Cada país tiene su método dependiendo fundamentalmente de su déficit.
¿Quién puede pagarse un plan de estímulo?
Con una recesión mundial a la vuelta de la esquina, los gobiernos de todo el planeta se han lanzado a anunciar planes de estímulo con los que intentar frenar los efectos de esta crisis. En algunos países -como España, EEUU o Reino Unido- se trata de la segunda oleada de medidas anticrisis en menos de tresmeses.
Pero no todos los Gobiernos tienen el mismo margen de maniobra para costear estos paquetes de incentivos fiscales y ayudas multimillonarias. Por continentes, Asia es la mejor posicionada gracias a las amplias reservas de la mayoría de sus países. En cambio, EEUU ha lanzado una ofensiva de planes multimillonarios cuando su déficit público alcanzó un nuevo récord histórico en octubre de 237.000 millones de dólares (184.000 millones de euros).
En Europa, países fuertemente endeudados como Francia, Italia o Reino Unido han anunciado paquetes estrella que pasarán una cara factura en los próximos ejercicios. En cambio, el Gobierno alemán ya ha hecho las cuentas y asegura que no se saltará el límite del 3% de déficit que establece el Pacto de Estabilidad de la UE. Pero, ¿cómo se va a hacer frente al elevado coste de estos planes?
Alemania
El país germano es uno de los pocos socios de la UE que puede sacar pecho en estos malos tiempos y, aunque su plan de rescate es de los más generosos, en él está casi todo calculado para que no ponga en muchos aprietos al Gobierno de Angela Merkel. Pese a ser el mayor contribuyente de los 27 socios comunitarios al plan de medidas contra la crisis propuesto por la Comisión Europea, Alemania se mantendrá con holgura por debajo del 3% del déficit público previsto en el Pacto de Estabilidad.
Los 32.000 millones de euros -el 1,3% del Producto Interior Bruto (PIB)- que el Gobierno tiene previsto aportar en el peor de los casos al plan de la Comisión entre 2009 y 2010, no ponen en peligro el compromiso con el Pacto de Estabilidad. Eso sí, tras un 2008 en que las arcas públicas cerrarán en Alemania con un ligero superávit de unos 5.000 millones de euros, el déficit volverá a hacer acto de presencia en 2009 y 2010.
Así lo comunicó ayer el Ministerio de Finanzas alemán, que trabaja con diversos posibles escenarios económicos. Si se cumplen las previsiones de crecimiento económico del gabinete -del 0,2% del PIB para 2009-, el déficit público se situaría el año que viene en el 0,5%, para crecer en el siguiente ejercicio hasta el 1,5%. Cifras todas ellas dentro del margen del Pacto de Estabilidad.
Incluso en el peor de los casos, el déficit público no superaría la barrera del 2,5%. Eso sí, los cálculos del Gobierno alemán no incluyen las nuevas medidas que, previsiblemente, se aprobarán en enero. Tampoco se contempla el impacto del paquete de rescate de las entidades financieras, que incluye unmáximo de inyección de capital por parte del Estado de 80.000 millones de euros.
Sea como sea, la crisis financiera ha impactado severamente en las cuentas públicas de Alemania. El objetivo de la legislatura de obtener el equilibrio presupuestario en 2011 se aleja y el ritmo de reducción de la deuda acumulada es más lento de lo previsto hace apenas unos pocos meses.En el mejor de los casos,Alemania no volverá a registrar un superávit en sus cuentas antes de 2013.
Francia
Una política de estímulo económico es un lujo que Francia no puede permitirse si al mismo tiempo tiene que respetar los criterios del Pacto de Estabilidad europeo. El país arrastra ya un déficit y una deuda elevados y, según los últimas cálculos de la OCDE, más pesimista que el Gobierno francés, la situación sólo puede empeorar en periodo de recesión: el déficit público alcanzará un 3,7% del PIB en 2009 y aumentará hasta un 3,9% al año siguiente, y la deuda pública que superará el 70% del PIB en 2010.
Para aumentar su estrecho margen de maniobra frente a la contracción de la actividad, el primer ministro, François Fillon, y algunos consejeros del presidente,Nicolas Sarkozy, han reclamado ya un paréntesis en las normas europeas. Además, los economistas franceses alegan que no hacer nada acabaría saliendo más caro:mejor aumentar ahora un poco el déficit y la deuda para salir de la recesión, que enfrentarse más tarde a una depresión debido a los efectos acumulados de la crisis financiera e inmobiliaria, del repliegue de la actividad y del aumento del paro.
