Ahora que la economía real sufre la embestida de la crísis, parecen faltar saldos para aplicar a los heridos.
Las siete preguntas clave de la crisis del automóvil
General Motors advierte en un vídeo de los efectos que tendrá su quiebra en la economía de EEUU (18/11)
El gran debate de ayer en EEUU -aparte del de Paulson, Bernanke y Blair sobre qué destino debe darse a lo que queda de los 700.000 millones del plan de rescate- fue el de si el Gobierno debe rescatar a los gigantes de la industria del automóvil. Un debate que protagonizó el senador Dodd, que acusó a estas empresas de falta de visión, carencia de imaginación y de fabricar coches ineficientes, caros y que consumen demasiada gasolina, lo que les hace incapaces de competir con los europeos y, sobre todo, con los japoneses.
Y eso que Dodd es demócrata y el presidente electo Obama es partidario de rescatar al sector por el enorme coste en puestos de trabajo de dejarle caer. Por el contrario, los republicanos prefieren que entren en bancarrota (similar a nuestro concurso de acreedores) a ayudar a unos negocios fracasados, para que puedan refundarse sobre unas bases nuevas y con unos modelos de negocio adaptados al mundo actual. El temor, compartido por muchos senadores de ambos partidos, es que dar a la industria 25.000 millones es tirarlos a la basura porque no van a solucionar sus problemas sin un cambio del modelo.
CNN Money publicó ayer las siete preguntas clave sobre la crisis del sector. Son las siguientes:
- ¿Qué quieren las compañías?
Piden unos 25.000 millones en préstamos para poder sobrevivir hasta 2010. Los que apoyan el rescate aducen que si los Tres Grandes (General Motors (GM.NY), Ford y Chrysler) pueden aguantar hasta entonces, estarán en condiciones de ser competitivos a largo plazo. La razón está en los grandes ahorros de costes acordados en 2007 con el sindicato del sector, incluyendo los gastos sanitarios de los jubilados. Además, es probable que las ventas de coches repunten en 2010 y que el cierre de plantas hasta entonces ajuste la capacidad de las empresas con la demanda real.
- ¿Cuántos empleos están en el aire?
GM tiene 120.000 empleados en EEUU, Ford cuenta con 80.000 y Chrysler, 66.000. Además, los tres tienen unos 14.000 concesionarios en EEUU que dan empleo a otros 740.000 trabajadores. La industria auxiliar emplea 610.000 personas más. En total, más de 1,6 millones de puestos de trabajo. Pero eso es sólo en EEUU. La quiebra sería desastrosa para todos los países donde estos fabricantes tienen plantas... como España, donde GM está en Zaragoza y Ford, en Valencia.
- ¿Qué pasa si no hay rescate?
GM se arriesga a quedarse sin dinero a fin de año o a principios de 2009. Esta compañía se gastó 6.900 millones para seguir operando en el tercer trimestre, y le quedan sólo 16.000 millones de liquidez. Algo muy escaso, porque afirma que necesita entre 11.000 y 14.000 millones para seguir operando. Ford y Chrysler tienen más liquidez en proporción a sus necesidades, en su mayor parte préstamos anteriores a la crisis de crédito. Pero ambos también pueden quedarse sin dinero durante 2009 sin ayuda estatal.
- ¿Qué pasa si un fabricante entra en bancarrota?
Hay dos tipos de bancarrota (concurso) en la legislación de EEUU: el famoso Capítulo 11 permite a una empresa seguir operando mientras resuelve las deudas y los contratos a los que no puede hacer frente; en el Capítulo 7, por el contrario, la empresa abandona el negocio rápidamente y sus activos son vendidos para tratar de satisfacer a los acreedores.
- ¿Qué ventajas tiene entrar en bancarrota?
Hay quien piensa que la tutela judicial de estos procesos obligará a los fabricantes a desprenderse de marcas y concesionarios, así como a romper contratos laborales que no se pueden permitir. Otros sectores en EEUU, como las siderúrgicas o las aerolíneas, han utilizado de forma recurrente la bancarrota para volver a ser rentables sin arriesgar el dinero de los contribuyentes, uno de los principales argumentos de los opositores al rescate.
- ¿Cuáles son los argumentos en contra de acogerse al Capítulo 11?
Dada la actual restricción de crédito, muchos expertos cuestionan la capacidad de los fabricantes para conseguir la financiación necesaria durante el proceso de reorganización. También hay dudas respecto a si los consumidores comprarán coches de un fabricante en bancarrota, por los temores sobre la garantía, el mantenimiento, los repuestos, etc. Lo cierto es que una empresa que se acoge al Capítulo 11 puede acabar abandonando el negocio de todas formas.
- ¿Qué otros impactos tendría la quiebra de uno de los grandes en la economía?
Cerca de 2 millones de norteamericanos tienen contratado su seguro de salud directamente con uno de los Tres Grandes. Muchos perderían la cobertura si la compañía abandona el negocio, algo que también provocaría una oleada de quiebras entre sus proveedores. Más allá de la pérdida de empleos, los medios de comunicación generan grandes ingresos de los anuncios de coches, y las tiendas en ciudades donde hay plantas de fabricación tendrían que acometer despidos o cerrar. La industria estima que se perderían entre 1,4 y 1,7 millones de empleos indirectos en el año posterior a la quiebra de uno de los grandes.
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