domingo, 5 de junio de 2022
Hoy veremos el Nadal VS Ruud....
Nadal desafía a la naturaleza: quiere reinar en París a pesar de sus molestias en el pie
Rafa La Casa - Hace 6 h
El regreso de Nadal a la final de Roland Garros es tan esperado como el de algunas series que han estrenado su reencuentro. Ahora están de moda y Rafa se ha apuntado a este tipo de formatos. Un año sin estar en la final de París es demasiado para el tenista más laureado en la capital de Francia. Sus 13 victorias allí serán difíciles de superar. Frente a Casper Ruud quiere su decimocuarto título. Y el vigesimosegundo Grand Slam.
El mérito de Rafa, con independencia de lo que ocurra en la final, es haber llegado. Cualquier persona, con semejante dolor en el pie, no es capaz de andar. Él, sin embargo, ganó al número uno del mundo. En la rueda de prensa tras las semifinales le pidieron que eligiera entre perder la final o tener un pie nuevo. Optó por lo segundo porque le haría más feliz en su día a día.
Los calificativos se acaban porque a la inferioridad técnica de Nadal se le añaden los problemas físicos. En cualquier ámbito de la vida, semejante combo es sinónimo de derrota. No en su caso. Basta un momento de flaqueza del rival para tirar de su mente. De su capacidad para resistir ante la adversidad. Solo hubo que ver a Zverev antes de la lesión. Empezó bien el partido, le hizo un break a Rafa, estaba más cómodo… Pero el balear forzó el tie-break. Inexplicable.
Nadal saluda al público presente en París. (EFE/Yoan Valat)
© Proporcionado por El Confidencial
Nadal saluda al público presente en París. (EFE/Yoan Valat)
Nadal saluda al público presente en París. (EFE/Yoan Valat)
La misma película de siempre
Nadal es esa película que has visto cientos de veces y que siempre tiene el mismo final. No importa cómo de mal esté, porque sabes que lo va a solucionar todo. El mejor ejemplo, el Open de Australia. El rival era ampliamente superior, le había ganado los dos primeros sets y el balear dio síntomas de agotamiento. Para más inri, unas semanas antes dudó de su participación en el torneo.
La afición de los españoles es más por Nadal que por el tenis. Hay pocos deportistas que paralicen el país como lo hace Rafa. Desde que comenzó Roland Garros, siempre hay alguien de tu círculo que pregunta a qué hora juega. Nadie se quiere perder un episodio más de la epopeya que ha construido en torno a su carrera.
Roland Garros es un territorio fetiche en el que Rafa ha reinado como nunca antes nadie lo ha hecho. Su superioridad en París es tan aplastante que solo dos tenistas le han ganado desde 2005, Robin Soderling y Novak Djokovic (dos veces).
Nadal consuela a Zverev tras su lesión. (EFE/Yoan Valat)
© Proporcionado por El Confidencial
Nadal consuela a Zverev tras su lesión. (EFE/Yoan Valat)
Nadal consuela a Zverev tras su lesión. (EFE/Yoan Valat)
Una agridulce victoria
El pase a la final fue agridulce por producirse en condiciones que Rafa no hubiera deseado. La lesión de Zverev dejó a los aficionados con la duda de qué hubiera pasado. El partido estaba precioso, con una igualdad tremenda y con la sensación de que podía ganar cualquiera.
Es agridulce por esa parte, pero no por la victoria en cuartos a Djokovic. Dejar por el camino al serbio impide que lo iguale en Grand Slam. Y le permite, en caso de sumar su decimocuarto Roland Garros, aumentar la distancia con respecto a Novak y a Roger Federer.
Casper Ruud, que entrena a menudo en la academia de Rafa, será su rival. Nunca antes un tenista le ha ganado a Nadal en la final de Roland Garros. Está por ver si lo aprendido en la casa del balear será suficiente para dejarlo contra las cuerdas.
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