Rechazo a la Deuda Cajera.
Los inversores extranjeros ya no se fían ni del aval del Estado a la deuda de las cajas
@Agustín Marco - 18/11/2010 06:00h
La tensión de los mercados por la incertidumbre sobre el futuro de Irlanda ha recrudecido la aversión de los inversores extranjeros a comprar activos con marca España. La última prueba fue la emisión realizada el pasado lunes por Cajamurcia por importe de 500 millones de euros, de los cuales un 88% fueron suscritos por bancos y cajas españoles. Es decir, ni rastro de los grandes fondos internacionales.
La resolución final de esta colocación ha hecho saltar las alarmas en el mercado porque es una clara demostración de que España y sus entidades financieras no tienen crédito entre los grandes gestores extranjeros. “Es una situación muy grave que puede provocar verdaderos problemas de liquidez y de solvencia al sector”, explica un alto responsable de una caja española en proceso de integración.
En este sentido, desde un banco estadounidense se apunta también la gran preocupación por si el cerrojazo de los mercados al papel español se extiende varias semanas más. “Es evidente que las palabras de Zapatero y de Salgado no han tranquilizado a nadie porque hace tiempo que perdieron gran parte de su credibilidad”, sostiene. “España tiene un problema ingente de deuda pública y privada que tardaremos tiempo en resolver”, añade.
Porque lo que ha hecho llevarse las manos a la cabeza a las entidades que estaban esperando que el mercado mayorista se abriera es que los inversores extranjeros no estén dispuestos ni a comprar deuda avalada por el propio Estado. O lo que es lo mismo, el papel comercial más garantizado, por encima de cualquier empresa privada.
“Se entiende que hayan muchas reticencias a suscribir emisiones de bancos o cajas sobre los que se duda de su futuro a corto y medio plazo. Pero que tampoco quieran respaldar activos con el sello del Estado es una situación inusual, muy preocupante”, exponen desde otro banco extranjero. Lo mismo ocurrió en octubre con la colocación de 650 millones realizada por Cajastur. De esa cantidad, 520 millones -el 80%- fueron a parar a las carteras de inversores españoles y apenas 130 a manos de extranjeros.
Otro dato poco alentador de la operación de Cajamurcia, entidad sobre la que no hay dudas sobre su solvencia, es que de los 440 millones que han comprado los gestores nacionales, casi el 70% se lo han quedado entidades de crédito, por lo que apenas ha habido presencia de inversores finales, ajenos a los bancos y a las propias cajas.
La gran prueba de fuego va a ser la próxima emisión de Caja Madrid, que quiere colocar 5.200 millones con el aval del Estado. Fuentes próximas a la transacción confían en que esta emisión se coloque en su totalidad antes de fin de año, aunque admiten que en estos momentos la dificultad es máxima. “Los inversores extranjeros no discriminan España del resto de países del sur de Europa, como Irlanda o Portugal, por mucha declaración institucional. Es una percepción muy exagerada, pero es lo que hay”, sentencian desde un banco alemán.
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