miércoles, 10 de marzo de 2021
La Derechona avanza a * Tutta Machina *
Vox, Ayuso y el feminismo: un doble rasero irrespirable
La extrema derecha activa sus resortes y revela sus vergüenzas machistas
Por Adrián Lardiez -10 marzo 2021 06:28
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Es habitual que en política quien goza de una posición de privilegio y dispone de los resortes hegemónicos los utilice para aplastar a los movimientos contrahegemónicos. Y una vez más esta encarnizada lucha ha puesto de manifiesto que, pese a los pasos dados, la lucha feminista es más necesaria que nunca y no se debe retroceder, pues queda de hecho mucho camino por andar.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, prohibió este lunes que la ministra de Igualdad, Irene Montero, acudiera a un acto programado en el Instituto de Educación Secundaria Gómez Moreno con motivo del 8M Día Internacional de la Mujer alegando que se canceló para evitar “adoctrinamiento”.
Desde la consejería de Educación se explicó que el Gobierno de la región suspendió la visita porque consideraban que Montero pretendía hacer «un acto político» y ni querían ni podía «permitir ningún evento de adoctrinamiento en centros educativos públicos en horario escolar”.
La titular de Igualdad no tardó en replicar: «No hay problema sanitario, es un problema con el feminismo”. Y razón no le falta.
Dos días antes, el seis de marzo, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, visitó junto a Fernando Martínez Vidal, concejal del partido de ultraderecha en Madrid, el Instituto Ramiro de Maeztu. A la delegación ultra sí se le permitió.
¿La diferencia? Que la cita de Irene Montero con la Comisión de igualdad del IES Gómez Moreno estaba prevista desde hace semanas y había sido solicitada por el propio centro con el beneplácito de las alumnas mientras que la visita de Ortega Smith a las instalaciones deportivas del Estudiantes fue rechazada por los propios alumnos a través de un contundente comunicado publicado en redes sociales bajo el título ‘Defiende el Ramiro, odia a la ultraderecha’.
Irene Montero acudía en calidad de ministra y para aportar al debate y la reflexión feminista en una fecha tan señalada, Ortega Smith fue a hacerse una fotografía. Solo una fue censurada, y fue precisamente la que más podría aportar a la educación de los jóvenes.
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Doble rasero
Pero esto no es nuevo. El doble rasero que sufre el feminismo es tan habitual como nauseabundo. Desde el 8 de marzo del año pasado los movimientos feministas tienen que aguantar no solo los obstáculos propios de una sociedad marcada por la violencia estructural hacia la mujer, sino también su criminalización. Partido Popular, Vox y Ciudadanos llevan un año acusando al movimiento feminista de la propagación del virus.
Y este 8M no iba a ser distinto. Madrid, otrora ejemplo de lucha por la igualdad de género, capital durante las manifestaciones contra la sentencia de La Manada, fue la única ciudad de España en la que se prohibieron las concentraciones.
La Delegación del Gobierno en Madrid así como el Ejecutivo regional alegaron razones de salud pública. ¿Pero… y el resto de aglomeraciones? ¿Solo las feministas son contagiosas? ¿Solo si una manifestación tiene como objetivo la igualdad de género se convierte en un “infectódromo”?
Ha pasado casi un año desde que el 14 de marzo de 2020 Pedro Sánchez rubricara el primer estado de alarma. Desde entonces varias han sido las concentraciones y muchas las aglomeraciones: contra el Gobierno en Núñez de Balboa y con palos de Golf, los negacionistas en Colón, la excarcelación de Pablo Hasel, la marcha neonazi, contra la ley Celaá, los hinchas del Atlético de Madrid en el Wanda momentos antes del derbi… Todas permitidas y/o convenientemente autorizadas.
Finalmente se celebraron algunas concentraciones feministas, por ejemplo, en el barrio de Vallecas. Contrasta hasta la actuación policial. Ante la permisividad, indolencia e incluso camaradería entre agentes y manifestantes en concentraciones de derechas, la identificación de personas por formar pequeños tumultos.
Fuentes de la Delegación del Gobierno en Madrid han justificado que “no hubo ni detenidos” y tan solo “dos o tres identificaciones” que no irán a ningún lado pues únicamente se toman los datos para “que la persona se recate y por si luego esa persona provocara algún daño”.
A la pregunta sobre los diferentes protocolos aplicados por la Policía en, por ejemplo, el recibimiento de los fans del Atlético, explican que “fue espontáneo” y consideraron “contraproducente” actuar.
Vox Ayuso
Sed rebeldes
El feminismo es imparable, y ellos lo saben PP y Ciudadanos ya se desmarcaron del negacionismo de Vox, pero apostando por una suerte de “feminismo liberal” que lo llaman que no es sino una mera prorrata de logros. Ambas formaciones defienden la actual estructura a capa y espada y van reculando pasito a pasito, con el freno de mano echado. En 2021 criminalizaron a las mujeres y en 2020 trataron de silenciarlas. Personalmente, considero que las manifestaciones no se deberían haber celebrado por motivos de salud pública, pero si el resto se han permitido, las del 8M no debieron ser menos. La sensación que da es que no depende del número de personas sino del manifiesto. Celebro, por tanto, el gesto de rebeldía. Porque los derechos se toman, nadie los regala, y el veto ha mostrado unas costuras que deberán se deshilar.
Adrián Lardiez
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