En este contexto, los especialistas abogan por una política de estímulo temporal y con objetivos muy concretos. No se trata tanto de fomentar el consumo, tradicional motor de la economía francesa, lo que aumentaría las importaciones, sino de corregir las debilidades estructurales como son la inversión y el mercado laboral. En ese sentido van las ayudas sectoriales, el plan de inversión en infraestructuras de desarrollo sostenible y las reformas laborales que ha emprendido o anunciado en los últimos días el Ejecutivo.
España
El margen de maniobra del Gobierno español frente a los masivos empleos de dinero público en los consecutivos planes que ha anunciado, se ha reducido rápidamente. A finales de 2007, la situación de las cuentas del Estado reflejaba un perfil de tranquilidad apoyado en un superávit del 2,2% del PIB y un crecimiento de los ingresos próximo al 10% frente a un aumento de los gastos del 7,6%.
Esta situación permitió una reducción de la deuda pública en 10 puntos desde el año 2004 hasta situarse en el 36,2%. Sin embargo, durante losmeses transcurridos de 2008, el superávit se ha evaporado y el déficit se sitúa en torno al 1,3% del PIB (sin tener en cuenta las oscilaciones de calendario fiscal), lo que representa unos 14.000 millones de euros. La aceleración del deterioro de las cuentas públicas ya condicionó en el verano la salida fallida a los mercados por parte del Estado.
Las nuevas medidas aprobadas ayer, por un total de 11.000 millones, con cargo al presente año, supondrán un déficit superior al 2,5% que habrá que colocar en competencia con la deuda (pública y privada) de otros países, lo que implicará una elevada tensión en los tipos de interés. La previsión de que se eleve 0,6 puntos (como estaba previsto en los Presupuestos) es ilusoria.
De cara al próximo ejercicio, los Presupuestos Generales del Estado llevan implícito un aumento de dos puntos porcentuales en la ratio deuda/PIB, es decir, que alcanzaría el 38,8%. Los nuevos cálculos a la luz de los sucesivos programas situarían la deuda a finales del año que viene por encima del 40%.
Reino Unido
El segundo plan anticrisis de Gordon Browntras el rescate bancario lanzado en octubre destaca por la reducción del IVA al 15% (el mínimo permitido por la UE) y el sobreendeudamiento al que se condena a las arcas británicas en el futuro. La tregua fiscal se extiende desde diciembre de este año hasta principios de 2010 y la tesorería ha tasado los beneficios para la economía británica en 12.500 millones de libras ( 15.000 millones de euros).
Poco parece para tapar un agujero como el que se espera provoquen los planes de estímulo británicos en un momento de recesión. En este ejercicio, el déficit presupuestario tocará los 93.150 millones de euros, mientras que el periodo 2009-2010 se coronaría con un repunte de la deuda de hasta 141.000 millones de euros. Según el canciller de Finanzas, Alistair Darling, la normalidad en las cuentas no se alcanzaría hasta 2016.
El equilibrio debe llegar por los recortes, poco publicitados, pero que se cifran en 44.200 millones de euros menos hasta 2011. Apretarse el cinturón es lo que toca y más si tenemos en cuenta que la deuda neta del Reino Unido supondrá este año un 41% de su PIB, llegará al 48% el próximo año y al 53 y el 57% en años siguientes.
Todo si no surgen imprevistos, porque el gobernador del Banco de Inglaterra, tras afirmar que el mayor riesgo para la economía británica es la carestía de crédito, apuntó que podría ser necesario volver a capitalizar los bancos. La última maniobra en ese sentido supuso un desembolso de 44.200 millones de euros, repartidos entre el RBS, Lloyds y HBOS.
Italia
Con una deuda pública que asciende al 104,1% del PIB y un crecimiento económico que en el tercer trimestre de 2008 se contrajo un 0,9% respecto al año anterior, el margen de la maniobra del Ejecutivo italiano para afrontar el endeudamiento que traerán las medidas contra las turbulencias económicas es muy limitado.
Con todo, se aprobaron 80.000 millones de euros paramejorar la economía, especialmente el sector de infraestructuras, pero no al sector de la banca, que hasta ahora no recibió ayudas de ningún tipo. A esta cantidad hay que sumar otros 450 millones de euros, que es lo que costará la tarjeta social con la que el Gobierno quiere ayudar a 1,3 millones de familias a llegar a fin de mes con un cheque de 40 euros mensuales y descuentos en las compras de productos básicos.
