El nuevo ajuste de Liberbank, firmado este miércoles entre la dirección y los sindicatos, incluye la salida de 525 empleados, lo que viene a ser el 13% de la plantilla, aproximadamente. Según la entidad, todas serán bajas indemnizadas; según CSICA, el sindicato mayoritario, solo 150 se beneficiarán de las condiciones pactadas, entre otras razones porque la entidad seguirá utilizando la movilidad geográfica para forzar bajas voluntarias.
Por ejemplo, la de aquella madre de Valencia que, con dos hijos pequeños, se ve obligada a trasladarse hasta un pueblo de Extremadura y que, después de dos meses, decide que eso no es lo que quiere y presenta su dimisión. Al final, el banco logra que se marche con cuatro perras en el bolsillo.
Así las cosas, José María Solano, vocal de CSICA, ha señalado a Hispanidad que el sindicato impugnará el acuerdo ante la Audiencia Nacional. Según el representante de los trabajadores, la negociación del expediente ha sido un paripé, no se han respetado los plazos y, lo más grave, la entidad ha justificado la medida con unas pérdidas que, en realidad, no son tales.
Sea como fuere, el caso Popular está provocando un efecto dominó sobre el conjunto de la banca mediana. Lo hemos visto, por ejemplo, en el desplome bursátil del banco que dirige Manuel Menéndez los días posteriores a la adjudicación del Popular al Santander. Unas caídas que, en último término, no se justificaron con las posiciones bajistas, que no aumentaron durante ese periodo de tiempo.
¿Está preparando Menéndez la venta de Liberbank? Los sindicatos se temen lo peor. En este sentido, siempre se ha dicho que Liberbank era para el Santander. No en vano, los Masaveu, que actualmente poseen el 5,7% de Liberbank, son los segundos accionistas individuales del Santander y siempre han mantenido una buena relación con los Botín, también con doña Ana.
Ahora bien, la adjudicación del Popular al Santander ha trastocado los planes y ha propiciado la reaparición de Caixabank como posible comprador. Desde Barcelona, sin embargo, insisten en que ahora no es el momento de afrontar una operación de ese calibre porque la compra del portugués BPI está absorbiendo buena parte de los esfuerzos de la entidad.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com
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