Aquella reunión del 44 cambió el orden económico establecido, donde se celebrará la paralela en esta crísis?
Algunos ya han hecho referencia a aquel verano de 1944 cuando en un hotel de montaña de New Hampshire (EE UU), varios de los hombres más poderosos del mundo se reunieron para establecer un nuevo orden económico y comercial que hiciese frente a los estragos de la guerra y cuyo eco alcanzaría, sin saberse, el siglo XXI. Un total de 44 países contaron con representación en aquel acontecimiento.
Los resultados de aquella reunión -conocidos como Acuerdos de Bretton Woods, por la población en la que se hallaba el hotel- fueron, además del nacimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, el establecimiento de un tipo de cambio fijo de divisas con referencia al dólar y la creación de un patrón oro-dólar que resultó un éxito.
Los Acuerdos de Bretton Woods han vuelto a la memoria de muchos expertos y analistas debido a la actual situación financiera y a la cumbre de urgencia del G-20 a celebrar el próximo 15 de noviembre, y aunque las diferencias con aquel entonces son notables (muchos se negarían incluso a cualquier tipo de paralelismo), es cierto que la crisis económica actual lo ha puesto en boca de numerosos profesionales. El profesor de economía del IESE Antonio Argandoña explica cómo con aquel acuerdo del 44 'se quiso hacer un planteamiento global de la situación financiera y algo de esto es lo que hace falta ahora'. Sin embargo, asegura, 'Bretton Woods fue una reunión convocada con tiempo y con proyectos muy claros de países que sabían muy bien lo que querían hacer y eso no sucede en la actualidad'.
Los grandes nombres del momento desde el punto de vista económico fueron Harry Dexter White y John Maynard Keynes, que elevaron sus propuestas económicas representando a EE UU y a Reino Unido respectivamente. Triunfó la primera voz, la de un país que por su tardía participación y por su situación geográfica, no había sufrido con tanta crudeza los daños de la II Guerra Mundial y se hallaba en una situación económica privilegiada si se comparaba con otros países de aquel contexto. De ahí procede también la facilidad con la que las dos instituciones internacionales creadas en aquella asamblea (el FMI y el Banco Mundial) se instalaron en territorio norteamericano. Franklin Delano Roosevelt y Winston Churchill fueron, en el ámbito político, los hombres del momento.
'El sistema Bretton Woods estaba bien diseñado. Cuando Estados Unidos firmó aquel acuerdo se encontraba en una situación de superávit, y aquel modelo funcionó hasta el 71. Sin embargo, con la guerra de Vietnam EE UU entró en déficit y se perdió la confianza en el dólar', apunta José Carlos Díez, economista jefe de InterMoney.
Entre los años 71 y 73, con una importante devaluación del dólar y la suspensión del acuerdo de Bretton Woods por parte del presidente de los EE UU Richard Nixon -eliminó de forma unilateral el patrón oro-dólar firmado en el 44 y se acabó con el tipo de cambio fijo frente a la moneda norteamericana-, las monedas de todo el mundo comenzaron a fluctuar libremente entrando en un 'sistema monetario internacional sin reglas'. 'Las economías fueron creciendo de forma caótica', señala José Carlos Díez, y los banco centrales de cada país actuaron en función de sus necesidades.
Con el tiempo, un mercado de divisas con escasa regulación, la crisis del petróleo, el cambio de la política fiscal de los Estados Unidos por parte del presidente Reagan y una sobreapreciación del dólar de más de un 80% frente a las grandes monedas mundiales, hicieron necesaria una nueva actuación internacional.
Los Acuerdos del Plaza de 1985 trataron de hacer frente a esos desequilibrios y EE UU, que en aquel momento sufría una situación de déficit, se apoyó en el superávit comercial que vivían potencias como Alemania y Japón para superar la crisis. 'Muchos dicen que fue entonces cuando empezó a formarse la burbuja japonesa. Una política de yen fuerte sin ninguna política monetaria contractiva', destaca José Carlos Díez.
Son pocos ya los vestigios que quedan del acuerdo de 1944 en el que se impuso un nuevo orden económico mundial. Y, sin embargo, aún gusta pronunciar aquel nombre.
Eso sí, hay quienes ya han destacado cómo la situación actual de China recuerda también a los acuerdos en los que triunfó un tipo de cambio fijo respecto al dólar. El gigante asiático, con un billón y medio de dólares en reservas, se niega a liberalizar el tipo de cambio. Se dice que en las próximas reuniones internacionales habrá presión respecto a este asunto. Y los expertos aseguran que los chinos, sencillamente, dirán 'no'.