Así las cosas, el Gobierno italiano ha elegido recortar su presupuesto a los fondos europeos para el Medio Ambiente y el de Investigación y Desarrollo, así como los destinados a las ayudas al Tercer Mundo para poder contar con más dinero ante la crisis.Hoy el Consejo de Ministros aprobará un nuevo paquete de medidas anticrisis.
Estados Unidos
La lluvia de multimillonarios planes de estímulo lanzados por el gigante norteamericano plantea una seria duda: ¿de dónde va a salir tanto dinero? Primero, en julio, fue el cheque Bush, una ayuda a los bolsillos de los norteamericanos que costará 168.000millones de dólares (130.300 millones de euros).
El siguiente gran plan fue el ideado por Henry Paulson, el secretario del Tesoro de EEUU, valorado en 700.0000 millones de dólares (544.000 millones de euros). Y esta semana llegaba otro super plan de 800.000 millones (616.000 millones de euros).
Entre medias se han aprobado paquetes de costosas medidas para evitar embargos, comprar activos bancarios, etcétera. Y a esta lluvia de millones habrá que sumar dentro de poco el plan de estímulo del nuevo presidente de EEUU, que se estima que rondará entre los 500.000 y 700.000 millones de dólares.
El gigante americano está ya endeudado hasta las cejas: si el ejercicio fiscal de 2008 se espera que se cierre en torno a los 455.000 millones de dólares ( 355.000 millones de euros), para 2009 hasta el propio Congreso de EEUU ha reconocido que superará el medio billón de dólares, aunque ya hay analistas que elevan esta cantidad hasta el billón de dólares.
Y es que en estas millonarias cifras no están incluidos grandes gastos, como lo correspondientes a los programas sanitarios Medicare y Medicaid, que podrían hacer repuntar el déficit público hasta el 12% del PIB en 2050.
China
El gigante asiático sorprendió al mundo con un paquete de estímulo espectacular de 586.000 millones de dólares (455.000 millones de euros), un fabuloso presupuesto que equivale a 14 veces el desembolsado para los Juegos Olímpicos de Pekín o 20 veces el del fastuoso proyecto de la presa de las Tres Gargantas.
Pekín, sin embargo, ha dado pocos detalles hasta la fecha acerca de las distintas partidas de gasto y su financiación, alimentando la sospecha de que detrás del plan anunciado hay más retórica política, destinada a lanzar un mensaje de confianza en medio de la crisis, que dinero fresco para combatir la crisis.
Con todo, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el órgano de planificación económica, declaró hace días que unos 170.000 millones de dólares (unos 132.000 millones de euros), o alrededor del 25% del gasto previsto, correrán a cargo del Gobierno central. Mientras, corresponderá a los Gobiernos locales, empresas públicas y bancos estatales financiar el resto del paquete con sus ingresos fiscales, emisión de bonos y préstamos a bajo interés por parte de los bancos.
Algunos analistas vinculan lamagnitud del plan de estímulo con la situación de gran liquidez que hay en el país asiático, donde los bancos no han sido seriamente impactados por la crisis financiera al tiempo que acumulan losmayores depósitos del planeta. A la vez, China exhibe músculo y una liquidez que es la envidia del resto del mundo gracias al superávit presupuestario y a un volumen ingente de reservas de divisas, las mayores del mundo, que a finales de año superarán los dos billones de dólares.
Todo ello en medio de un escenario de indudable fortaleza macroeconómica que, sin embargo, empieza a mostrar signos de flaqueza. Otros expertos muestran más claramente su escepticismo. "Con la caída de ingresos es difícil prever cómo harán los Gobiernos, empresas y bancos para financiar los fondos hasta los 586.000 millones. Es obvio que el anuncio del paquete pretendía sobretodo lograr un gran titular", asegura Stephen Green, economista del Standard Chartered Bank.
Japón
Por su parte, en Japón, el Gobierno inyectará 40.000 millones de euros -dentro de un paquete de medidas de 211.000 millones- cuya financiación afronta desde una situación radicalmente a la de su vecino comunista. El primer ministro nipón, Taro Aso, aseguró que el gasto previsto en el plan no implicará una nueva emisión de bonos del Tesoro, con el propósito de no seguir aumentando la deuda pública nacional, que alcanza ya el 180% del PIB y es la más elevada de todos los países industrializados.
Alternativamente, el Ejecutivo nipón elevará en los próximos tres años el impuesto sobre el consumo (IVA) -fijado actualmente en el 5%- para financiar el plan de estímulo económico. Esta semana se ha sabido que el Legislativo nipón ha pospuesto hasta enero la aprobación del suplemento presupuesto que financiará parte del plan.
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