martes, 6 de agosto de 2013

A los Vivítopes....

Removido, no agitado

Los 5 pasos del gin-tonic perfecto

Este combinado regresó con fuerza hace unos años, revestido de sofisticación. Una vez afianzada la moda, se impone revisar las combinaciones para no caer en lo rococó. Ofrecemos algunas claves para lograr el cóctel perfectoprimir
El gin-tonic ha vivido un renacer en los últimos años, una fiebre que ha provocado que hasta el último bar del pueblo más perdido cuente con una surtida carta de ginebras y tónicas premium, combinadas con exóticas especias y frutas de todo tipo.
Incluso los chefs más mediáticos se han subido a este carro, como Ángel León, del restaurante Aponiente, que el verano pasado ideó el Gin Mare & Tonic, con plancton procedente del Mediterráneo, tomillo limonero y mezcla de cítricos.
Gin-tonic con bayas de enebro y cáscara de lima.
Ante esta revolución, ya han empezado a escucharse voces que reivindican una cierta sobriedad en las combinaciones, tras constatar que la copa se ha convertido en ocasiones en algo algo irreconocible y excesivamente aromático.
Los expertos nos explican que la mejor manera de evitar que la bebida se convierta «en una ensalada» es centrarse en potenciar el sabor de la ginebra y la tónica, tal y como explica el «bartender» Armando Arce.
«Para aromatizar, lo recomendable es utilizar alguno de los ingredientes botánicos que lleva la propia ginebra. Esto marca la diferencia entre entre un gin-tonic sofisticado y un popurrí de cosas que desbordan el sabor original».
En ese sentido, hay que tener en cuenta que cada marca tiene su «perfect serve». Así, la ginebra Hendriks combina perfectamente con una rodaja de pepino o pétalos de rosa; mientras que la cáscara de lima o la manzana aromatizan adecuadamente una Martin Miller.
Por el contrario, un cítrico arruinaría una G'vine, al «matar» su característico sabor, propio de su extracción a partir del vino. En cambio, su compañero ideal sería un «carpaccio» de uva, por poner un ejemplo.
Por último, para los que pasen de «florituras» y prefieran el gin-tonic clásico y las ginebras secas tipo London Dry o Seagrams, la mejor opción es incorporar 2 ó 3 bayas de enebro y piel de limón. El combinado regresó con fuerza hace unos años, revestido de sofisticación. Una vez afianzada la moda, se impone revisar las combinaciones para no caer en lo rococó. Ofrecemos algunas claves para lograr el gin-tonic perfecto.
La compañera perfecta del gin-tonic
La compañera por excelencia de la ginebra es el agua tónica o simplemente tónica, un refresco carbonatado aromatizado con quinina natural. El origen de la quinina es nebuloso, pero la leyenda cuenta que su uso se extendió después de que la condesa de Chinchón, esposa del virrey de Perú, fuera tratada de unas fiebres con la corteza de quino que usaban por entonces los indígenas. Después, los británicos mezclaron la quinina con agua como tratamiento contra la malaria, y su combinación con la ginebra llegó de forma natural: El gin-tonic había nacido. En cuanto a su uso actual, los expertos recomiendan utilizar una tónica «gourmet» -en estos momentos, existen casi tantas marcas de tónica como referencias de Ginebra-. Una de ellas es Markham, caracterizada por una burbuja fina y un sutil aroma a cítricos con toques amargos de quinina, que combina a la perfección con casi cualquier marca de ginebra.
Raíces, especias y flores para aromatizar la copa
El combinado por excelencia en España ha ido incorporando en los últimos años múltiples aderezos para potenciar los aromas, sabores y sensaciones de la copa, mejorando asimismo su presentación.
Clásicas bayas de enebro, cardamomo, anís estrellado, pimienta rosa, flor de hibisco, pimienta de Cubeba, pétalos de rosa, regaliz y hasta kumquat se convierten en inesperados compañeros de viaje de la ginebra y la tónica.
La marca de especias Premium Toque Especial las ha juntado en un cofre que incluye la clásica cucharilla trenzada para prepararlos en casa como un profesional (39 euros).
LOS CINCO PASOS DEL GIN-TONIC PERFECTO
1.- Utiliza una copa de tipo "highball" o un vaso de sidra. La amplitud de su boca resaltará cada matiz de la ginebra. Llénala de hielo, preferiblemente hecho con agua mineral y macizo, para que tarde en deshacerse. Enfría bien la copa girando los hielos con la cuchara hasta que se empañe el cristal. Luego, vacía el líquido sobrante.
Agrega el bótánico que prefieras según el tipo de ginebra que vas a utilizar. Siempre es recomendable que el ingrediente que le añadas sea un componente presente en alguna de las destilaciones de la ginebra. Así, te aseguras de que combinará.
2.-Si quieres un punto cítrico, nunca añadas el zumo, sólo un trocito de corteza para aportar aroma. De lo contrario, la tónica perderá sus burbujas debido a la reacción que provoca el ácido cítrico con el anhídrido carbónico.
3.- Añade la ginebra. La proporción ideal es de 4 partes de tónica por 1 de ginebra. Puedes hacerlo a tu gusto, pero te recomendamos que el chorro no pase de los 3 segundos de duración. Vuelve a remover todo con la cucharita trenzada.
4.- A ser posible, opta por una tónica premium. Comienza a derramar la tónica lentamente a través de la cuchara trenzada con una inclinación de unos 45º, como un tobogán. Así, conservará las burbujas.
5.-Remueve suavemente y ¡listo! Ya tienes tu Gin&Tonic perfecto.


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