En tres meses de nuevo pozeando!
Marcada debilidad del consumo
El Banco de España confirma caída del PIB y del empleo en el cuarto trimestre
Por si había alguna duda, el Banco de España ha venido a confirmarlo: la economía se contrajo en el cuarto trimestre y la destrucción de empleo ha sido fuerte en los últimos meses.
I. A. - Madrid - 29/12/2011 - 10:13
En estos momentos, hay pocos institutos de análisis que auguren un
presente o un futuro inmediato positivo para la economía española.
Incluso el nuevo ministro del ramo, Luis de Guindos, se ha unido al coro en los últimos días, con su afirmación de que el PIB entrará en recesión a comienzos de 2012.
El problema es que para ello tiene que haber un primer trimestre en negativo, ya que técnicamente la recesión implica seis meses consecutivos de contracción del PIB. La conclusión evidente es que la travesía en el desierto ha comenzado este mismo trimestre. Y así lo ha constatado el Banco de España en su boletín mensual. "Tras el estancamiento que mostró la economía española en el tercer trimestre, la información coyuntural disponible, todavía incompleta, apunta a que la actividad se contrajo en los últimos meses del ejercicio, en un entorno de fuertes tensiones en los mercados financieros y de deterioro de las perspectivas de crecimiento en el área del euro y en el resto del mundo", asegura.
Ya es oficial: la doble recesión, la temida W, ha empezado a andar. ¿Quién tiene la culpa? El consumo privado es en buena parte responsable. "Los indicadores cuantitativos han mostrado una marcada debilidad en el cuarto trimestre", dice el supervisor nacional: empezando por las matriculaciones de vehículos y terminando por los índices de confianza de consumidores y comerciantes minoristas (pese a la ligera mejoría de noviembre), con una parada obligatoria en las ventas al por menor, con un descenso interanual del 7% en octubre. Hasta la inversión en bienes de equipos, uno de los pocos parámetros que estaba aguantando, ha mostrado señales de atonía en el ocaso del año. Y ni siquiera el turismo tira como antes: "Los últimos indicadores publicados apuntan a una moderación del elevado dinamismo mostrado desde mediados del año 2010".
Pero por encima de todo, el empleo, con un ritmo de destrucción de puestos de trabajo que aumenta en el cuarto trimestre del año. Las afiliaciones a la Seguridad Social así lo indican, con un descenso internanual del 2,1%, que intensifica en 0,4 puntos porcentuales la tasa de caída registrada en octubre. A todo ello se une el repunte en el número de parados de noviembre, recuerda el Banco de España.
El final de esta película es el regreso a las llamadas tasas de crecimiento negativas del PIB o, más llanamente, a la contracción de la economía. La última vez que una tasa de variación mostró un signo negativo por delante fue en el tercer trimestre de 2010, aunque entonces solo fue por centésimas y se produjo tras dos trimestres de crecimiento y antes de encadenar casi un año de subidas. La gran recesión española se produjo antes, entre abril de 2008 y diciembre de 2009, cuando la economía encadenó siete trimestres seguidos de caída.
La única buena noticia que constata el Banco de España en su boletín es la mejora de los mercados financieros nacionales. El diciembre, los inversores han suavizado su tiranía en la demanda de rentabilidad a la deuda pública y los tipos han descendido. Lo mismo ha sucedido con la prima de riesgo, que, eso sí, "sigue en niveles elevados".
El problema es que para ello tiene que haber un primer trimestre en negativo, ya que técnicamente la recesión implica seis meses consecutivos de contracción del PIB. La conclusión evidente es que la travesía en el desierto ha comenzado este mismo trimestre. Y así lo ha constatado el Banco de España en su boletín mensual. "Tras el estancamiento que mostró la economía española en el tercer trimestre, la información coyuntural disponible, todavía incompleta, apunta a que la actividad se contrajo en los últimos meses del ejercicio, en un entorno de fuertes tensiones en los mercados financieros y de deterioro de las perspectivas de crecimiento en el área del euro y en el resto del mundo", asegura.
Ya es oficial: la doble recesión, la temida W, ha empezado a andar. ¿Quién tiene la culpa? El consumo privado es en buena parte responsable. "Los indicadores cuantitativos han mostrado una marcada debilidad en el cuarto trimestre", dice el supervisor nacional: empezando por las matriculaciones de vehículos y terminando por los índices de confianza de consumidores y comerciantes minoristas (pese a la ligera mejoría de noviembre), con una parada obligatoria en las ventas al por menor, con un descenso interanual del 7% en octubre. Hasta la inversión en bienes de equipos, uno de los pocos parámetros que estaba aguantando, ha mostrado señales de atonía en el ocaso del año. Y ni siquiera el turismo tira como antes: "Los últimos indicadores publicados apuntan a una moderación del elevado dinamismo mostrado desde mediados del año 2010".
Pero por encima de todo, el empleo, con un ritmo de destrucción de puestos de trabajo que aumenta en el cuarto trimestre del año. Las afiliaciones a la Seguridad Social así lo indican, con un descenso internanual del 2,1%, que intensifica en 0,4 puntos porcentuales la tasa de caída registrada en octubre. A todo ello se une el repunte en el número de parados de noviembre, recuerda el Banco de España.
El final de esta película es el regreso a las llamadas tasas de crecimiento negativas del PIB o, más llanamente, a la contracción de la economía. La última vez que una tasa de variación mostró un signo negativo por delante fue en el tercer trimestre de 2010, aunque entonces solo fue por centésimas y se produjo tras dos trimestres de crecimiento y antes de encadenar casi un año de subidas. La gran recesión española se produjo antes, entre abril de 2008 y diciembre de 2009, cuando la economía encadenó siete trimestres seguidos de caída.
La única buena noticia que constata el Banco de España en su boletín es la mejora de los mercados financieros nacionales. El diciembre, los inversores han suavizado su tiranía en la demanda de rentabilidad a la deuda pública y los tipos han descendido. Lo mismo ha sucedido con la prima de riesgo, que, eso sí, "sigue en niveles elevados".
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