las tasaciones y las provisiones puede resultar "negativo para los bancos a título individual, pero es beneficioso para el sistema en su conjunto porque contribuye a restaurar la confianza".
Renta 4 ha establecido unos parámetros distintos. En primer término ha tomado como referencia seis entidades y, en vez de considerar solo los adjudicados, ha incluido los créditos subestándar aunque no estén ligados a inmuebles. Por último, estima el coste de lograr una cobertura del 60%. Bajo esta hipótesis, las provisiones extra que necesitan los bancos ascienden a 15.221 millones.
Abanico de opciones para sanear el balance
La cuenta de resultados no es la única vía que tienen las entidades para asimilar las pérdidas latentes de sus activos adjudicados y limpiar su balance.La más evidente es reforzar su base de capital con ampliaciones, ya sea por la vía de acudir al mercado de forma directa, emitir bonos convertibles, canjear preferentes por acciones o retener dividendos. De hecho, casi todas las entidades ya ofrecen a sus inversores cobrar en nuevos títulos en lugar de en efectivo.
Las fusiones representan otra palanca a su disposición. En estos casos, la normativa permite hacer saneamientos con cargo a reservas. De muestra un botón. Popular anunció que aprovechará la asimilación de Pastor para acelerar saneamientos por 1.100 millones netos con cargo a reservas. De esta forma la cobertura de préstamos morosos se incrementa del 47% al 54% y el grupo madrileño se asegura que la cartera crediticia de Pastor no le obligará a efectuar provisiones durante cinco años.
Otra vía para protegerse de la mora es materializar plusvalías latentes. Hay entidades que todavía son propietarias de su red de oficinas -que pueden vender para reocupar en régimen de alquiler- o cuentan con filiales relevantes que pueden poner en valor, como los seguros. Estas dos opciones estarían abiertas, por ejemplo, para Bankinter.
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