Mucho más que una ciudad, un simbolo de la modernidad y de lo hispano global.
Los 489 años de La Habana
La Ceiba del Templete tradición religiosa que celebra el aniversario de la ciudad de La Habana (Foto: Archivo)
Haya ciclón o no, frío o calor, los fieles no faltan a su cita con el árbol. Todos los 16 de noviembre, a las doce en punto de la noche, alguien tira los primeros centavos a los pies de la Ceiba y las puertas del Templete están abiertas.
En Cuba tienen una manera muy particular de celebrar el aniversario de la ciudad, que se conmemora todos los 16 de noviembre, consiste en que las personas con o sin oraciones, acudan a la Ceiba del Templete para que ésta oiga sus sentimientos.
Dice la sabiduría popular que las palabras se le meten por su tronco arrugado y gris, son las palabras mudas que están en las manos, en las puntas de los dedos que se estiran para tocarla, en las palmadas que la dan como si ésta fuera un familiar, en los brazos que se aferran a ella y la abrazan.
Es por ello, que el día en que se celebra la fundación de la ciudad de La Habana, la madre de los árboles y los hombres, la madre del mundo, ofrece cosas imposibles.
Haya ciclón o no, frío o calor, los fieles no faltan a su cita con el árbol. A las doce en punto de la noche, alguien tira los primeros centavos a los pies de la Ceiba y las puertas del Templete quedan abiertas.
La Ceiba del Templete, es una de esas tradiciones religiosas que se siguen cada año para conmemorar el aniversario de la ciudad, porque es el único día del año que acepta confesiones.
Producto del sincretismo que resultó del encuentro caribeño de la cultura africana y la española, esta particular celebración se realiza cada 16 de noviembre y tiene profunda relación con las leyendas africanas de ese árbol y las del Orisha Aggayú Solá (principal religión de la Isla).
También se une otra de origen español que consiste en levantarse temprano e ir a la Catedral a oír en silencio la llamada "misa de los mudos".
Hasta nuestros días, la razón que puede hallarse a los orígenes de este hábito anual basado en un hecho que aparentemente no ocurrió, es que el 16 de noviembre, día que se escogió en Cuba para venerar al patrón de la ciudad, San Cristóbal, por especial resolución de un breve pontificio se trasladó su conmemoración a esa fecha -antiguamente se celebraba el día 25 de julio- para que no coincidiera con la celebración que, ese mismo día, ocurría en España en honor de Santiago, patrono de ese país.
Hoy y siempre La Habana
La que en otrora fuere el asiento de la flota de la corona de España en sus incursiones de asalto en América, a sus 489 años, todavía en los fondos del mar que bañan la capital de la Isla se guardan muchos secretos aún no develados.
Declarada Patrimonio de La Humanidad en 1.982 por la UNESCO, cuenta con un conjunto artístico y arquitectónico que la hizo meritoria de este reconocimiento.
Con el tiempo, La Habana devino en capital de Cuba, haciendo de ella la sede del gobierno y de las principales instituciones nacionales, el más importante enclave económico, administrativo, cultural y científico del país y el centro del quehacer político y patriótico nacional.
A pleno día, la ciudad es bullicio, verdor, luz, color, calor, alegría, bicicletas, olor del mar, autos antiguos, abuelos caminando, niños hacia la escuela, una ciudad y un pueblo impregnados de dignidad y de resistencia histórica.
Discusiones del béisbol, juegos de dominó en las esquinas, gente que comenta de todo, desde lo cotidiano del barrio hasta lo que está aconteciendo en cualquier parte del mundo. En la ciudad de La Habana la solidaridad se respira de extremo a extremo de su imponente Malecón.
Mientras que de noche es serenidad, aire fresco y rafagas de salitre del mar que la bordea por todos los costados.
El emblemático cañonazo de la Fortaleza ya no es una invitación a finalizar las actividades. Es para algunos el comienzo de la noche, del baile, de la pasión, del son, la guajira; para otros la hora de descansar, estudiar, sentarse a leer, a ver televisión, compartir en familia las tertulias diarias.
Ver caer la noche en el malecón habanero es regocijarse con los distintos tonos del cielo, amalgama de colores que se quedan en la memoria de sus miles de visitantes.
Su historia
La más hermosas ciudad a las puertas del Caribe, cargada de una historia excepcional entre sus palacios, mansiones coloniales, plazas, calles adoquinadas, iglesias, antiguas fortalezas y viejos muros, sigue siendo una leyenda y el secreto mejor guardado del Mar Caribe.
Declarada Patrimonio de La Humanidad en 1.982 por la UNESCO, cuenta con un conjunto artístico y arquitectónico que la hizo meritoria de este reconocimiento.
Sus lugares más emblemáticos se centran entre la Plaza de Armas, de San Francisco, la catedral y la Plaza Vieja y La calle peatonal del Obispo.
La fama de La Habana, la mayor, mejor fortificada y para muchos la más bella ciudad de Las Antillas, preexistió a la de Cuba.
Poseedora de una emblemática bahía, llamada de Carenas en la que a la sombra de sus impactantes fortalezas, se formaban las flotas que escoltadas por navíos de guerra, transportaban a España las riquezas con las que América contribuyó - a la fuerza – con el financiamiento de Europa y el resurgimiento de un imperio que se encontraba en decadencia.
Existen varias versiones acerca de su fecha real de fundación. La histografía recoge varios momentos de la fundación de La Habana, desde que -según asegura la más popular de las leyendas- cincuenta hombres seleccionados por Diego Velázquez se establecieron en un territorio llamado por los nativos Abana, en la costa sur de la Isla en fecha que unos precisan el 5 de julio de 1515 y otros el día 25 del mismo mes y año. Fecha ésta que le da el nombre de San Cristóbal por ser el 25 de julio día de este santo en las festividades católicas.
Sin embargo, fue evidente que las condiciones naturales de la bahía eran mejores, y con la primera misa, el 16 de noviembre de 1.519, se da por fundada oficialmente La Villa de San Cristóbal de La Habana.
Destacable es el hecho que ya para el 10 de febrero de ese mismo año, había pasado por la bahía Hernán Cortés para comenzar una expedición de la que resultaría la conquista de México, hecho este que apoyaría la razón histórica a sus fundadores, sobre lo acertado del cambio de sede.
La Habana, ejemplo de lucha y resistencia histórica, la última colonia de España, la primera neocolonia norteamericana, logró alcanzar las fuerzas necesarias para en una misma generación derrocar dos dictaduras y realizar una revolución triunfante que dignificó un pueblo, que retó el dominio imperial norteamericano y vive para contarlo.
A 489 años de su fundación, y con más de cuatro décadas de un bloque indigno, la ciudad de La Habana resiste y sigue de pie. Gracias a la revolución cubana, el pueblo ha librado sus más decisivas batallas políticas, expresando del modo más heroico su solidaridad con la causa de todos los pueblos de América Latina y del mundo.
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