De cara al futuro, y con la cumbre de urgencia del G-20 a la vuelta de la esquina (se celebrará el próximo 15 de noviembre), las posibles medidas o asuntos que tratarán algunos de los máximos mandatarios políticos del mundo, es toda una incógnita. Los que está claro es que los cambios se avecinan y, además, son necesarios. 'Será fundamental ver qué se hace con los bancos internacionales cuando entran en crisis y la manera en que se va a regular todo el sistema financiero', destaca Antonio Argandoña.
'Iremos hacia un mundo más moderado con una importante revisión de lo que ha sido la regulación bancaria hasta el momento. El mercado de derivados está tocado y precisa una regulación muy estricta, como también la necesitan la banca de inversión o los hedge funds', explica el economista jefe de InterMoney, José Carlos Díez.
La postura de este experto es positiva y se muestra convencido de que Europa saldrá sana y salva de esta situación. 'La crisis se resolverá, la recesión pasará y saldremos reforzados', afirma.
Hasta hace poco tiempo, la situación que se vivía era la de un mercado financiero que funcionaba y en el que los bancos no estaban intervenidos. Ahora, los especialistas aseguran que se debe establecer un nuevo paradigma y que la sobrerreacción suele ser uno de los principales problemas de las crisis: se cuestiona todo. 'Se comienzan a poner en duda asuntos como el libre mercado o la libertad de precios. ¿Qué tendrá que ver?', destaca Díez. Sin duda, algunas de las reuniones y acontecimientos que se están produciendo en la actualidad económica más inmediata, al igual que aquellas medidas que los grandes nombres de la política y la economía mundial aún están por tomar, pasarán a la historia como ya lo hicieron los Acuerdos de Bretton Woods del año 1944. Aunque para conocer los resultados, habrá que esperar.
El FMI, puesto en duda
Esta institución internacional fue una de las consecuencias de los Acuerdos de Bretton Woods de 1944. La actual situación económica y financiera ha motivado que este ente global haya sido puesto en cuestión por muchos expertos. 'El FMI hizo una gran labor en su día. Cuando un país se encontraba en una situación económica difícil, el Fondo permitía solventar el problema de forma inmediata y asesoraba a los países para afrontar la crisis', asegura el profesor de economía del IESE Antonio Argandoña.
El problema: 'El reparto de poder del FMI está previsto para los que ganaron la guerra, y no quieren renunciar a él. Sin embargo, ahora hay otros países que pesan mucho más de lo que pesaban entonces', añade. Esto ha dado origen a la creación de entidades alternativas como el Fondo Asiático.
Además, algunos países han demostrado un pérdida de confianza en este organismo, siendo ésta uno de los factores fundamentales de su creación. 'El FMI ha aplicado algunas políticas muy a rajatabla y esto no ha sentado bien en algunos países', dice Argandoña.
Economía Hitos de la historia
Tras la II Guerra Mundial. Del 1 al 22 de julio de 1944, algunos de los máximos representantes políticos y económicos de 44 países de todo el mundo se reunieron en Bretton Woods (New Hampshire) para tomar medidas económicas que hicieran frente a la situación que había derivado de la II Guerra Mundial. Con EE UU a la cabeza de aquella asamblea, se crearon el FMI y el Banco Mundial. Dexter White y John M. Keynes compitieron por establecer sus modelos económicos. Triunfó el americano y se elaboró un tipo de cambio fijo de divisas con el dólar como referente y un patrón de cambio oro-dólar.
Adiós al patrón oro. La cobertura de oro por parte de los Estados Unidos a finales de los años sesenta, motivada fundamentalmente por los gastos bélicos impulsados por la guerra de Vietnam, pasó del 55% al 22%. Y EE UU trató de resolver sus problemas imprimiendo un dinero que las reservas de oro no podían respaldar. El presidente Nixon acabó con el sistema del patrón oro-dólar en el año 1971, y ello provocó que las monedas de todo el mundo comenzase a fluctuar con una libertad insólita. Estos acontecimientos marcaron el fin del acuerdo Bretton Woods.
Acuerdos en el Plaza. El 22 de septiembre de 1985 en el Hotel Plaza de Nueva York tuvo lugar la firma del Acuerdo Plaza, cuyo objetivo fue devaluar el dólar de manera controlada con el apoyo de las monedas de países socios, como Japón y Alemania. El resultado de esta reunión fue la caída del dólar un 46% frente al marco alemán y un 50% frente al yen. Esta devaluación trató de equilibrar las balanzas comerciales de estos países. Los bancos centrales demostraron en aquel entonces, y quizás por última vez, su poder sobre el mercado de divisas.
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