Como siempre a/en lo suyo.
Cataluña estudia tres vías para recomponer el mapa de las cajas de ahorro mediante fusiones
Cataluña, fusión, cajas
@Antonio Fernández - 24/05/2009Deja tu comentario (5)
El director general de Caixa Catalunya, Adolf Todó (Efe).
Tres son las posibilidades de cambios en el mapa de las cajas de ahorro catalanas si, como es previsible, comienzan operaciones de fusiones a corto plazo. Los movimientos en el sector estaban previstos para esta primavera, pero la coyuntura de crisis económica obligó a aplazar los cambios a la espera de unas condiciones del mercado más favorables.
El mapa que puede resultar de los cambios viene siendo estudiado desde inicios de la presente legislatura. “Sin prisas, pero sin pausas”, según una fuente que ha participado en los discretos contactos que se han celebrado hasta ahora. No obstante, las declaraciones esta semana del presidente de la Generalitat, José Montilla, reconociendo que habrá que mover el mapa, han insuflado nuevos bríos a las negociaciones. Una fuente del sector señaló a El Confidencial que “lo que es seguro es que habrá que ir a un proceso de concentración”.
La opción que tiene más fuerza es la que agrupa a las tres cajas que dependen de organismos públicos en una misma institución. Es decir, Caixa Catalunya, Caixa Girona y Caixa Tarragona, un 25% de las cuales está en manos de las respectivas diputaciones, todas del PSOE. La Caixa seguiría su actual rumbo y las restantes entidades pasarían a formar otro grupo: Penedès, Sabadell, Manresa, Laietana, Terrassa y Manlleu. “Ya hemos superpuesto el mapa de oficinas y todas estas cajas se complementan entre ellas, por lo que no habría problema a la hora de abordar la fusión”, señala la misma fuente.
La segunda posibilidad es acometer una reestructuración del mapa dando protagonismo a las dos grandes: La Caixa y Caixa Catalunya. Sin embargo, esta teoría cuenta con un problema: la situación delicada de esta última la ha vuelto más endeble, puesto que el pasado año tuvo que absorber 600 millones de euros en inmuebles y tiene una tasa de morosidad disparada, aunque también es cierto que su tasa de cobertura es de las más elevadas del sistema. Otro de los escollos es qué cajas podría integrar una y qué cajas podría integrar la otra.
La tercera vía
La tercera vía, que tiene pocas opciones, sería la de segregar el negocio bancario de las seis cajas pequeñas (quedarían a salvo de ello las que dependen de las Diputaciones y La Caixa). Así, mientras que ellas se quedarían con la obra social, el negocio podría ser gestionado por un operador privado. Se trata de una fórmula que se puso en marcha en Alemania y que en Cataluña apuntaría a Banco Sabadell como un posible gestor que pilotaría el cambio. Para acometer las dos últimas reestructuraciones, sin embargo, sería conveniente plantear un saneamiento drástico de las entidades, muy tocadas después de la crisis inmobiliaria.
“Estos ‘activos malos’ no tienen nada que ver con la crisis subprime de Estados Unidos o de Gran Bretaña, ya que no están tan ‘contaminados‘ como en los mercados sajones. Lo que tienen las cajas catalanas, lo mismo que las españolas, son activos de difícil venta o que no tienen salida fácil. Se trataría de hacerse cargo de los inmuebles a la espera de que el mercado se reposicione en el futuro”, señala una fuente conocedora de los entresijos de las negociaciones. El tema, según esta misma fuente, ha sido discutido en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, aunque no se ha concretado nada, ni siquiera si este organismo se hará a nivel de toda la Unión o cada país tendrá el suyo.
Fuentes conocedoras de las negociaciones manifestaron también a este diario que “ahora, con un horizonte más abierto, es conveniente acelerar un poco los procesos”. Y ello, por dos razones: el único modo que tiene el Estado para controlar el sector es la intervención directa de las cajas, como ocurrió con la Caja Castilla La Mancha. “Si aceleramos los procesos, se puede evitar la intervención de alguna otra caja, lo que siempre produce preocupación en el sistema bancario”, añade la misma fuente.
De hecho, ha habido intentos puntuales de recomponer el mapa. Para ello, los cálculos efectuados desde las instituciones monetarias siempre habían tenido en cuenta que hay una institución muy potente y saneada que debería echar una mano: La Caixa. A las puertas de esta entidad, las autoridades han llamado muchas veces. Ha recibido peticiones e insinuaciones: desde la compra de Caixa Penedès hasta la compra de la red exterior de oficinas de Caixa Catalunya.
En la primera institución financiera catalana, sin embargo, no están por la labor. Su principal preocupación en estos momentos es consolidar su grupo industrial, articulado a través de Criteria, y acometer la expansión internacional. Bien es cierto que tiene como asignatura pendiente la compra de una ficha bancaria. Y ése es precisamente el cebo que le han puesto las autoridades: si arrima el hombro, la consecución de esa ficha bancaria podrá ser una realidad a corto plazo.
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